Black Lives Matter (BLM) es una organización vandálica, violenta, progre-mierda y delincuencial
Black Lives Matter (BLM) es una organización vandálica, violenta, progre-mierda y delincuencial, cuyos líderes negros se han vuelto multimillonarios a expensas de otros negros frustrados, adoctrinados, vagos y resentidos. Si las vidas negras, o las blancas, fueran lo único que importara en este mundo, estaríamos más jodidos que ahora. No me representan ni promueven absolutamente nada positivo. El racismo existe, y lo he sufrido muchísimas veces, pero me aterra pensar en la idea de necesitar a alguien para sentirme persona.
Yo llevo 54 años caminando por el mundo sin que a nadie le importe un bledo mi orientación, inclinación, deseo, identificación, preferencia o morbo sexual. No necesito presentarme todo el tiempo como heterosexual para lograr aceptación o reconocimiento. Se ha vuelto una moda llenar una biografía en redes sociales de íconos, figuritas o dibujitos para que todos sepamos que eres homosexual. No me interesa saberlo, como mismo a ti no te interesa qué hago yo con mi cuerpo. El colectivo, grupo o tribu LGBT no representa siquiera a muchos homosexuales que tampoco necesitan un mes del orgullo gay ni un desfile para mostrar sus gustos más aberrantes. ¿O cómo llamarle entonces a la pasarela de gente desnuda sin motivo frente a niños y adolescentes? No hay necesidad de sentir orgullo por el sexo ni por haber salido del clóset. El primer derecho humano, aunque no aparezca recogido en la Declaración Universal, es el derecho al respeto propio y a la autoestima. Acéptate y quiérete tú sin esperar lo mismo de los demás. Y no, yo no necesito un carnaval heterosexual ni un gogó para satisfacer mis necesidades. Es algo privado, íntimo y personal.
Los activistas idiotizados del medioambiente se dedican a bloquear carreteras e interrumpir el tráfico de gente que va a trabajar, o se meten en los museos para vandalizar obras de arte con décadas o siglos de existencia. Nunca los he visto tirarse delante de una caravana de un Jefe de Estado, atacar un cuartel policial o penetrar en una base militar. Son idiotas con sentido de supervivencia, como mismo lo hace el medioambiente que ellos dicen defender.
El socialismo y el comunismo han hecho un daño irreversible en naciones, pueblos y grupos sociales. Prohibirlo sería lo ideal, pero iría en contra de la libertad de expresión. Educar a la gente para que no caiga en esa trampa cumpliría un papel más importante. Sin embargo, hemos visto y seguimos viendo la estupidez de los votantes en Colombia y México, más recientemente, y en Venezuela, Ecuador, Chile y Bolivia, anteriormente. Por ende, sangre, fuego y plomo para todos esos criminales y tránsfugas. Llegaron arrasando y tendrán que salir arrasados. Como mismo han sufrido las familias víctimas de esa ideología, deberíamos aplicar la misma medicina y tres cucharadas más contra ellos y sus acólitos.
El Partido Demócrata está infestado de socialistoides de buró y traje, que quieren parecer más populistas sin regalar ni un centavo de sus salarios; y el Partido Republicano es el dealer de barrio que les concede a los primeros la droga con la que se vuelan al proponer sus planes y reformas. Si el Partido Demócrata ha hecho un pésimo trabajo, más malo ha sido el del Partido Republicano, que no ha logrado convencer a la masa amorfa de tontos obamizados que se desprendan de su membresía para siempre. A estas alturas no debería haber ni una sola alma aplaudiendo a Kamala Harris.
No tienes que estar de acuerdo con mis opiniones, pero yo seguiré diciéndolas. Como no pertenezco a ningún partido ni represento a nadie, no tengo que cuidar mi lenguaje ni mi forma de expresión.
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