Libera nos a Malo, poema y libro de Margarita García Alonso #literaturacubana de una Cuba que no existe
La abstracción genuina
viene de abajo,
del fluir permanente,
memorias, restos,
vino agriado, queso,
migajas con hongos azules
sobre plato con trazas
de ceniza,
enajena fingir,
la cajetilla ilustra a
la muerte,
pequeña muerte
en cartón 10 centímetros,
en el borde de la chimenea.
Mi magma de diente cariado,
expulsa curita
sin arrogancia,
Yeats, Elliot, Auden
conspiran
aquí estuve, transparente,
con dolor de muela,
dolor de muerte,
dolor de diente hincado
en el costado de la isla
allí estuve, con y sin ellos
cuando más necesitaba
bullicio para Causa,
esperé que pasara el vértigo
para escapar de la muchedumbre
esperaba que el vigilante
estuviese en éxtasis
para extender zancadilla,
pie en la acera,
pie en cielo,
bajo sol plomizo.
Hablan de muerte
y tierra, pero en el jolgorio
solo escucho
venganza turca:
«haz de cagar toda la vida
en ese agujero del suelo,
corre, grita el alma,
rellena papeluchos
como si fueses escriba.»
Palo, focos, cables
extienden léxico-manías
para delimitar el habla,
cualquier tropiezo
y alertan a la Torre
me arrastro como doncella
que ha perdido,
me ha violado el Sistema,
en el bajo vientre retortijones,
la pústula en la entrepierna,
reduce mi frente,
cuando abren boca,
parece simple disco rayado.
Ojito de cuidado,
atacan, contagian,
demonios,
¿quién es este enemigo
que desconoce mi ADN?
Poco importa, poeta
que brinque cerca
no tiene derecho a entrar,
con otra mirada aseguran
tener permiso para matar,
ni bala, tampoco cuchillo,
pequeña crucecita al lado del nombre,
igual a marca radioactiva que
diluye entes,
repercute el lápiz
cuando traza línea horizontal,
luego vertical y me atraviesa.
En el cerebro,
baile de carnaval cansino
pim pom pim pom fuera,
inician calumnia,
crucificada en redes,
pixeles, megas,
habilidades populares
relativas a la muerte,
ay, chico, así no hay quien viva,
grito para sacarme
del atolladero,
vete, vete a la esquina
con un ramito de romerillo,
o una espiga,
cualquier cosa menos flores secas,
despégate de la consigna
hasta que pase la erección
totalitaria.
Pero no estoy de buen humor
de forma permanente,
hoy he remarcado que
podía dedicarme a cosas sanas,
incluso esperar
proceso verbal
que autentifique
condición gusana,
con media ala,
arrastro patica, mula
de circunstancia,
quemada como Jeanette,
sin clemencia- pienso-
parecen compactos,
deshechos conglomerados
de cemento y cal
con visos de olla tiznada,
debe ser petróleo, carbón,
o alma empercudida
que pierde pellejo
tras marea de sangre.
Tengo miedo
ser la cobarde.
Publicado en francés, Cuadernos Nuevos Malditos, Francia, 2017.
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