Poemas de Joyce Mansour

The Watersplash, Henry Herbert La Thangue

Poemas de Joyce Mansour

Yo no tengo la culpa si tienes frío, 
querido 
No esperaba tu muerte

Suena el teléfono Y responde tu sexo. Su ronca voz de cantante Sacude mi tedio Y el huevo duro que es mi corazón Se fríe.


Un viejo y su vieja ocultos bajo tierra mano podrida junto a mano podrida, a gusto en la mugre se hablan sin labios se comprenden sin palabras oyen el canto lento y grave de la tierra nutrida y en su corazón se preguntan si algún día morirán.


Llueve sobre la caparazón azul de la ciudad. Llueve y el mar se lamenta. Lloran los muertos sin parar, sin razón, sin pañuelos. Contra un cielo viajero se recortan los árboles mostrando sus miembros tiesos a ángeles y pájaros, porque llueve y el viento se ha callado. Gotas locas limpias de mugre caen en las calles sobre los gatos y el olor grasiento de tu nombre se propaga por las veredas y el asfalto. Amor mío, llueve sobre la hierba cortada donde nuestros cuerpos tumbados germinaron alegremente todo el verano. Llueve, oh madre, y ni siquiera vos podés hacer algo, porque el invierno avanza solitario por la extensión de las playas y Dios se olvidó de cerrar la canilla.


He robado el pájaro amarillo que habitaba en el sexo del diablo. Él me enseñará a seducir hombres, ciervos, ángeles de alas dobles. Él se llevará mi sed, mi ropa, mis ilusiones Él dormirá pero mi sueño corre por los tejados susurrando, gesticulando, haciendo el amor violentamente con los gatos.


Estoy harta de los hombres De sus súplicas de su pelambre De su fe de sus modos Ya he tenidos suficiente con su esqueleto Bendíceme loca luz que iluminas los montes celestes Aspiro a quedarme de nuevo vacía como el ojo apacible Del insomnio Aspiro a ser astro de nuevo.

pdf


 Crème fraîche

Ma mère me mange
Me torture
Et pour m’empêcher de la suivre
Elle m’enterre
Je mange ma famille
Je crache sur leurs débris
Je hais leurs maladies funambulesques
Et leurs hallucinations de l’ouïe
Prenez garde au dentifrice
Qui blanchit sans détruire
Mieux vaut s’égayer en dévorant les siens
Que de marcher à quatre pattes
Boire
Ou essayer de plaire
Aux filles 

Joyce Mansour 1928-1986 (« Carré blanc » 1965).


Narcisse en plus astucieux, il se possédait au féminin ; nécrophile, il fit déterrer sa mère et passa une nuit inoubliable à discourir pour elle sous la lune vêtu de hauts gants de Suède mauves, en compagnie d'une sauce blanche aux câpres et d'une hostie.
  • « Dolman le maléfique », Joyce Mansour, La Brèche, nº 1, Octobre 1961, p. 49

Commentaires

Articles les plus consultés