ovejas en El último día, de Edward Young


"The shortening winter's day is near a close" (1903)
Joseph Farquharson, R.A., R.S.A. (British, 1846-1935)
oil on canvas, 117 x 171 cm © National Museums Liverpool, England, UK

El último día.

The Last Day; Edward Young (1681-1765)

Tarde o temprano, en alguna fecha futura,

(Un secreto terrible en el Libro del Destino)
Esta hora será sólo en el arcón de la sabiduría,
Cuando diez mil cosechas se hayan elevado;
Cuando las escenas cambien en esta Tierra que gira,
Los viejos imperios caerán, dando a luz a otros;
Mientras otros Borbones reinan en otras tierras
Y (si el pecado del hombre no lo prohíbe) otras Anas;
Mientras todavía el cansado mundo transita
Los mismos senderos que otros han caminado,
Irreflexivos, como los que ahora corren por sus laberintos
De polvo disuelto, o de un sol extinguido;
(¡Vosotros, mundos sublunares, despertad, despertad!
¡Vosotros, reyes de las naciones, escuchad y temblad!)
Espesas nubes de oscuridad surgirán un día;
Una noche repentina dominará el reposo del planeta,
Vientos impetuosos desgarrarán los bosques;
Las montañas eternas, como sus cedros, cederán,
El valle escuchará los rugidos del océano
Rompiendo las cadenas de sus costas;
Una mancha de sangre crecerá en la luna de plata,
Las sombras invadirán el círculo del sol;
De la intimidad del cielo rodarán los truenos incesantes,
Y su eco profundo atronará en los polos.

Sooner or later, in some future date,
(A dreadful secret in the book of Fate)
This hour, for aught all human wisdom knows,
Or when ten thousand harvests more have rose;
When scenes are chang'd on this revolving Earth,
Old empires fall, and give new empires birth;
While other Bourbons rule in other lands,
And, (if man's sin forbids not) other Annes;
While the still busy world is treading o'er
The paths they trod five thousand years before,
Thoughtless as those who now life's mazes run,
Of earth dissolv'd, or an extinguish'd sun;
(Ye sublunary worlds, awake, awake!
Ye rulers of the nation, hear and shake)
Thick clouds of darkness shall arise on day;
In sudden night all Earth's dominions lay;
Impetuous winds the scatter'd forests rend;
Eternal mountains, like their cedars, bend;
The valleys yawn, the troubled ocean roar
And break the bondage of his wonted shore;
A sanguine stain the silver moon o'erspread;
Darkness the circle of the sun invade;
From inmost Heaven incessant thunders roll
And the strong echo bound from pole to pole.

Edward Young (1681-1765)

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