ANNE SEXTON (EEUU, 1928-1974)
Ya que lo preguntan, la mayor parte de los días no me acuerdo.
Camino vestida, sin marcas de ese viaje.
Después, casi innombrable, vuelve la lujuria.
Incluso en ese instante, no tengo nada en contra de la vida.
Conozco bien las hojas que mencionan,
los muebles que sacaron al sol.
Pero los suicidas tienen un idioma propio.
Como los carpinteros, quieren saber con qué herramientas.
Nunca preguntan por qué construir.
Dos veces me pronuncié tan claramente,
poseí al enemigo, me comí al enemigo
le arrebaté su oficio, su magia.
Así, grave y pensativa,
más tibia que el agua o el aceite,
descansé, babeando por el agujero de la boca.
No pensaba en mi cuerpo ante la punta de la aguja.
Ni siquiera había córnea o restos de orina.
Los suicidas ya traicionaron al cuerpo.
Nacieron muertos, aunque no siempre se mueran,
y, deslumbrados, no pueden olvidar una droga tan dulce
que hasta un chico podría mirarla y sonreír.
¡Meterse toda esa vida debajo de la lengua!—
eso, en sí mismo, se vuelve una pasión.
Dirán que la muerte es un hueso triste y golpeado,
con todo, año tras año me espera,
para deshacer con delicadeza una vieja herida,
para soltar mi aliento de su prisión insana.
Compensados así, los suicidas se encuentran a veces
furiosos con el fruto, una luna inflada,
dejan el pan que confundieron con un beso,
dejan la página del libro abierta por descuido,
algo sin decir, el teléfono sin colgar
y el amor, fuera lo que fuese, como una infección.
Zio Ziegler
LA ASESINA
La muerte correcta está escrita.
Voy a satisfacer la necesidad.
Mi arco está tenso.
Mi arco está listo.
Yo soy la bala y el anzuelo.
Estoy gatillada y dispuesta.
En mi mira lo tallo
como una escultora . Modelo
su última mirada a los demás.
Pongo sus ojos y su cráneo
en todas las posiciones.
Conozco su sexo de varón
y lo recorro con mi índice.
Su boca y su ano son uno.
Estoy en el centro de la sensibilidad.
Un subte
viaja a través de mi ballesta.
Tengo un cerrojo de sangre
Tengo un cerrojo de sangre
y lo hice mío.
Con este hombre tomo el control
Con este hombre tomo el control
de su destino, con esta arma
tomo los diarios y
con mi fuego voy a tomarlo a él.
Va a doblarse ante mí
y las venas le van a salir
como hijos... Dame
su bandera y su ojo.
Dame su cáscara dura y su labio.
Él es mi manzana y mi mal
y voy a acompañarlo a casa.
PALABRAS
Tené cuidado con las palabras,
incluso con las milagrosas.
Por las milagrosas damos lo mejor que
tenemos,
a veces proliferan como insectos
y dejan un beso en lugar de un aguijón.
Pueden ser tan buenas como los dedos.
Tan fieles como la piedra
a la que pegás el traste.
Pero tanto pueden ser margaritas como
moretones.
Igual estoy enamorada de las palabras.
Son palomas que caen del techo.
Son seis naranjas sagradas en mi
regazo.
Son los árboles, las piernas del
verano,
y el sol, su cara apasionada.
Aunque me fallan seguido.
Hay tantas cosas que quiero decir,
tantas historias, imágenes,
proverbios, etc.
Y las palabras no son suficientes,
las equivocadas me besan.
A veces vuelo como un águila
con alas de gorrión.
Pero trato de ser cuidadosa
y delicada con ellas.
Palabras y huevos deben manipularse con
cuidado.
Una vez que se rompen, son cosas
imposibles de arreglar.
EL BESO
Mi boca florece como un tajo.
Todo el año estuve equivocada, noches
de tedio, nada ahí más que codos
ásperos
y primorosas cajas de Kleenex gritando
¡llorá-nena,
estúpida, llorá!
Hasta hoy mi cuerpo era inútil.
Ahora desgarra sus esquinas cuadradas.
Desgarra los hábitos de la vieja
María, nudo por nudo
y mirá-- Ahora lo bombardean esos
rayos.
¡Bzzzz! ¡Una resurrección!
Una vez fue una barca, toda de madera
y sin problemas, sin agua salada debajo,
a la que le hacía falta una mano de
pintura. No era nada más
que un montón de tablas. Pero la
levantaste, la aparejaste.
Fue la elegida.
Mis nervios están encendidos. Los oigo
como
instrumentos musicales. Donde había
silencio,
los tambores y las cuerdas suenan
incurables. Vos hiciste eso.
Genio puro trabajando. Querido, el
compositor
ha entrado al fuego.
LA BALADA DE LA MASTURBADORA SOLITARIA
El final de la historia es siempre la
muerte.
Ella es mi taller. Ojo resbaladizo,
fuera de la tribu de mi yo, mi aliento
encuentra tu ausencia. Asusto
a los que se quedan. Estoy harta.
A la noche, sola, me caso con la cama
Dedo por dedo, ella ahora es mía.
No está tan lejos. Es mi encuentro.
La toco como una campana. Me recuesto
en la enramada donde la solías montar.
Me tomabas sobre la colcha de flores.
A la noche, sola, me caso con la cama.
Por ejemplo esta noche, mi amor,
que todas las parejas se unen
en una volteada conjunta, arriba y
abajo,
el dúo abundante en esponja y pluma,
empujando de rodillas, cabeza a cabeza.
A la noche, sola, me caso con la cama.
Así escapo de mi cuerpo,
un milagro molesto.¿Puedo
exhibir el mercado de los sueños?
Me abro. Me crucifico.
Mi ciruelita le decías.
A la noche, sola, me caso con la cama.
Después llegó mi rival de ojos
negros.
La dama del agua, alzándose en la
playa,
con un piano en la punta de los dedos,
vergüenza
en los labios y una voz de flauta.
Y pasé a ser la escoba vieja.
A la noche, sola, me caso con la cama.
Te arrebató como se arrebata
un vestido de oferta del perchero
y yo me quebré como lo hacen las
piedras.
Te devuelvo tus libros y las cañas de
pescar.
El diario de hoy dice que se casaron.
A la noche, sola, me caso con la cama.
Chicos y chicas esta noche son uno.
Desabrochan blusas. Bajan cierres.
Se sacan los zapatos. Apagan la luz.
Los seres que brillan están llenos de
mentiras.
Se comen unos a otros. Comen de más.
A la noche, sola, me caso con la cama.
CONSEJOS PARA UNA PERSONA ESPECIAL
Cuidado con el poder,
porque su avalancha puede enterrarte,
nieve, nieve y nieve, asfixiando tu
montaña.
Cuidado con el odio,
que puede abrir la boca y hacerte
comer tu propia pierna como un
leproso instantáneo.
Cuidado con los amigos,
cuando los traiciones,
como lo vas a hacer,
van a meter la cabeza en el inodoro
y a tirar el agua.
Cuidado con el intelecto,
porque sabe tanto que no sabe nada
y te deja colgado cabeza abajo
boqueando sabiduría mientras el
corazón
se te sale por la boca.
Cuidado con los parlamentos, la parte del
actor,
el discurso planeado, sabido,
masticado,
porque van a delatarte
y te vas a quedar parado ahí como un
nene desnudo,
meándote en tu propia cuna.
Cuidado con el amor
(salvo que sea verdadero,
y cada parte tuya, hasta los dedos de
los pies, diga sí),
porque te va a envolver como una momia
y nadie va a oírte gritar
y vas a correr sin fin.
¿El amor? Sea hombre. Sea mujer.
Tiene que ser una ola sobre la que
querés brillar,
a la que querés entregarle tu cuerpo,
entregarle tu risa,
y, cuando la arena áspera te reclame,
entregarle tus lágrimas a la tierra.
Amar a otro es algo
como una plegaria y no puede planearse,
te dejás caer
en sus brazos porque tu fe deshace tu
incredulidad.
Persona especial,
en tu lugar no le prestaría atención
a mis consejos,
un poco hechos de tus palabras
y un poco de las mías.
En colaboración.
No creo ni una palabra de lo que dije,
excepto algo,que te veo como un árbol
joven
con las hojas pegadas y sé que vas a
echar raíces
y entonces va a aparecer lo verde de
verdad.
Dejá ir. Dejá ir.
Oh persona especial,
hojas posibles,
mientras tanto, a esta máquina de
escribir le gustás
y quiere romper vasos
celebrando
por vos,
cuando te arranques la corteza oscura
y vueles
como un globo.
DEMONIO
“Un hombre joven le teme a su demonio y a veces
le pone la mano sobre la boca” ...-
D. H. Lawrence
Le hablé de mi demonio a un amigo
y mi amigo nadó en petróleo hasta llegar a mí
grasoso y críptico
y me dijo
“Estoy pensando en rescatarlo.
Lo empeñé hace años”
¿Y quién iba a comprar
al demonio empeñado
amarilleando de olvido
y con la mano en la garganta?
Sacalo del empeño, amigo,
pero cuidado con la pena
que va a volar a tu boca como un pájaro.
Mi demonio
demasiado a menudo desvestido
demasiado a menudo crucifijo que antepongo
demasiado a menudo margarita seca que riego
demasiado a menudo el niño que doy a luz
y después aborto, sin nombre, sin nombre…
sin patria.
Oh demonio interior,
Yo tengo miedo y rara vez me llevo la mano
a la boca y me la coso
ahogándote , escondiéndote
de los ojos voyeur
de las teclas de mi máquina de escribir.
¿Si te empeñase
cuántos lingotes me darían,
cuántos centavos, nadando en sus besos de cobre
cuántos pájaros en camino a perecer?
No.
No.
Yo te acepto,
Vos venís con los muertos que pueblan mis sueños,
que caminan por mi escritorio
(como la Madre, con el cáncer florecido en sus
tetas Mejor & Cía -
bailando el vals con su fantasma de papel tissue)
Los muertos que le dan caramelos a la diabética que hay en mí,
que les dan voltios
a los ataques de rosas
que a veces vuelan de y hacia mí.
Sí.
Sí.
Te acepto, demonio.
No voy a taparte la boca.
De ser el hombre que amo, impura y con la manzana en alto
de ser la mujer que amo, enferma dentro de su sangre,
sus gases almibarados y sus ramas caídas.
Demonio, manifiéstate
aunque fuese Dios a quien invoco,
parado como un cuervo
queriéndome comer,
empezando por los labios y la lengua.
Y yo intentando caer en Sus despojos,
yo tomo el pan y el vino
y el demonio pedorrea y se ríe
de mi Dios desalojado de mi boca
mujer anónima
en el altar anónimo.
Dijiste que el enojo iba a volver
como volvió el amor.
Tengo una mirada negra que no
me gusta. Es una máscara que me pruebo.
se sienta sobre mis labios y defeca.
Es vieja. Y además, una pordiosera.
Estuve tratando de tenerla a dieta.
No le doy la extremaunción.
Hay una mirada buena que uso
como un coágulo de sangre. La
cosí sobre mi pecho izquierdo.
Hice de ella una vocación.
Ahí se plantó la lujuria
y yo te puse a vos y a tu
hijo en su pezón.
Oh la negrura es homicida
y el pezón reboza
y cada máquina funciona
y yo voy a besarte cuando
acuchille a una docena de hombres nuevos
y vas a morir un poco,
una y otra vez.
ES UNA TARDE DE PRIMAVERA
Acá todo es amarillo y verde.
Escuchá su garganta, la piel de la tierra,
las voces como hueso seco de los curiosos
que prenden y apagan como carteles.
Los animalitos del bosque
llevan sus máscaras mortuorias
a una angosta cueva invernal.
El espantapájaros se arrancó
los ojos como dos diamantes
y entró en el pueblo.
El general y el cartero
soltaron los paquetes.
Todo esto ya pasó antes
pero acá nada es antiguo
Acá todo es posible.
Es por eso
tal vez, que una chica se quitó
sus prendas invernales y se ubicó
estratégicamente en la rama de un árbol
en un recodo del río.
Está echada en esa rama
sobre las casas de los peces
que nadan dentro y fuera de su reflejo
arriba y abajo por las escalinatas de sus piernas.
Su cuerpo lleva las nubes de vuelta a casa.
Ella contempla su rostro acuático
en el río donde los hombres ciegos
van a bañarse al mediodía.
Por eso
al suelo, esa pesadilla invernal,
se le curaron sus llagas y explota
de pájaros verdes y vitaminas.
Por eso
los árboles se meten en sus trincheras
y alzan copitas de lluvia
con sus dedos delgados.
Por eso
una mujer se para delante de su cocina
asando flores y cantando.
Acá todo es amarillo y verde.
Seguro la primavera va a permitir
que una chica desnuda
se mueva dulcemente bajo su luz
y no le tema a su lecho.
Ya contó siete capullos
en su verde espejo verde.
Dos ríos se mezclan debajo de ella.
El rostro de la niña se arruga
en el agua y se pierde para siempre.
La mujer es lo único que puede verse
en su gracia animal.
Su piel preciosa y obstinada,
en lo profundo, bajo el árbol del agua.
Todo es enteramente posible
y hasta los ciegos pueden ver.
ANNA LA LOCA
Anna, la loca,
tengo un cuchillo bajo el brazo.
Cuando me paro de puntas tipeo mensajes.
¿Soy una especie de infección?
¿Yo te hice volver loca?
¿Yo hice que los sonidos se pusieran rancios?
¿Yo te pedí que salieras por la ventana?
Perdón. Perdón.
Decí que no lo hice.
Decí que no.
Decí.
Decinos la palabra de María en la almohada.
Llevate a mi flacucha de doce
en tu regazo hundido.
Susurrá como el ranúnculo.
Comeme. Comeme como a un flan de crema.
Tomame.
Tomame.
Tomá.
Dame un informe del estado de mi alma.
Dame una declaración completa de mis actos.
Pasame un lirio para que escuche en su interior.
Acomodame en los estribos y hacé pasar a un grupo de turistas.
Enumerá mis pecados en la lista del súper y dejame comprar.
¿Yo te hice volver loca?
¿Yo te encendí el audífono y dejé sonando la sirena?
¿Yo le abrí la puerta al psiquiatra de bigotes
que te arrastró como una carretilla de oro?
¿Yo te hice volver loca?
¡Desde la tumba, escribime, Anna!
No sos más que cenizas pero
agarrá la Parker que te regalé.
Y escribime.
Escribí.
CIGARRILLOS, WHISKY Y MUJERES SALVAJES
(De una canción)
nací tosiendo en el largo invierno,
nací esperando el beso de la piedad,
nací con cierta pasión por la rapidez
y así, cuando las cosas progresaron,
aprendí sobre la empalizada
y lo que se saca fuera, el gas de la enema.
Por dos o tres aprendí a no arrodillarme,
a no esperar, a plantar mis fuegos bajo tierra
donde no hay nadie a quien susurrarle o acostar a morir
excepto las muñecas, perfectas y terribles.
excepto las muñecas, perfectas y terribles.
Ahora que escribí muchas palabras,
y revelé tantos amores, y para tantos,
y he sido enteramente lo que siempre fui –
una mujer de exceso, de fervor y ambición,
encuentro que el esfuerzo fue inútil.
¿Acaso en estos días
no miro al espejo y veo
a una rata ebria esquivarme los ojos?
que moriría antes de mirarla a la cara?
Me arrodillo una vez más,
por si acaso la piedad llegase
justo a tiempo.
DESDE EL JARDÍN
Vení, mi amor,
fijate en los lirios.
Nosotros somos de poca fe.
Hablamos de más.
Dejá de lado tu montón de palabras
y vení conmigo a mirar
los lirios abiertos en ese campo,
creciendo como veleros,
orientando sus pétalos lentamente
sin enfermeras ni relojes.
Consideremos la vista:
una casa donde las nubes blancas
decoran los zaguanes embarrados.
Ah, dejá de lado tus buenas palabras
y tus malas palabras
¡Escupilas como piedras!
¡Vení! ¡Vení!
a comerte mis frutas complacientes.
WHEN MAN ENTERS A WOMAN
DESDE EL JARDÍN
Vení, mi amor,
fijate en los lirios.
Nosotros somos de poca fe.
Hablamos de más.
Dejá de lado tu montón de palabras
y vení conmigo a mirar
los lirios abiertos en ese campo,
creciendo como veleros,
orientando sus pétalos lentamente
sin enfermeras ni relojes.
Consideremos la vista:
una casa donde las nubes blancas
decoran los zaguanes embarrados.
Ah, dejá de lado tus buenas palabras
y tus malas palabras
¡Escupilas como piedras!
¡Vení! ¡Vení!
a comerte mis frutas complacientes.
Wanting to Die
Since you ask, most days I cannot remember.
I walk in my clothing, unmarked by that voyage.
Then the almost unnameable lust returns.
Even then I have nothing against life.
I know well the grass blades you mention,
the furniture you have placed under the sun.
But suicides have a special language.
Like carpenters they want to know which tools.
They never ask why build.
Twice I have so simply declared myself,
have possessed the enemy, eaten the enemy,
have taken on his craft, his magic.
In this way, heavy and thoughtful,
warmer than oil or water,
I have rested, drooling at the mouth-hole.
I did not think of my body at needle point.
Even the cornea and the leftover urine were gone.
Suicides have already betrayed the body.
Still-born, they don’t always die,
but dazzled, they can’t forget a drug so sweet
that even children would look on and smile.
To thrust all that life under your tongue!—
that, all by itself, becomes a passion.
Death’s a sad bone; bruised, you’d say,
and yet she waits for me, year after year,
to so delicately undo an old wound,
to empty my breath from its bad prison.
Balanced there, suicides sometimes meet,
raging at the fruit a pumped-up moon,
leaving the bread they mistook for a kiss,
leaving the page of the book carelessly open,
something unsaid, the phone off the hook
and the love whatever it was, an infection.WHEN MAN ENTERS A WOMAN
When man
enters woman,
like the surf biting the shore,
again and again,
and the woman opens her mouth in
pleasure
and her teeth gleam
like the alphabet,
Logos appears milking a star,
and the man
inside of woman
ties a knot
so that they will
never again be separate
and the woman
climbs into a flower
and swallows its stem
and Logos appears
and unleashed their rivers.
This man,
this woman
with their double hunger,
have tried to reach through
the curtain of God
and briefly they have,
though God
in His perversity
unties the knot.
THE ASSASSIN
The correct death is written in.
I will fill the need.
My bow is stiff.
My bow is in readiness.
I am the bullet and the hook.
I am cocket and held ready.
In my sights I carve him
like a sculptor. I mold out
his last look at everyone.
I carry his eyes and his
brain bone at every position.
I know his male sex and I do
march over him with my index finger.
His mouth and his anus are one.
I am at the center of feeling.
A subway train is
traveling across my crossbow
I have a blood bolt
and I have made it mine.
With this man I take in hand
his destiny and with this gun
I take in hand the newspapers and
with my heat I will take him.
He will bend down toward me
and his veins will tumble out
like children... Give me
his flag and his eye.
Give me his hard shell and his lip.
He es my evil and my apple
and I´ll see him home.
WORDS
Be careful of words,
even the miraculous ones.
For the miraculous we do our best,
sometimes they swarm like insects
and leave not a sting but a kiss.
They can be as good as fingers.
They can be as trusty as the rock
you stick your bottom on.
But they can be both daisies and
bruises.
Yet I am in love with words.
They are doves falling out of the
ceiling.
They are six holy oranges sitting in my
lap.
They are the trees, the legs of summer,
and the sun, its passionate face.
Yet often they fail me.
I have so much I want to say,
so many stories, images, proverbs, etc.
But the words aren't good enough,
the wrong ones kiss me.
Sometimes I fly like an eagle
but with the wings of a wren.
But I try to take care
and be gentle to them.
Words and eggs must be handled with
care.
Once broken they are impossible
things to repair.
THE KISS
My mouth blooms like a cut.
I've been wronged all year, tedious
nights, nothing but rough elbows in
them
and delicate boxes of Kleenex calling
crybaby
crybaby , you fool!
Before today my body was useless.
Now it's tearing at its square corners.
It's tearing old Mary's garments off,
knot by knot
and see -- Now it's shot full of these
electric bolts.
Zing! A resurrection!
Once it was a boat, quite wooden
and with no business, no salt water
under it
and in need of some paint. It was no
more
than a group of boards. But you hoisted
her, rigged her.
She's been elected.
My nerves are turned on. I hear them
like
musical instruments. Where there was
silence
the drums, the strings are incurably
playing. You did this.
Pure genius at work. Darling, the
composer has stepped
into fire.
THE BALLAD OF THE LONELY MASTURBATOR
.
The end of the affair is always death.
She's my workshop. Slippery eye,
out of the tribe of myself my breath
finds you gone. I horrify
thouse who stand by. I am fed.
At night, alone, I marry the bed
Finger to finger, now she's mine.
She's not too far. She's my encounter.
I beat her like a bell. I recline
in the bower where you used to mount
her.
You borrowed me on the flowered spread.
At night, alone, I marry the bed.
Take for instance this night, my love,
that every single couple puts together
with a joint overturning, beneath,
above,
the abundant two on sponge an feather,
kneeling and pushing, head to head.
At night alone, I marry the bed.
Ibreak out of my body this way,
an annoying miracle. Could I
put the dream market on display?
I am spread out. I crucify.
My little plum is that you said.
At night, alone, I marry the bed.
Then my black-eyed rival came.
The lady of water, rising on the beach,
a piano at her fingertips, shame
on her lips and a flute's speech.
And I was the knock-kneed broom
instead.
At night, alone, I marry the bed.
She took you the way a woman takes
a bargain dress off the rack
and I broke the way a stone breaks.
I give back your books and fishing
tack.
Today's paper says that you are wed.
At night, alone, I marry the bed.
The boys an girls are one tonight.
They unbutton blouses. They unzip
flies.
They take off shoes. They turn off the
light.
The glimmering creatures are full of
lies.
They are eating each other. They are
overfed.
At night, alone, I marry the bed.
ADMONITIONS TO A SPECIAL PERSON
Watch out for power,
for its avalanche can bury you,
snow, snow, snow, smothering your
mountain.
Watch out for hate,
it can open its mouth and you'll fling
yourself out
to eat off your leg, an instant leper.
Watch out for friends,
because when you betray them,
as you will,
they will bury their heads in the
toilet
and flush themselves away.
Watch out for intellect,
because it knows so much it knows
nothing
and leaves you hanging upside down,
mouthing knowledge as your heart
falls out of your mouth.
Watch out for games, the actor's part,
the speech planned, known, given,
for they will give you away
and you will stand like a naked little
boy,
pissing on your own child-bed.
Watch out for love
(unless it is true,
and every part of you says yes
including the toes) ,
it will wrap you up like a mummy,
and your scream won't be heard
and none of your running will end.
Love? Be it man. Be it woman.
It must be a wave you want to glide in
on,
give your body to it, give your laugh
to it,
give, when the gravelly sand takes you,
your tears to the land. To love another
is something
like prayer and can't be planned, you
just fall
into its arms because your belief
undoes your disbelief.
Special person,
if I were you I'd pay no attention
to admonitions from me,
made somewhat out of your words
and somewhat out of mine.
A collaboration.
I do not believe a word I have said,
except some, except I think of you like
a young tree
with pasted-on leaves and know you'll
root
and the real green thing will come.
Let go. Let go.
Oh special person,
possible leaves,
this typewriter likes you on the way to
them,
but wants to break crystal glasses
in celebration,
for you,
when the dark crust is thrown off
and you float all around
like a happened balloon.
DEMON
A young man is afraid of his demon
and puts his hand
over the demon's mouth sometimes...-
D. H. Lawrence
I mentioned my demon to a friend
and the friend swam in oil and came
forth to me
greasy and cryptic
and said,
'I'm thinking of taking him out of
hock.
I pawned him years ago.'
Who would buy?
The pawned demon,
Yellowing with forgetfulness
and hand at his throat?
Take him out of hock, my friend,
but beware of the grief
that will fly into your mouth like a
bird.
My demon,
too often undressed,
too often a crucifix I bring forth,
too often a dead daisy I give water to
too often the child I give birth to
and then abort, nameless, nameless...
earthless.
Oh demon within,
I am afraid and seldom put my hand up
to my mouth and stitch it up
covering you, smothering you
from the public voyeury eyes
of my typewriter keys.
If I should pawn you,
what bullion would they give for you,
what pennies, swimming in their copper
kisses
what bird on its way to perishing?
No.
No.
I accept you,
you come with the dead who people my
dreams,
who walk all over my desk
(as in Mother, cancer blossoming on her
Best & Co. tits-
waltzing with her tissue paper ghost)
the dead, who give sweets to the
diabetic in me,
who give bolts to the seizure of roses
that sometimes fly in and out of me.
Yes.
Yes.
I accept you, demon.
I will not cover your mouth.
If it be man I love, apple laden and
foul
or if it be woman I love, sick unto her
blood
and its sugary gasses and tumbling
branches.
Demon come forth,
even if it be God I call forth
standing like a carrion,
wanting to eat me,
starting at the lips and tongue.
And me wanting to glide into His
spoils,
I take bread and wine,
and the demon farts and giggles,
at my letting God out of my mouth
anonymous woman
at the anonymous altar.
AGAIN AND AGAIN AND AGAIN
You said the anger would come back
just as the love did.
I have a black look I do not
like. It is a mask I try on.
I migrate toward it and its frog
sits on my lips and defecates.
It is old. It is also a pauper.
I have tried to keep it on a diet.
I give it no unction.
There is a good look that I wear
like a blood clot. I have
sewn it over my left breast.
I have made a vocation of it.
Lust has taken plant in it
and I have placed you and your
child at its milk tip.
Oh the blackness is murderous
and the milk tip is brimming
and each machine is working
and I will kiss you when
I cut up one dozen new men
and you will die somewhat,
again and again.
IT IS A SPRING AFTERNOON
Everything here is yellow and green.
Listen to its throat, its earthskin,
the bone dry voices of the peepers
as they throb like advertisements.
The small animals of the woods
are carrying their deathmasks
into a narrow winter cave.
The scarecrow has plucked out
his two eyes like diamonds
and walked into the village.
The general and the postman
have taken off their packs.
This has all happened before
but nothing here is obsolete.
Everything here is possible.
Because of this
perhaps a young girl has laid down
her winter clothes and has casually
placed herself upon a tree limb
that hangs over a pool in the river.
She has been poured out onto the limb,
low above the houses of the fishes
as they swim in and out of her
reflection
and up and down the stairs of her legs.
Her body carries clouds all the way
home.
She is overlooking her watery face
in the river where blind men
come to bathe at midday.
Because of this
the ground, that winter nightmare,
has cured its sores and burst
with green birds and vitamins.
Because of this
the trees turn in their trenches
and hold up little rain cups
by their slender fingers.
Because of this
a woman stands by her stove
singing and cooking flowers.
Everything here is yellow and green.
Surely spring will allow
a girl without a stitch on
to turn softly in her sunlight
and not be afraid of her bed.
She has already counted seven
blossoms in her green green mirror.
Two rivers combine beneath her.
The face of the child wrinkles.
in the water and is gone forever.
The woman is all that can be seen
in her animal loveliness.
Her cherished and obstinate skin
lies deeply under the watery tree.
Everything is altogether possible
and the blind men can also see.
ANNA WHO WAS MAD
Anna who was mad,
I have a knife in my armpit.
When I stand on tiptoe I tap out
messages.
Am I some sort of infection?
Did I make you go insane?
Did I make the sounds go sour?
Did I tell you to climb out the window?
Forgive. Forgive.
Say not I did.
Say not.
Say.
Speak Mary-words into our pillow.
Take me the gangling twelve-year-old
into your sunken lap.
Whisper like a buttercup.
Eat me. Eat me up like cream pudding.
Take me in.
Take me.
Take.
Give me a report on the condition of my
soul.
Give me a complete statement of my
actions.
Hand me a jack-in-the-pulpit and let me
listen in.
Put me in the stirrups and bring a tour
group through.
Number my sins on the grocery list and
let me buy.
Did I make you go insane?
Did I turn up your earphone and let a
siren drive through?
Did I open the door for the mustached
psychiatrist
who dragged you out like a gold cart?
Did I make you go insane?
From the grave write me, Anna!
You are nothing but ashes but
nevertheless
pick up the Parker Pen I gave you.
Write me.
Write.
FROM THE GARDEN
Come, my beloved,
consider the lilies.
We are of little faith.
We talk too much.
Put your mouthful of words away
and come with me to watch
the lilies open in such a field,
growing there like yachts,
slowly steering their petals
without nurses or clocks.
Let us consider the view:
a house where white clouds
decorate the muddy halls.
Oh, put away your good words
and your bad words. Spit out
your words like stones!
Come here! Come here!
Come eat my pleasant fruits.
FROM THE GARDEN
Come, my beloved,
consider the lilies.
We are of little faith.
We talk too much.
Put your mouthful of words away
and come with me to watch
the lilies open in such a field,
growing there like yachts,
slowly steering their petals
without nurses or clocks.
Let us consider the view:
a house where white clouds
decorate the muddy halls.
Oh, put away your good words
and your bad words. Spit out
your words like stones!
Come here! Come here!
Come eat my pleasant fruits.
(Versiones en castellano de Sandra Toro)
ANNE SEXTON (EEUU, 1928-1974)
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