ENTREVISTA SOBRE EL ARTE, Nombre del artista: Margarita García Alonso . Por Abyss Borboa Olivera






Por Abyss Borboa Olivera
Lic. Lengua y Literatura de Hispanoamérica
Director de teatro y cine
Dramaturgo, cuentista, novelista, poeta y guionista.


ENTREVISTA SOBRE EL ARTE

Nombre del artista: _______Margarita García Alonso
Nacionalidad: ___francesa___________________________________________
Edad: ______________54__________________________________________________
Campo disciplinario: _____pintura, collage, arte digital, poesía ___________
Años de trayectoria: ________desde que nací, pero no validé  los proyectos pues desconocía que comer la cal de los muros o jugar con pipi era arte.
Lugar de residencia: __________Le Havre, Francia

1. Sabemos de antemano que conforme pasa el tiempo la misma visión del arte también cambia; cambian las técnicas, las formas y la estructura, pero de igual manera considero que el fondo siempre permanece, es decir, la propuesta del artista debe permanecer y es lo que lo hacer que el arte siga siendo arte.
¿Consideras que aún existe el arte en la actualidad, cómo defines tu respuesta?


Sí,  mientras existan seres que muestren lo que habita  en su interior y se empeñen en dar forma a esas visiones,  estudien, busquen. Mientras existan entes que  trabajen como si fuera una misión o la única forma de entenderse con la Humanidad, existe y existirá el Arte.

2. Hoy en día las tendencias (“moda”) también marcan lo que muchos llaman “arte”, ¿por qué o por qué no consideras que el arte se basa en tendencias?

Las tendencias son como un golpe de Estado previsible y tienen su plaza en el “arte” porque conspiran durante un lapsus de tiempo contra los patrones establecidos. Desposeen, decapitan y su fin oportunista sube a podios a elementos dispuestos a sacrificar ese mismo arte para complacer a un público sediento de novedad.

Desgraciadamente, cuando son aceptadas, caen, son derrotadas por otras corrientes. Este asunto es delicado porque causa sufrimiento para generaciones de trabajadores manuales, solo se salvan los que  continúen  en la esencia, decir lo suyo,  lo que se tenga que mostrar, nunca trabajar para snobs fulminados de bulimia dudosa.

 Las tendencias caen en el vicio de tendenciosas, pero en cada una de ellas puede que emerja un artista genial o simplemente desaparezca  una generación -como si fuesen pantalones pata de elefante o el corte de pelo africano llamado espendrun.

Las tendencias siempre han existido,  es lo que aporta trabajo a los historiadores para  determinar épocas, estilos, y hablar cascaras hasta las orejas de accidentes de taller con los que fabulan sobre el inconsciente, el mundo interior  del artista.  

De todas formas, de una forma u otra,  hay que implicarse en el cuadro científico del mundo, a menos que se desee reconocimiento como obsoleto.

3. ¿Cuáles son los puntos que consideras debe tener una obra para poderla llamar obra de arte?

Uno solo: “que no deje indiferente”. El resto entra en la estética personal que no tiene que coincidir con la oficial, que guste, me hable, me incite, me provoque, y en todas las ramas que acompañan su  proyección ligadas a “lo bello”, la belleza”, “la negación”, “la afirmación”, “la duda”.  Para decir simple vulgarizo el concepto, que pasado un tiempo, la obra este plantada sobre algo que entiendo o no abarco, pero desafía por única.


4. ¿Desde tu trayectoria como artista, cómo ves que ha avanzado o no el arte en el medio en el que te desenvuelves?

Avanza como una confitura de guayaba en el Polo Norte. De forma inexplicable los icebergs más  impresionantes ocultan  la superficie y no son apreciados por los navegantes. Algunos desprendimientos del marketing flotan y provocan enormes desgastes, en medio de la sacro patética inquisición de improvisados, curadores, galeristas, organizadores de Ferias, bienales y críticos que  lanzan volantes de satisfacción justificando su trabajo, en ningún caso el del artista. 

Vivimos  en medio de la  fantasmagórica  explosión de mediocridades,  de la revancha de esos personajes que menciono, quienes pasan antes que el creador. Lo puedes comprobar hasta en el afiche, en grandes caracteres: “expo curada por” y en pequeño una lista de agradecidos.

Nunca me he estancado en un género,  cuando pintaba al oleo tuve mucha suerte; las performances e instalaciones de los noventa llamaron la atención  y  en un momento  entré en la creación digital y pude  avanzar más rápido, sin ensuciarme las manos.  Para mi gran sorpresa  escapé del lot  cuando fui seleccionada por  una curadora de Saatchi, quien me ubicó  en el selecto grupo de Spotlight en France;  sin embargo, siendo cubana y la primera en  ocuparse de forma sostenida en  las creaciones digitales, los especialistas del patio no me mencionan en ninguna escritura.

No sé si tiene mérito, si llego o tengo buen paso, lo cual me da una enorme libertad para ensayar técnicas y seguir sin fijarme en un proceder. Siempre como perdedora he ganado.

 En estos tiempos, es casi un delito vender obras y los creadores digitales estamos a merced de quien nos imprime- el viaje es afortunado con internet, pero ofende la bravura de los plagios, la recuperación dudosa, la atribución por peldaños y nunca saber por qué una pieza alborota a los japoneses, deja indiferente a los mexicanos y hace llorar a los noruegos.

En esas estoy, sin entender, en medio del mar helado, mirando como personas que se consideran cultas insisten en divulgar a “woman/man/ show” de las artes visuales, mientras  el mercado internacional  vende piezas a precio de ciudad- incluida la alcantarilla y la educación de los habitantes durante tres siglos- se montan altares en la Web, y se  deteriora la razón.

Como en los juegos de azar, te toca el loto o no alcanzas para el pan. Creo que sucede a muchos artistas  y no hablo de supuestas “exposiciones sublimes” en las redes sociales.


5. Con los cambios y los procesos históricos hemos visto que también el arte adquiere diferente significado, es decir, transforma su ideal de acuerdo a su contexto,  ¿consideras que el arte debe ser algo tan subjetivo que pueda ser evaluado por quien fuera?

No creo en los ideales, tampoco en los contextos, - en todo caso para romperlos- menos en la subjetividad y me parece detestable que el Arte sea dictado por críticos, pues mientras estos se consideren superiores al que realiza una pieza y coman por decir tonterías  e imponer “tal” o “cual cosa”, no existirá valoración justa. No me gusta esa situación, no se puede ser juez si se come según la sentencia, creo que debe ser evaluado por una élite pluralista que busque sin contratiempos, de cazadores de bienes para la humanidad.

Muy utópico, pero creo en la diversidad, la riqueza, la oportunidad para cada artista. 


. ¿Por qué consideras que el arte debiera tener una propuesta social, es decir, que el artista proponga algo a través de su trabajo?

No creo en “propuesta social” pues es un término engañoso. Propuesta como trabajo me va, social, no. La sociedad no es un montón de cacharros apretujados;  en ella circulan capas y sub capas, tribus y corrientes diversas, todas. “La sociedad” es una palabra malsana y abstracta. Solo creo en las propuestas humanas.  


7. Algunos académicos consideran la muerte del arte desde siglos atrás, porque dejo de darle sentido a su contexto para enfocarse a lo que otros llaman darle sentido subjetivo a lo propio: el nihilismo. ¿Consideras que la manera de crear arte es la manera en que se evalúa la condición humana?

Hace un tiempo escribí este poema para el libro “La costurera de Malasaña”:
Monederos de piel humana


Cuando los jóvenes poetas españoles
celebraron en 1927 el homenaje
a don Luis de Góngora,
Gerardo Diego confesó
que le había sido de mucha ayuda
las descalificaciones de los eruditos.

Si un escritor es despreciado
por algún famoso académico,
enseguida busca descubrir
el hueso de la poesía.

Los eruditos siempre aciertan al revés,
como los meteorólogos de campanario.

Ya sabes lo que pienso de los académicos que promueven el trauma de la muerte de casi todo y la resurrección de tiempo en tiempo, mientras venden monederos de piel humana. Ya sabes, creo en el humano como principio de la divinidad. 
           

8. Yo considero que cuando el artista pretende vender su obra sin afán artístico, deja de ser artista, no por ello es mal visto que su obra se venda y que la gente desee compararla, me refiero cuando el artista crea para que a la gente guste y compre, pero ya sin un sentido de arte, ¿consideras que deja de ser artista o simplemente los medios cambian al artista?

Creo que hay que comer, primero comer y dormir al abrigo cuando cae el invierno. Un creador cuando pone casitas coloreadas pone su grano. Dichoso si puede repetirse pero alimenta a la familia.

Un talentoso hace sus necesidades como cualquiera de otro oficio y se siente feliz si su trabajo lo permite. En ningún caso hay que confundirlo con los mercaderes, quienes están en el oficio porque vieron un filón, o subestiman la facilidad para engañar a incautos,  y mucho menos confundirse con los promotores de candelillas.  Son lejanos: el artista se priva, el que factura para tener venta se aprovecha.

El ideal para ser aceptado reposa en que trabajes mucho, tengas dones o capacidades, conocimientos, talento y  asumas riesgos. Pero es una regla sin ninguna lógica, la mayoría  no son aceptados. Ni siquiera el ángel.

La gratuidad o el elogio rápido hacen que un artista pinte más o menos lo mismo durante  toda su existencia. Se esconden bajo el “estilo”, pero es miedo a no ser reconocido, a perder esa aceptación. Puede que por ello lleguen a famosos, pero utilizan poco caudal. Simples variaciones. Quienes se aferran a la pureza –nunca vender para comer- pierden  tiempo en dudas existenciales, sucumben en necesidades y puede que lleguen. Tampoco es seguro. Además,  lo importante es la soledad luminosa de crear, descubrir que has dado forma y perfección a una pieza.

 No se dedica uno  a esta pasión  sin tener referencias.  Van Gogh alcanza millones en una venta pero en vida contaba las migajas de pan negro. En cualquier momento venden huesillos de artista para deleitar a millonarios que  cobrarán por exponerlos en  relicarios- a la antigua usanza dedicados a santos- en homenaje al artista que financiaron y hace la gloria de tal o cual Fundación. No tardaremos en contemplar  a cualquier “new artista” chupando  en público  el menisco de Chagall para lanzar su carrera internacional, pues a no ser que se tenga una frustración escondida,  comienza a aburrir el asunto de enseñar el sexo.

Dichosos  los que pueden escoger sintiéndose aislados, los que tienen la fuerza de respetarse en medio del  olvido.

Lo que más me molesta actualmente son las sumas astronómicas que perciben algunos elegidos en el llamado arte contemporáneo. Se instalaron en  la recuperación, en la manufactura industrial, cuentan con equipos de realización. Todas las piezas reunidas sirven para un buen salón, el resto es cogedera de pelos para snobs, confusión para las limpiadoras de museos, selectividad, pretensión, humillación, desespero.

 Este grupito de elegidos cuenta con un marketing extraordinario, se mueve en bienales, vende a banqueros aburridos y nació con  nómina cerrada. Así es como tenemos que espantarnos la  inexpresiva cara de una  en cursilerías de reencuentros; a uno desgraciando antiquísimos jarrones, a otro que ofrece una tesis sobre la tabla fotométrica en  los plátanos, a la que orgasma para marcianos, o  a la que finge un suicidio o diseca un chivo junto a innumerables juguetes de plástico que flotan, mean,  se erigen como objetos fálicos.  Tenemos que verlos hasta en la sopa, bajo la baba de personas que consideras inteligentes, aunadas en la moda.

La provocación propia de la creación se ha transformado en provocación por “mierda genial” argumentada en cientos de papeluchos conceptuales para explicar la poca novedad. Actualmente,  presentar un proyecto conlleva las mismas normas que una oficinista menopáusica aplica en una tediosa hoja de cálculo.  El artista como un bien creado por siniestras y secretas  multinacionales de la cultura.

9. ¿Estarías a favor de clasificar el arte como una expresión cultural donde a partir de la visión de mundo del artista, éste manifiesta su sentir, su pensar, en sí su ideología?

No, porque sería muy estrecho ese pasillo. “Expresiones culturales” me habla del conjunto de reuniones sociales donde los hombres se  ponen el cartelito de haber estudiado cualquier cosilla en grados superiores, se muestran, se tiran fotos y fichan  gustos.

La “ideología/s” es la mayor catástrofe planetaria después de la creación de la Tierra, una enfermedad crónica, a veces  incurable,  que provoca el disfuncionamiento de una zona del cerebro,  la degeneración de la espiritualidad.

Entre los síntomas de la “ideología” está taparse un ojo y en medio de convulsiones provocadas por prejuicios, rechazar algo. En el totalitarismo llegan a cubrirse la cara y exterminar la obra o al artista.

El Arte, las artes, el Hombre si es capaz de dar forma a su singularidad,  ya tocan energías.  No es una tarea fácil, pero rechazo que el artista, conscientemente, como es el caso actual en la izquierda latinoamericana,  presente obras oportunistas porque sabe que tal corriente ideológica lo promociona. También florecen quienes no tocan una barbarie para no ser excluidos. 

La “ideología”- en nuestro momento-  es símbolo de compromisos, si son ataduras ajenas, quedan en sogas que contradicen el humanismo, ese gran concepto y deber hacia los semejantes.

Soy profundamente humanista, cualquier variante “ideológica” que me impongan por grupo, nacionalidad, acera con sol o con sombra, política, partido, estancia geográfica,  etc, etc, no puede contar con mi obra y menos con mi lengua y escritos.




10. ¿Pudieras considerar que el arte únicamente debe pertenecer a una élite dentro de la sociedad?, ¿por qué consideras que el arte debiera ser parte de todos, y cómo crees que sería la manera más sencilla de llevar el arte a las masas?

El arte es elitista (grupo selecto de conocedores) creado, promocionado, sustentado por esa élite, pero no le pertenece.  

Su función es encontrar cómo  rescatar,  exponer, alimentar a esa “masa”- término despectivo, inmundo, pero en fin, el que se usa-    tocar a ese conjunto de personas confundidas en la cotidianidad y la sobrevivencia, con la maravilla,  reconocer la sensibilidad individual y esperar  que esto  les alivie las tareas.

La manera más sencilla es el reconocimiento de los Estados a los creadores, instituir que crear, producir arte es  tan respetable como picar piedras y  extender una carretera.  Cada Estado, institución, organismo, asociación,  debe llevar esa carretera a cada rincón, pueblo, aldea, como una riqueza de ese lugar y de sus habitantes.

De todas formas, he comprobado que de nada sirve sentarse a esperar, hay que morder los seborucos,  aplanar terreno para construir, sustentar una obra en   la capacidad a mejorarse como individuo, en jamás mancillar a otro ser. En ser el mejor, no detenerse hasta el extremo y llegado al borde saltar al abismo.  Los contemporáneos raramente son el termómetro de tu valor artístico. Las obras generosas,  las bondadosas reciben, a tiempo o a destiempo,  reconocimiento.

¡Gracias!
 

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