mierdas
Miren que trato de mirar al mar y darme duchas de aire helado, pero que vergüenza me dan estos escritores en exilio que se han convertido en publicistas de escritores que van y vienen por las líneas de la censura de la Habana, -caso reciente, que guatequería señores con el periodismo de Padura, lo que dijo, como se rascó en la presentación de un libro- relinkeado con gustosa mansedumbre, cuando ninguno es mencionado en la isla.
Qué indignos y falta de ética, como se dejan pisotear el nombre, y sirven de pala a aquellos que juegan a Conde en palacio, camarada en trinchera, de cada bando se hacen espuelas.
Lo visto hoy en Facebook es para pedirle a los perros que apaguen el quinqué, que la casa está llena de esperpentos y payasos. Y qué pena, si los saco de mi lista, me quedo con cinco intelectuales.
Qué soledad tan grande, madre de dio's.
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