SucotSucot es la fiesta de las cabañas, una festividad de siete días (ocho en la diáspora) caracterizada por las cabañas que construimos al aire libre y las “cuatro especies” que agitamos juntas durante la fiesta.
Durante toda la semana de Sucot, comemos, dormimos y compartimos en la sucá. La Suca o cabaña simboliza las frágiles cabañas en las que los israelitas vivieron durante sus cuarenta años por el desierto desde el Éxodo de Egipto. También sirve para recordar a los judíos la explicación de cómo D’s les protegió, proveyendo sus necesidades en el desierto.
Las Cuatro Especies:
De las mitzvot que se observan en esta fiesta es reunir las primicias de las cuatro especies o Arbaat Haminim, compuestos por:
1) Etrog: Un fruto de cidro, Citron, una fruta con fragancia (similar al limón)
2) Lulav: Una rama de palmera
3) Hadás: La rama de mirto
4) Aravá: Las rama de sauce
Comidas para Sukot
En Sucot se acostumbra a comer alimentos que contengan alguna de las siete especies (trigo, cebada, uvas, higos, granadas, aceitunas y dátiles,), tambien comemos vegetales y frutas frescas de temporada, alimentos que contengan Etrog como postres o mermeladas, algunos acostumbran a comer Kreplaj, pimientos y calabacines rellenos, otros acostumbran a comer alimentos de la cosecha de otoño: calabaza, zanahorias, manzanas, papa dulce o Batata, frutos secos y en general cualquier alimento tradicional de la cocina Judía lo importante es disfrutarlo en el interior de la Suca.

El Precepto de la Sucá — Sombras de Fe y Gloria
“En Sucot habitarán siete días; todo habitante de Israel habitará en Sucot, para que sepan vuestras generaciones que en Sucot hice habitar a los hijos de Israel cuando los saqué de la tierra de Egipto”
-Vaikrá / Levítico 23:42–43
El Talmud (Suca 11a) enseña que estas Sucot no eran simples cabañas, sino las Ananéi HaKavod, las Nubes de Gloria, con las que el Eterno envolvió y protegió a Israel en el desierto. Estas nubes no solo cubrían al pueblo, sino que los rodeaban con un escudo de amor divino: cuatro en los puntos cardinales, una arriba, otra abajo y una más al frente, que allanaba el camino, eliminaba peligros y guiaba cada paso.
Por eso, cuando cumplimos el precepto de habitar en la Sucá, no es solo una tradición; es una invitación a sentir nuevamente esa envoltura divina. Al sentarnos bajo el sejaj (el techo vegetal), recordamos que no fueron nuestras fuerzas las que nos sostuvieron, sino la protección amorosa de HaShem.

El Tur, explica por qué la Torá nos ordena construir la Sucá en el mes de Tishrí y no en Nisán, cuando salimos de Egipto. En Nisán, el clima es cálido y las personas naturalmente buscan sombra; por lo tanto, construir una cabaña no demostraría una intención espiritual. En cambio, en Tishrí, cuando el frío comienza y lo natural sería quedarse en casa, salimos a habitar bajo el cielo, expresando nuestra voluntad pura y consciente de cumplir con la mitzvá de HaShem.

Por eso, el Shulján Aruj enseña que es un buen signo comenzar la construcción de la Sucá inmediatamente después de Yom Kipur —como símbolo de nuestro deseo de mantener viva la conexión espiritual lograda durante los Días Temibles. Es preferible que cada uno participe personalmente en su construcción, colocando al menos el sejaj con sus propias manos. Si no puede hacerlo, que designe a alguien como su emisario, pues incluso ese acto tiene un valor espiritual inmenso.

Conducta dentro de la Sucá
La Sucá no es solo un refugio físico, sino un espacio sagrado.
Los sabios enseñan que dentro de ella debemos evitar conversaciones de “jol” (temas mundanos) y procurar llenar el aire con palabras de Torá, cantos y alabanzas a Bore Olam.
La santidad de la Sucá es tan grande, que cada palabra de Torá pronunciada dentro de ella se eleva directamente ante el Trono Celestial.
Allí se despierta el amor, la fraternidad, el shalom y la armonía —y la luz que la persona atrae sobre sí y su familia no tiene medida.
Dichoso quien santifica su Sucá, pues su porción en el Cielo será luminosa y eterna.

Sucá (en hebreo: סוכה) es un tratado de la Mishná y del Talmud. Es el sexto tratado del orden de Moed. Sucá se ocupa principalmente de las leyes relacionadas con la fiesta judía de Sucot. El tratado tiene cinco capítulos. En este tratado se exploran los siguientes temas:
- La Sucá, o tabernáculo, en el que se vive durante la festividad de Sucot.
- Las leyes relativas a cada una de las cuatro especies de plantas que se agitan durante las oraciones en la festividad de Sucot.
La Mishná forma parte del Talmud y es la base de la ley judía y rabínica, también llamada Halajá, conjuntamente con la Torá, la ley escrita. posteriormente la Mishná fue ampliada y comentada durante tres siglos por los sabios (los jajamim) de Babilonia, estas discusiones dieron lugar a la Guemará, el comentario de la Mishná. Existen dos versiones del Shas, el Talmud de Babilonia y el Talmud de Jerusalén.[2]
Sucot comienza este atardecer del 6 de octubre del 2025, y culmina al anochecer del 15 de octubre del 2025. Se celebra a continuación de las Altas Fiestas y dura siete
días.
¿Qué es Sucot?
#Sucot es una festividad de 7 días en la que recordamos las Nubes de Gloria que nos protegieron al salir de Egipto y las cabañas en las que habitamos durante los 40 años en el desierto.
Sucot es denominada el tiempo de nuestra alegría, y es una festividad particularmente alegre en la que dejamos nuestra vivienda fija y nos vamos a vivir a la sucá. Así lo manda la Torá en Lev 23.
La Sucá nos enseña un gran mensaje: “En este mundo no somos dueños de nada. En este mundo vivimos como pasajeros. Nada de este mundo es parte nuestra. Todo lo que poseemos en este mundo es temporal”.
Cuando lleguemos a tener ese sentimiento, que en este mundo no somos dueños de nada, estamos seguros que todo tipo de problema no llegará a pleito o pelea, ya que la raíz de los problemas es porque cada quien pelea su parte. Pero si entendemos que no somos dueños de nada y todo es pasajero, todo se convertirá en Shalom.
Es por eso que la Sucá se relaciona con el Shalom, ya que la
#Sucá representa lo pasajero, y como dijimos, lo pasajero provoca hermandad, Shalom y mucha tranquilidad en este mundo.
Vuelve a nosotros, Oh Eterno, y nosotros volveremos a tí. Renueva nuestros días como en tiempos anteriores, y veremos con nuestros ojos la real redención. Amén
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