יְבָרֶכְךָ ה' וְיִשְׁמְרֶךָ יָאֵר ה' פָּנָיו אֵלֶיךָ וִיחֻנֶּךָּ יִשָּׂא ה' פָּנָיו אֵלֶיךָ וְיָשֵׂם לְךָ שָׁלוֹם

 


Que el Señor te bendiga y te guarde. Que el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti y te muestre su misericordia. Que el Señor alce sobre ti su rostro y te conceda paz.




Escribe una frase personal o una breve oración dirigida al Creador para la sanación del órgano por ejemplo: Ribono Shel Olam (Dueño del mundo), Sana mi corazón/espalda/piel. Revela en mí la sanación que hay dentro de mí. Devuélveme la sensación, la fe, la vida. puedes escribir tu propia petición o utilizar la siguiente:

Oración para la Sanación de los Órganos Amado Creador, fuente infinita de vida y sanación, en este momento me presento ante Ti con humildad, pidiendo luz y restauración para cada parte de mi cuerpo. Bendice mis órganos y restáuralos con Tu energía sanadora. Que mis pulmones respiren la vida con paz, que mi corazón pueda latir con amor y armonía, que mi hígado libere toda ira y frustración, que mis riñones suelten el miedo y la inseguridad, que mi estómago y mis intestinos procesen con facilidad, que mi garganta exprese mi verdad con confianza, y que cada célula de mi ser se llene de salud, luz y vitalidad. Declaro que mi cuerpo es un templo sagrado, creado con sabiduría y perfección. Hoy elijo liberar toda emoción atrapada, permitiendo que la energía de sanación fluya libremente. Así como en Tu palabra está el poder de la creación, hoy uso mis palabras con fe y certeza para restaurar mi ser. Que Tu bondad y misericordia me cubran, y que la luz de Tu amor me renueve desde adentro. Amén

Consejo para continuar el trabajo: Lee estas hojas nuevamente con el corazón en calma durante 7 días. Agrega más conversaciones, declaraciones e imágenes. Puedes leer la conversación en voz alta frente al espejo o mientras haces una respiración profunda.

EJERCICIO DE VISUALIZACIÓN GUIADA: HABLA CON TU ÓRGANO Y ACTIVA SU SANACIÓN

Encuentra un lugar tranquilo donde puedas sentarte o acostarte cómodamente. Cierra los ojos, respira profundamente y permite que tu cuerpo se relaje con cada exhalación. Paso 1: Conéctate con tu cuerpo Lleva tu atención a tu respiración. Inhala lenta y profundamente por la nariz, sostén por unos segundos y exhala suavemente por la boca. Haz esto tres veces, permitiendo que cada inhalación lleve oxígeno y vida a tu cuerpo, y que cada exhalación libere tensiones y preocupaciones. Paso 2: Identifica el órgano que necesita sanación Ahora, enfoca tu atención en el órgano de tu cuerpo que deseas sanar. Visualízalo en tu mente, siente su presencia dentro de ti. Si hay dolor o incomodidad, simplemente obsérvalo sin juicio, reconociendo su existencia y enviándole gratitud por el trabajo que hace cada día por ti. Paso 3: Comunícate con tu órgano Imagina que tu órgano tiene una conciencia propia, que puede escucharte y responderte. Con mucho amor y respeto, dile mentalmente o en voz baja: 🔹 Te veo, te reconozco y te agradezco por todo lo que haces por mí. 🔹 Lamento si alguna vez te he ignorado o no he sabido cuidarte. 🔹 Hoy elijo enviarte amor, sanación y equilibrio. Si sientes alguna emoción fuerte, permítete sentirla y soltarla con cada exhalación. Paso 4: Pregunta y escucha la respuesta Hazle a tu órgano una pregunta en tu mente, como: ¿Qué necesitas de mí para sanar? ¿Qué emoción o recuerdo guardas que debo liberar? ¿Cómo puedo apoyarte mejor? Luego, quédate en silencio unos momentos y presta atención a cualquier sensación, imagen, palabra o emoción que surja. No lo fuerces, simplemente recibe lo que llegue, confiando en la sabiduría de tu cuerpo. Paso 5: Envía luz y energía sanadora Imagina una luz brillante descendiendo desde lo alto, llenando todo tu cuerpo de paz y amor. Dirige esa luz hacia tu órgano, visualizando cómo lo envuelve, lo limpia y lo llena de vitalidad. Mientras haces esto, repite en tu mente afirmaciones como: Mi cuerpo sabe sanar y se regenera con amor. Estoy en perfecta armonía y equilibrio. Cada célula de mi ser se llena de salud y bienestar. Paso 6: Cierra la visualización con gratitud Cuando sientas que el ejercicio está completo, respira profundamente una vez más. Agradece a tu órgano por comunicarse contigo y por permitir la sanación. Agradécete a ti mismo por dedicar este momento a tu bienestar. Cuando estés listo, abre los ojos lentamente y regresa al presente con una sensación de paz y renovación

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