vulnerabilidad

 


Dice el ZOHAR:

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El señor de la oscuridad tiene su base dentro de la VÍA LÁCTEA, para la mayoría de observadores de los cielos la Vía Láctea es un continente celestial inexplorado lleno de belleza exótica y de serenas entidades estelares.
Sin embargo dentro de esa vista impresionante del paraíso de un astrónomo esta tejido el peor enemigo de la humanidad. ¡El Escuadrón de la Estrella de la Muerte!
El Zóhar deja muy claro que nuestra existencia y nuestro carácter están determinados por la conexión profunda entre el hombre y el cosmos.
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En un momento dado se crea un espacio y un marco para la vulnerabilidad individual.
La razón de que una persona desarrolle una enfermedad o ponga en marcha el proceso para que ocurra un infortunio, se encuentra dentro de ese espacio vacío, donde la Fuerza no tiene expresión física, en el que el Señor de la Obscuridad y su Escuadrón de energías-inteligencia negativas son los poderosos invasores capaces de destruir nuestro cuerpo o nuestro medio ambiente.
El Señor de la Obscuridad y su Escuadrón de la Estrella de la Muerte reciben combustible a través de canales cósmicos.
Cuando un individuo reencarnado expresa vulnerabilidad, esa condición crea el espacio vacío preciso que ha estado esperando el Escuadrón de la Estrella de la Muerte.
Como un escorpión mortífero, la Estrella de la Muerte aprovecha la oportunidad y se lleva al individuo al Imperio de la Obscuridad.
El decaimiento de las defensas corporales, que permite la reproducción celular anormal en forma de un tumor que amenaza acabar con la vida de un individuo, se origina en esos intervalos de vulnerabilidad creados por el factor de espacio vacío.
El Escuadrón de la Estrella de la Muerte inhibe el sistema inmunológico del cuerpo y le impide desempeñar las funciones que desde años atrás venía realizando tan exitosamente. Este factor determina por qué, en igualdad de diagnóstico y tratamiento, un paciente fallece y otro sobrevive; y también por qué una persona desarrolla una enfermedad y otra no.
Además del factor de encarnación, existen otras varias causas que contribuyen al ataque sobre el cuerpo humano.
Las zonas de peligro mencionadas en mi el libro Las Zonas del Tiempo representan un golpe continuo de energía-inteligencia irrestricta e incontrolada sobre el cuerpo
humano y el medio ambiente. Al no ser controladas estas fuerzas, nuestras vidas están destinadas al fracaso, el infortunio y el caos.
A través del Zóhar y sus historias y narraciones entrelazadas, uno se hace consciente de que todo nuestro medio ambiente participa en una gigantesca danza cósmica. Sabemos que la atmósfera terrestre continuamente es bombardeada por rayos cósmicos y cascadas de energía provenientes del espacio exterior que destruyen y crean, en una rítmica
coreografía cósmica.
El futuro del hombre depende del trato que le deparen los cielos. Su espíritu está casi totalmente dominado por un mundo celestial superior de recursos aparentemente infinitos. Calores
quemantes, el efecto de invernadero, relámpagos, tornados, huracanes, por mencionar sólo algunos de estos fenómenos, representan un impredecible ataque de devastación que sobrepasa cualquier cosa que el hombre pudiese imaginar.
La idea de una superioridad celestial forma parte de la vida cotidiana. El sol y la luna
ejercen una fuerte y profunda influencia sobre nuestras vidas. La luna hace que las mareas suban y bajen. El sol nos calienta durante el verano y se desvanece en los cada vez más fríos días de invierno.
Haciendo una extensión de la idea de intrusión cósmica, el Talmud establece que la invasión del mal de ojo es la causa principal de muchas muertes súbitas sin explicación aparente. Ya hemos explorado el punto de vista zohárico en relación con el mal de ojo y el significado que le atribuye el código bíblico.
Como contraste a la visión mecanicista de occidente, la cosmovisión cabalística es de unidad orgánica. El Cabalista considera que todas las cosas y eventos percibidos o que actúan uno sobre el otro, son energías-inteligencia que están siempre interrelacionadas y unidas. Aún cuando
aparecen como aspectos manifestaciones distintas en nuestro mundo, se les considera esencialmente como partes de un todo unificado.
Nuestra tendencia a dividir los mundos físico y metafísico en conceptos separados es vista por los cabalistas como algo perteneciente al ámbito de la ilusión.
Para la visión cabalística, los canales de nuestros cinco sentidos, ojos, oídos, nariz, boca y manos, son de naturaleza intrínsecamente dinámica. El Cabalista ha llegado a comprender que estas funciones actúan fuera de nosotros, además de brindar al ser humano la oportunidad de experimentar el mundo circundante.
Nuestros cinco sentidos son energías-inteligencia, como el cerebro, que actúan sobre nuestro medio ambiente que, a la vez, son influidas por el cosmos. Es interesante y quizá no tan sorprendente que el Arí, el Rabino Isaac Luria, haya construido un mapa mental de la realidad sensorial, en el cual cuatro de los cinco sentidos principales son llamados “básicos” y reducidos a sus condiciones generales de energías-inteligencia.
Existen esencialmente 4 fundamentos básicos (energías-inteligencia) en todas y cada una de las existencias. Estos son: Vista, oído, olfato y habla. Este es el secreto de las cuatro letras del Tetragramatón. Estos canales son activados por las cuatro energías-inteligencia de la Fuerza, conocidos por sus nombres codificados “Alma del Alma (vista), Alma (oído), Espíritu (olfato) y Espíritu Crudo (habla)”.
La abstracción es una característica crucial de las enseñanzas cabalísticas. Debido a que tendemos a quedar involucradas con las estructuras y fenómenos de nuestra realidad física, no siempre podemos
tomar en cuenta todas sus facetas.
Nuestro conocimiento es por costumbre un sistema caracterizado pon una estructura lineal y secuencial, típica de la manera en que pensamos. Lo que parece decirnos el Arí es que se trata de un fenómeno que hay que tener en cuenta al considerar el cuerpo humano:
La energía-inteligencia del cuerpo.
Los ojos, establece el Arí, simbolizados por la Yud del Tetragramatón, representan el aspecto de la Fuerza más intenso y de mayor significación. Consecuentemente, la energía-inteligencia generada por el ojo puede ser fácilmente transmitida a otra persona o cosa. Por ejemplo, si la energía a transmitir es de naturaleza negativa, y el individuo que la recibe no tiene un escudo de protección, o siente que en ese momento hay una fisura en su sistema inmunológico, entonces será vulnerable al ataque.
En ese preciso momento, todo aquello que esté operando se infiltrará en el
sistema inmunológico, encerrándose ahí y preparando la estrategia para asestar el golpe mortífero.
Todo esto es muy similar en comportamiento a un misil activado por calor, que una vez estimulado por los motores de un avión de combate enemigo, se inserta en él para destruirlo. Una vez que la energía-inteligencia mortífera se vuelve parte integral de la persona, se puede desatar todo el infierno, dependiendo de lo que esté sucediendo en el cosmos.
El poder del ojo, entendido desde una perspectiva cabalista, se convierte en un poderoso instrumento de curación, tanto como puede ser un devastador canal de destrucción. La tecnología láser está desplazando rápidamente a los procedimientos quirúrgicos convencionales.
Para curar un hueso enfermo o roto, o necesario llegar al área afectada. El rayo láser puede penetrar e invadir el cuerpo sin incisión o cirugía. El poder y la penetración de la vista no constituyen precisamente una prescripción novedosa.
La Biblia y el Zóhar abundan en narraciones relacionados con el asombroso poder de la observación y el mal de ojo. La pregunta que se debe formular en este momento es: “¿Cómo y por qué la transmisión por mal de ojo crea tantos infortunios?. ¿Dónde se origina el aspecto del mal de ojo?”.
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“...y lo enviará (el macho cabrío) por mano de un hombre Et”. La palabra Et (con buena disposición) sugiere que para cada tipo de acción hay gente específicamente adecuada. Hay algunos hombres especialmente adecuados para la transmisión de bendiciones, por ejemplo, una persona con “buen ojo”. (Está escrito con relación al sacerdote:
“Un buen ojo puede transmitir positividad y bendiciones”, porque a través del ojo sacerdotal se manifiestas las bendiciones y la curación.) Hay otros que son especialmente adecuados para la
transmisión de negatividad y maldiciones.
En aquello sobre lo que se posan sus ojos se confirman sus maldiciones... Por ello... un hombre debe cambiar de rumbo cien veces con el fin de evitar a una persona con mal de ojo... El sacerdote era
capaz de reconocer a esa persona porque tenía un ojo ligeramente más grande que el otro, cejas abultadas, ojos azulosos y mirada perversa.
...En Gush Halba había un hombre cuyas manos traían la muerte a lo que tocaran, y nadie se le acercaba. En Siria había un hombre cuyas miradas traían infortunios, aún cuando su intención era buena. Un día una persona caminaba por la calle con el rostro resplandeciente cuando este hombre lo miró y su ojo quedó abatido.
Lo que parece emerger del Zóhar es la noción del poder ojo y su capacidad para atacar a otra persona proyectando energía-inteligencia negativa. Si alguien a quien conoce piensa de usted en forma negativa, la canalización a través del ojo puede afectar su bienestar físico y mental.
La energía-inteligencia de un ojo negativo puede extenderse de manera tal que llegue a provocar algún percance en la vida de una persona, como un accidente o algo parecido. Y también hay otros que pueden no desear hacer un intencionalmente, pero su particular carencia de lo que el tiene proyecta este mal o deseo. Por ejemplo, un hermano no tiene hijos, al ver a los de su hermano, puede enfocar mentalmente hacia ellos la energía-inteligencia del pensamiento de deficiencia que experimenta.
Generalmente, a los niños les considera más vulnerables a las energías-inteligencia pensamiento negativo, y la gran mayoría no se da cuenta de vulnerabilidad.
La razón de la debilidad le los niños es la ausencia del Deseo de Compartir, que solamente se vuelve parte integral del alma interna a la edad de 13” años en los varones y de doce en las mujeres. Hasta esta edad, el Deseo de Recibir para Uno Mismo domina a los niños.
Consecuentemente, atraen hacia sí mismos todo tipo de energía que esté por ahí, ya que principalmente son receptores. En la madurez, cuando la energía-inteligencia del Deseo de Recibir con el Fin de Compartir se vuelve un elemento participante en su psique interna, toda su estructura interna y mental queda esencialmente equilibrada, hasta que la actividad negativa ingresa a su personalidad.
Sin embargo, esta forma de vulnerabilidad no es exclusiva de los niños. Siempre debemos tener en mente las zonas de peligro explicadas en Las Zonas del Tiempo, sobre todo cuando somos vulnerables a alguna actividad negativa. Por lo tanto, uñemos que ser excesivamente precavidos con nuestras acciones durante aquellos periodos de influencias cósmicas intensamente negativas. _El Poder del Uno. Rav Berg_

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