Las momias arden bien, poema de Margarita García Alonso en La Costurera de Malasaña

 


Las momias arden bien.

 

Anubis sentado en la puerta,

husmea el aire mortecino

de vendas, máscaras de oro,

brazaletes y huesos raros.

que arden en la calle.

 

La avaricia en los buscadores

de doncellas

rompe vitrinas,

el uso abuso de la humanidad:

dejarlas muertas

completamente indefensas

en esta propiedad llamada Tierra

donde nada se salva.

 

Quizás sea la hora,

quizás desean regresar

al ocre que embelleció

sus párpados,

a la erosión de la arena

tallando el rostro.

 

Quizás fueron soñadas

por famélicos ladrones de tumbas,

y en la correría perdieron la virginidad.

 

Quizás solo sean mujercillas del Nilo,

demasiado usadas.

 

Quizás no signifiquen palabra,

ni sean tesoro,

simples muertas con la alcurnia del hueso

acariciado por cremas, aceites de oliva,

restos de ardor en otra casa,

en otro tiempo, en otra paz semejante

a su dios, a Horus que aúlla y

desprende infinitas candelillas

en ignorantes de rareza.

 

Quizás hemos llegado a ser

el mejunje que les vació la sangre.

 

Las momias se han cansado,

y arden bien.


Margarita García Alonso
De La Costurera de Malasaña,

Editions Hoy no he visto el Paraíso, 2011

Humanization, by Margarita García Alonso 

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