𝐋𝐚 𝐩𝐨𝐞𝐬𝐢́𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐞𝐧𝐭𝐞𝐫

 


𝐋𝐚 𝐩𝐨𝐞𝐬𝐢́𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐞𝐧𝐭𝐞𝐫
¿𝑄𝑢𝑒́ 𝑒𝑠 𝑝𝑜𝑒𝑠𝑖́𝑎? 𝐸𝑠𝑐𝑟𝑖𝑏𝑖𝑟 𝑢𝑛 𝑙𝑒𝑚𝑎 𝑣𝑖𝑟𝑎𝑙 𝑦 𝑑𝑎𝑟𝑙𝑒 𝑎𝑙 𝑒𝑛𝑡𝑒𝑟 𝑎 𝑚𝑒𝑑𝑖𝑎 𝑓𝑟𝑎𝑠𝑒.
Éste es el tipo de poesía que abunda y predomina actualmente. Poesía a golpe de lemas motivacionales, lenguaje coloquial y "fast food".
Sería ilógico odiarla y patalear (como hacen muchos poetas y lectores tradicionales), porque forma parte del ecosistema. En otras palabras: es lo que hay.
Pero eso tampoco nos exime, a poetas y lectores críticos, que hemos adquirido conocimientos tanto del canon clásico como de poesía contemporánea, de ponerla en tela de juicio de una forma inapelable.
Hoy tomé una, por ejemplo, la del autor a la izquierda. A simple vista no se diferencia de cualquier texto en prosa que dividas en versos a golpe de enter, de conversación cotidianacuando vas a comprar un chorizo o simplemente, escuchas el salmo de un coacher.
Ni siquiera alcanza (salvo en el coloquialismo) al canon poético más cercano en características. Me refiero a la poesía conversacional y coloquial, o "poéticas de la comunicación" propia de la desarrollada a partir de los años 60, en paralelo a lo sucedido con su hermano "género narrativo" del Boom, como una contestación a las vanguardias o a la poesía experimental, en un intento por acercarse de nuevo al lector popular.
"Me refiero" a una poesía escrita en términos estilísticos más simples pero no exentos de profundidad, rodeada de realismo social, cercana a la vida cotidiana, (a ratos cursi, vale), pero que no cae en la propuesta vulgar en que se sostiene actualmente la poesía del enter. Autores como Enrique Lihn, Blanca Varela, José Watanabe, Roque Dalton, Mario Benedetti, Juan Gelmán, Jaime Sabines, Luis García Montero... la nómina es infinita.
A efectos de confrontarla, tomé una poesía (de tantas) de su homólogo Roberto Juarroz, donde la diferencia salta a la vista, resulta brutal, una en las antípodas de la otra.
El poema de la izquierda, en verso libre, sin rima, con un registro lingüístico pobre y escaso, apoya su estructura en una simple repetición sintáctica y ese "que" al principio de cada verso subsiguiente. Es más, revela un esfuerzo prácticamente nulo por ampliar el vocabulario, recurriendo siquiera a un arma eficaz, términos que pertenezcan al mismo campo semántico ( como verbos asociados al movimiento, a la posesión de cualidades u objetos, a la acción de decir algo).
Por supuesto, le he pedido a la Inteligencia Artificial (Grok) que, a partir del texto de la izquierda, escriba otro poema que refleje "una lección en términos de registro lingüístico, recursos estilísticos más eladorados y profundidad connotativa y en la línea de Roberto Juarroz".
Y éste es el resultado:
"### Poema en el estilo de Roberto Juarroz
El tiempo no pasa,
se dobla en un ángulo ciego,
un pliegue donde tu nombre
se astilla en ecos que no pronuncio.
Dije que eras el anhelo,
pero el anhelo no tiene bordes,
es un pozo que respira
y me mira desde abajo.
Agradecí tu sombra junto a la mía,
como si la luz pudiera agradecerse
sin saber que es solo un préstamo
del vacío que la sostiene.
Quise eternidades a tu lado,
pero la eternidad no cabe en los relojes,
es un pájaro que se posa
y olvida su ala en el aire.
Te confesé que mis ojos
se habían cerrado a otros rostros,
pero no dije que la ceguera
es un modo de ver lo que no existe,
una grieta donde tu rostro
se dibuja y se deshace.
En mi pecho te di un lugar,
único, estrecho,
como un nido que no sabe
si guarda un huevo o una piedra.
Tu llegada, lo dije,
partió mi vida en dos mitades,
pero no conté que una sangra
y la otra calla,
que el cambio no es un don,
sino un peso que se aprende a cargar
hasta que el cuerpo lo confunde
con su propia carne.
Han pasado tantos pliegues del tiempo,
tantas veces te lo dije,
y aún lo creo, sí,
pero creer no es tocar,
es sostener un hilo
que no sé si ata o estrangula,
un hilo que cuelga
del borde de un cielo
que nunca termina de caerse.
---
### Comentario implícito
Este poema, inspirado en el estilo de Roberto Juarroz, transforma el registro inicial —directo, sentimental y reiterativo, típico de la poesía "del enter"— en una exploración más abstracta y densa. Juarroz suele trabajar con imágenes paradojicas, metáforas abiertas y una reflexión filosófica sobre el tiempo, el ser y la ausencia. Aquí, los sentimientos confesionales se elevan a través de recursos como la ambigüedad connotativa (el tiempo que "se dobla" en lugar de "pasa"), la tensión entre presencia y vacío ("un pozo que respira"), y la subversión de las certezas románticas originales (el amor como peso, no solo como salvación). La lección está en el contraste: la poesía no necesita solo emocionar, sino interrogar, desarmar y reconstruir el lenguaje para que revele lo que el alma no siempre admite".
El resultado del texto generado por una simple Inteligencia Artificial rebasa con creces el pobrísimo ejercicio poético del autor humano.

Commentaires

Articles les plus consultés