Triste
Triste, me entero por Maria Esther Ortiz que Goyito ha partido. « Jorge falleció el domingo 22 de diciembre. Se queda en el corazón de todos los amigos que han estado con él y lo conocen. Compañero del alma, como dijo el poeta de Orihuela, tan temprano. Mi amigo, confidente y apoyo. Mi persona. »
en paz descanse
Jorge, es Sólo un Viaje al Universo de tu Poesía y tus Metáforas Fabulosas
JESÚS HERNÁNDEZ CUÉLLAR
El mundo del arte, la literatura, el periodismo y hasta las culturas chicana y afrocubana están de luto. Después de vivir muchos años en Los Ángeles, el poeta, cronista y promotor cultural Jorge Luis Rodríguez y su compañera María Esther Ortiz, editora del diario La Opinión y también escritora y poeta, se mudaron a Lehigh Acres, en el estado de Florida, en busca de nuevos aires. Pero el 24 de diciembre (2024), Ortiz dio una noticia que nos estremeció a familiares, colegas y amigos, a través de su cuenta en Facebook:
"Jorge falleció el domingo 22 de diciembre. Se queda en el corazón de todos los amigos que han estado con él y lo conocen. Compañero del alma, como dijo el poeta de Orihuela, tan temprano. Mi amigo, confidente y apoyo. Mi persona."
Las reacciones de quienes lo conocieron no se hicieron esperar en las redes sociales. Amigos íntimos, conocidos y sobre todo una enorme cantidad de ex compañeros de trabajo manifestaron sus condolencias y evocaron recuerdos de la condición humana y la actividad cultural de Jorge.
Posteriormente, en conversación electrónica con ContactoMagazine.com, Ortiz ofreció más detalles.
"Se fue muy rápido. Perdió el conocimiento y llamé al 911, lo ingresaron, hizo un paro y revivió pero cuando tuvo el segundo, se fue. No sufrió, estaba atendido, pero esto pasó en 12 horas, muy, muy rápido", contó Ortiz. "Aún no me parece cierto."
Rodríguez nació en Matanzas, Cuba, y viajó a Estados Unidos a través del conocido éxodo de Mariel en 1980. Tenía 68 años en el momento de su muerte. En Los Ángeles desplegó una dinámica labor cultural y periodística. En 1982 fundó Stage of the Arts, una organización sin fines de lucro que hizo destacar el trabajo de artistas y escritores del patio dentro y fuera de Estados Unidos. También significó invitaciones a artistas de otras regiones, para que mostraran su arte aquí. Con su primera esposa, la actriz Pilar Pérez, madre de su hija Beatriz, produjo numerosas obras de teatro. Sus recordados monólogos de varios autores, especialmente Cinco horas con Mario, basado en la novela de Miguel Delibes, viajaron hasta España y Francia.
Fue una de las primeras personas que conocí fuera del círculo de mi familia a mi llegada a Los Ángeles en 1984. Lo descubrí en un anuncio que aparecía en el diario La Opinión como promotor de la obra teatral cubana La noche de los asesinos, de José Triana. El director era un ex compañero de trabajo mío en Cuba, Jesús Abascal, y llamé al número de Jorge. Así hablamos por primera vez. Después, Abascal me llevó a un ensayo y fue en esa otra ocasión que conocí a Jorge y a Pilar. Los recuerdo a él con una chaqueta negra, y a ella vestida de azul.
En 1984, Rodríguez empezó a trabajar como reportero cultural para el recién estrenado diario Noticias del Mundo. Allí realizó una cobertura excepcional, bajo la dirección del editor Rafael Prieto Zartha, del primer intento de la multinacional mexicana Televisa de comprar canales de televisión en español de Estados Unidos. Todavía no existían Univisión ni Telemundo. La figura visible del entonces fallido propósito mexicano fue el famoso periodista Jacobo Zabludovsky, que viajaba frecuentemente a Miami. El trabajo de Rodríguez le valió una invitación a formar parte del equipo periodístico del histórico diario La Opinión. También en ese otro periódico se desempeñó como cronista y crítico cultural por varios años. Antes y después de estas experiencias publicó artículos en los semanarios Mundo artístico, Vecinos este último del diario Daily News, el 20 de mayo y en esta revista ContactoMagazine.com.
Su mano estuvo, además, en producciones teatrales y exhibiciones de artistas chicanos, principalmente en el Este de Los Ángeles, bastión histórico de los mexicanos locales desde mucho antes de aquellos años 80. Uno de los momentos más importantes fue su producción Hijos, en el Teatro Studio Jorge Negrete de la ciudad de Whittier. Este trabajo recibió en 1983 el premio Pick of the Week del semanario L.A. Weekly, así como el premio Dramalogue a la mejor actuación y mejor obra. En el Negrete, Jorge produjo obras y dirigió talleres teatrales hasta 1989.
Un rotundo éxito fue su presentación de un espectáculo unipersonal de la estelar actriz argentina Norma Aleandro, precisamente, en el año 1986 cuando la intérprete se encontraba en Los Ángeles para la entrega de los premios Oscar. Aleandro y el actor Héctor Alterio protagonizaron la cinta La historia oficial, que ganó la estatuilla a la mejor película en lengua extranjera ese año. Bajo una intensa lluvia, el público llenó el teatro durante el espectáculo unipersonal.
Precisamente en 1989, junto a Pilar Pérez, concibió un ambicioso proyecto, estrenar en septiembre de ese año dos obras teatrales al mismo tiempo. Mi pieza Invierno en Hollywood, protagonizada por él y Pilar, y Hay que deshacer la casa del español Sebastián Junyent, dirigida por el propio Jorge y protagonizada por Pilar y mi entonces esposa Xiomara Hernández. Ambas se estrenaron con un día de diferncia en septiembre de ese año en el Gallery Theater de Los Ángeles. Invierno... viajó a Valencia, España, y al Festival Internacional de Teatro Hispano de Miami en los años siguientes.
Otro ambicioso proyecto que nos daría Jorge fue el estreno de su ópera rock El cuarto poder en 1992. Para aquella producción, estrenada en el prestigioso Los Angeles Theater Center, Jorge y Pilar trajeron al grupo de rock Zozaya, dirigido por el músico Miguel Ángel Zozaya desde Venezuela, y al actor y director cubano Luis Celeiro, residente en Miami, para que se encargara de la dirección.
Desafortunamente, el espectáculo tuvo que parar alrededor de su tercera representación, por el estallido de los disturbios civiles de Los Ángeles, tras la absolución de cuatro policías por la brutal golpiza que propinaron al sospechoso Rodney King. La ciudad estuvo en llamas durante seis días, en medio de asaltos, tiroteos y protestas. Al final, 63 personas murieron, 2.383 resultaron heridas, 12 mil participantes fueron arrestados, y los daños materiales se calcularon en más de mil millones de dólares de aquella época. La rebelión no se detuvo hasta que el gobierno desplegó más de 10 mil hombres armados, entre policías, Guardia Nacional y militares de nivel federal. El cuarto poder nunca más volvió a los escenarios.
Sin embargo, la relación de Jorge con el rock en español no se detuvo ahí.
Más adelante fue director de producciones de la junta directiva del Unity Arts Center, en asociación con el Departamento de Asuntos Culturales del gobierno municipal angelino. También fue instructor de literatura creativa y fotografía del Centro Fotográfico William Reagh. Estas actividades se desarrollaron entre 1994 y 1998.
Posiblemente no alcanzaría espacio alguno para colocar la larga lista de proyectos en los que pusiste tu mano, a favor de tanta gente. A favor de tanto arte. Pero a pesar de todo ello, no te perdono, aunque te hayas ido, por no haber tenido tiempo suficiente para publicar ese universo maravilloso de tu poesía.
Descansa en paz, viejo amigo, que no es lo mismo que amigo viejo, colega, compatriota. Será imposible hablar de la cultura artística hispana de Los Angeles, sin mencionar tu nombre. De eso nos encargaremos los que todavía estamos aquí, mientras todavía estemos aquí. El abrazo de siempre hasta donde estés, que seguramente habrás llegado hasta allí mediante un viaje envidiable a un mundo de lirismo y metáforas fabulosas.©
Commentaires