Snow Patrol - Chasing Cars (Official Video)Noche de sinceridad brutal
Noche de sinceridad brutal.
Total es tarde y nadie lee.
Apenas nacemos sentimos un una sensación profunda de aferrarnos a algo o a alguien. Desde lo principal y básico para la subsistencia - padres, hermanos, chupete, peluche, muñeco y hasta sabanita preferidos, hasta lo que la vida nos va mostrando a medida que crecemos - amigos, clubes deportivos, libros, música y luego amores.
La idea se aferrarse a algo a alguien es algo común y hábitos en la vida de todas las personas. En algunas es una necesidad recurrente, y a veces, nos encontramos deseando poder congelar el tiempo para evitar que ese algo o en especial ese alguien querido se nos escape. Puede ser el miedo a perder a alguien querido, el deseo de mantener una relación, o simplemente el anhelo de quedarse en un momento de felicidad. Aferrarse a algo es una conducta tan habitual como respirar. Solemos aferrarnos a las personas que queremos y desempeñan un papel importante en nuestras vidas. También a esperanzas y expectativas irreales. A los malos hábitos y a las emociones negativas que nos hacen sufrir innecesariamente.
Más allá de las cosas, las personas o las metas a las que nos aferramos, lo verdaderamente importante es comprender el significado en que se basa esa necesidad de retener. La clave no está en lo que nos aferramos, sino en la causa psicológica de ese apego excesivo. Cuando nos aferramos a algo, creemos ciegamente que ese vínculo nos proporcionará tres cosas que todos anhelamos:
Felicidad -creemos que esa cosa o persona tiene la clave de nuestra felicidad permanente, por lo que su pérdida sería una catástrofe ;
Seguridad -es lo que conocemos, nos da felicidad y por ende nos transmite cierta seguridad;
Sentido -les dejamos que sean lo que le dan sentido a nuestra existencia, probablemente construimos gran parte de nuestras vidas alrededor de ellos y quedaríamos totalmente desorientados si lo perdemos: son lo dan sentido a nuestras vidas.
Aferrarse es olvidar que no podemos controlar todas las situaciones, que el mundo y las personas cambian constantemente y que no siempre podemos predecir los resultados de las acciones.
Hay simple un ejercicio para darse cuenta que lo describe perfectamente:
Agarras una moneda en la mano e imaginas que representa la cosa, la persona o la meta a la que te aferras. Cerras el puño bien apretado y extiendes el brazo con la palma de la mano hacia el suelo. Si abrís el puño o aflojas la mano, perderás la moneda. Si mantenes el brazo extendido y el puño cerrado durante mucho tiempo, también perderás la moneda porque te cansarás de mantener esa tensión. Eso mismo ocurre en la vida. Te aferras, pero cuanto más apretas, más te agotas y más alejas aquello que deseas.
La buena noticia es que existe otra posibilidad: dejar de aferrarse. Podes desprenderte de la moneda y aún asi conservarla: con el brazo todavía extendido, subis la palma de la mano hacia arriba. Abris la mano y la relajas. Vas a ver que la moneda sigue ahí.
Aprender a vivir es aprender a desprenderse. Eso es lo que genera nuestra lucha continua por aferrarnos: no solo es imposible, sino que nos provoca el mismo dolor que intentamos evitar. Cuando entendamos eso, aprenderemos a dejar de aferrarnos pero conservar lo que más queremos igual.
Esta canción capta esta esencia de manera magistral. Nos transporta a un lugar de vulnerabilidad y sinceridad, donde el deseo de aferrarse a algo o alguien se vuelve casi palpable.
En última instancia, la canción nos recuerda que, aunque no podemos detener el tiempo, podemos apreciar y disfrutar de los momentos que compartimos con los demás. Y aunque el miedo a perder algo o alguien siempre estará presente, podemos encontrar consuelo en la idea que, mientras estemos juntos, podemos crear momentos que valgan la pena recordar.
Esta canción me representa
Los que me conocen saben que soy un poco así.
Un poco bastante.
Que descanses y sueñes con los angelitos
Lo mejor está por venir
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