Shemá Israel, Adonai Eloheinu, Adonai Ejad – “Escucha Oh Israel, Hashem es nuestro Dios, Hashem es uno

 


"Shemá" en hebreo significa Oye, Escucha. Es la primera palabra en Deuteronomio 6:4-9 con la cual comienza la oración judía "Shemá":


“Shemá Israel Hashem Elo-einu Hashem Ejad."

“Escucha Israel Hashem es nuestro D-os, Hashem es Uno.”

Es la declaración más básica y más repetida de la fe judía. Implica la afirmación de la unicidad divina, su omnipotencia y la aceptación de sus mandatos a través del pueblo de Israel. (Deuteronomio 6:4-9).

Fue dicho en el Monte Sinaí por el pueblo judío al recibir la Torá y por los hijos de Jacobo a su padre antes de morir. Hoy en día en las miles de sinagogas y casas judías a lo largo de todo el mundo se dice al levantarse en la mañana, al acostarse en la noche, al rezar en la tarde, al leer de la Torá y al morir.

Lo escribimos en las mezuzot que colgamos en nuestras puertas, en los tefilim con los que rezan nuestros hijos y lo leemos del sidurim cada vez que rezamos la Amida (rezo central de los servicios).

Un judío estáo obligado a decirlo al menos dos veces al día, una en la mañana y una en la noche.

¿Por qué? ¿Qué tiene el Shemá que lo hace tan importante? Trataremos de Explicarlo a continuación.

Monoteísmo, la historia del Shemá.

En la cultura Occidental actual estamos acostumbrados a que si alguien cree en algún tipo de divinidad piense que hay un sólo D-os, Único y omnipresente. Sin embargo, durante siglos, antes de nuestra era, decir eso era revolucionario. Era negar todas las religiones que existían en ese momento y enfrentar regímenes autoritarios que prohibían el monoteísmo.

Tal fue el caso durante el exilio babilónico. Durante ese tiempo los cohanim (sacerdotes) recitaban el Shemá en los servicios de la mañana. Sin embargo, los persas no creían en un solo D-os “que hace a la lluvia cubrir la tierra … y al Sol brillar”, un sólo D-os que haya formado las estrellas y “de entendimiento a la mente” un D-os “que cura toda carne y alimenta a todo ser”. Ellos creían en un dios de la lluvia, otro del Sol, otro de las fieras. Que los judíos rezáramos el Shemá era una afrenta directa y decidieron prohibirlo.

A mediados del siglo quinto el rey persa decidió mandar guardias al primer cuarto de los servicios públicos en las sinagogas para asegurarse que los judíos no recitaran el Shemá en sus plegarias. Así fue como los sabios instituyeron que el Shemá debía ser recitado dos veces dentro de las casas; uno en la mañana antes de empezar el servicio y otra en la noche, en las plegarias previas a dormir. Además se incluyó el rezo en el Musaf de Shabat, hora en la que el guardia ya había dejado el templo judío. Aunque al morir el rey el decreto fue levantado y el Shemá recuperó su lugar en los servicios, los sabios determinaron que dicho rezo era tan importante que debía seguir siendo rezado en la intimidad dos veces al día.

Esta historia nos enseña la importancia de la unicidad divina. Nuestros antepasados estaban dispuestos a morir por seguir manteniendo viva esta oración. ¿Por qué dicho principio es tan importante?

Ejad: Unicidad Divina y Presencia de D-os en el mundo.

Empecemos con la palabra Ejad (Uno), según Rashi y Maimónides, esta palabra se refiere a dos atributos divinos básicos: La Unicidad de D-os y su Omnipotencia, manifestación dentro de este mundo.

Afirmar que D-os es Uno es afirmar que es la fuente y potencia de toda acción existente; que el hombre depende de Él, pero Él no del hombre. Es afirmar que D-os es la única fuente de verdad absoluta y de vida. Básicamente es creer en Dios: En que hay un ser supremo que lo crea todo, que no está sujeto al tiempo y Él mismo es su propio origen, su propio sustento. Un Ser que no depende de nada, pero que de Él dependen todas las criaturas.

Es el primer principio de la fe que desglosa Maimónides, va muy de la mano con el segundo principio que es la Unicidad de D-os. Si D-os es la fuente de la cual se deprende todo lo existente, entonces se desprende por necesidad que es sólo Uno, porque si no fuera Uno, no sería absoluto.

Al mismo tiempo, el principio de unicidad divina tiene implicaciones mucho más tangibles. Cuando decimos que es Uno, también decimos que Sus creaciones vienen de la misma fuente y por eso mismo, aunque en este mundo parezca lo contrario, no están separadas.

Es decir, en este mundo, que es el mundo de los sentidos, percibimos la lluvia como antagónica al fuego, la luz antagónica a la oscuridad, el mal antagónico al bien. Afirmar que D-os es Uno implica que en su raíz están unidos, funcionan como el contraste de un único diálogo.

El mal de hecho en el judaísmo, es visto como un error de percepción, todas las cosas creadas tienen potencial para ser buenas, todas las cosas creadas tienen potencial para servir a D-os. Estos dos principios de la fe, también suponen que las criaturas fueron hechas por D-os y por lo mismo fueron hechas para unirse con Él y adorarlo. También supone la responsabilidad que tiene el hombre de cuidar el mundo que Él creo. El mal es la separación de D-os. Es un error de percepción.

Decir “Ejad” también implica recordar que todo lo que nos sucede en el día a día es para nuestro bien porque fue mandado por D-os y D-os representa la bondad absoluta. Decir “Ejad” implica buscar la unión, buscar acercarnos a Él, servirlo y estar dispuesto a escucharlo.

El resto de la oración “Shemá Israel” “Escucha Israel” “Hashem Elo-einu” “D-os es Nuestro D-os” es un llamado al rezo. Nos pide que nos acerquemos a D-os, que estemos atentos al mundo que nos rodea y a lo que nos comunica diariamente. También el nombre de Elo-heinu nos recuerda a D-os en su forma de Rey, como Aquel que creó las leyes, tanto morales como naturales bajo las cuales el mundo se ciñe. Nos muestra a D-os a través de Su característica divina que representa la Justicia, el Orden, el Límite.

Mientras que el nombre de Israel, nos recuerda tanto a la historia de nuestros patriarcas, como nuestros antepasados que aceptaron la Torá en el desierto. El Shemá entero es una invitación a unirnos a D-os, a ser Uno con Él a través de la Torá y a través de sus mandatos. Por eso es tan importante, nos recuerdo los principios más importantes del judaísmo; nos recuerda nuestro pasado y nuevamente el camino hacia donde nos dirigimos.

Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.

Deuteronomio 6:4-9

Shemá Israel, Adonai Eloheinu, Adonai Ejad – “Escucha Oh Israel, Hashem es nuestro Dios, Hashem es uno


שְׁמַע יִשְׂרָאֵל, יְהֹוָה אֱלהֵינוּ, יְהֹוָה אֶחָד



Escucha, Israel, Hashem es nuestro Dios, Hashem es uno.

בָּרוּךְ, שֵׁם כְּבוד מַלְכוּתו, לְעולָם וָעֶד

Se dice en voz baja: Bendito sea el Nombre de Su glorioso reino para toda la eternidad.

וְאָהַבְתָּ אֵת יְהֹוָה אֱלהֶיךָ. בְּכָל לְבָבְךָ וּבְכָל נַפְשְׁךָ וּבְכָל מְאדֶךָ: וְהָיוּ הַדְּבָרִים הָאֵלֶּה אֲשֶׁר אָנכִי מְצַוְּךָ הַיּום עַל לְבָבֶךָ: וְשִׁנַּנְתָּם לְבָנֶיךָ וְדִבַּרְתָּ בָּם. בְּשִׁבְתְּךָ בְּבֵיתֶךָ וּבְלֶכְתְּךָ בַדֶּרֶךְ וּבְשָׁכְבְּךָ וּבְקוּמֶךָ: וּקְשַׁרְתָּם לְאות עַל יָדֶךָ. וְהָיוּ לְטטָפת בֵּין עֵינֶיךָ: וּכְתַבְתָּם עַל מְזֻזות בֵּיתֶךָ וּבִשְׁעָרֶיךָ:

Amarás a Hashem tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todos tus medios. Estas palabras que Yo te ordeno hoy las guardarás en tu corazón. Las enseñarás a tus hijos y hablarás de ellas cuando estés en tu casa, cuando andes en el camino, al acostarte y al levantarte. Las atarás como señal sobre tu mano y serán un emblema entre tus ojos. Las escribirás en las entradas de tu casa y en tus portales.

וְהָיָה אִם שָׁמעַ תִּשְׁמְעוּ אֶל מִצְותַי אֲשֶׁר אָנכִי מְצַוֶּה אֶתְכֶם הַיּום. לְאַהֲבָה אֶת יְהֹוָה אֱלהֵיכֶם וּלְעָבְדו בְּכָל לְבַבְכֶם וּבְכָל נַפְשְׁכֶם: וְנָתַתִּי מְטַר אַרְצְכֶם בְּעִתּו יורֶה וּמַלְקושׁ. וְאָסַפְתָּ דְגָנֶךָ וְתִירשְׁךָ וְיִצְהָרֶךָ: וְנָתַתִּי עֵשֶׂב בְּשָׂדְךָ לִבְהֶמְתֶּךָ. וְאָכַלְתָּ וְשָׂבָעְתָּ: הִשָּׁמְרוּ לָכֶם פֶּן יִפְתֶּה לְבַבְכֶם. וְסַרְתֶּם וַעֲבַדְתֶּם אֱלהִים אֲחֵרִים וְהִשְׁתַּחֲוִיתֶם לָהֶם: וְחָרָה אַף יְהֹוָה בָּכֶם וְעָצַר אֶת הַשָּׁמַיִם וְלא יִהְיֶה מָטָר וְהָאֲדָמָה לא תִתֵּן אֶת יְבוּלָהּ. וַאֲבַדְתֶּם מְהֵרָה מֵעַל הָאָרֶץ הַטּבָה אֲשֶׁר יְהֹוָה נתֵן לָכֶם: וְשַׂמְתֶּם אֶת דְּבָרַי אֵלֶּה עַל לְבַבְכֶם וְעַל נַפְשְׁכֶם. וּקְשַׁרְתֶּם אתָם לְאות עַל יֶדְכֶם וְהָיוּ לְטוטָפת בֵּין עֵינֵיכֶם: וְלִמַּדְתֶּם אתָם אֶת בְּנֵיכֶם לְדַבֵּר בָּם. בְּשִׁבְתְּךָ בְּבֵיתֶךָ וּבְלֶכְתְּךָ בַדֶּרֶךְ וּבְשָׁכְבְּךָ וּבְקוּמֶךָ: וּכְתַבְתָּם עַל מְזוּזות בֵּיתֶךָ וּבִשְׁעָרֶיךָ: לְמַעַן יִרְבּוּ יְמֵיכֶם וִימֵי בְנֵיכֶם עַל הָאֲדָמָה אֲשֶׁר נִשְׁבַּע יְהֹוָה לַאֲבתֵיכֶם לָתֵת לָהֶם. כִּימֵי הַשָּׁמַיִם עַל הָאָרֶץ

Y sucederá que si son cuidadosos al escuchar Mis mandamientos que Yo les ordeno hoy, para amar a Hashem su Dios con todo su corazón y con toda su alma: Yo proveeré la lluvia para sus tierras en el momento adecuado, la lluvia temprana y la tardía, y tú recogerás tu grano, tu vino y tu aceite. Yo daré hierba a tu campo para tus animales, y comerás y te saciarás. Sean cuidadosos, no sea que su corazón sea inducido y se desvíen y sirvan a dioses extraños y se prosternen ante ellos. Pues entonces la ira de Hashem se encenderá contra ustedes y Él retendrá los cielos y no habrá lluvia, y el suelo no rendirá su producto y prontamente serán expulsados de la buena tierra que Hashem les entrega. Pongan estas palabras Mías en sus corazones y en sus almas; átenlas como signo sobre su mano y que sean como un emblema entre sus ojos. Enséñenlas a sus hijos para hablar de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes de camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Las escribirás sobre las jambas de tu casa y de tus portales. A fin de que se incrementen los días de ustedes y los días de sus hijos sobre la tierra que juró Hashem a vuestros ancestros, entregarla a ellos, como los días de los cielos sobre la tierra.

וַיּאמֶר יְהֹוָה אֶל משֶׁה לֵּאמר: דַּבֵּר אֶל בְּנֵי יִשְׂרָאֵל וְאָמַרְתָּ אֲלֵהֶם וְעָשׂוּ לָהֶם צִיצִת עַל כַּנְפֵי בִגְדֵיהֶם לְדרתָם. וְנָתְנוּ עַל צִיצִת הַכָּנָף פְּתִיל תְּכֵלֶת: וְהָיָה לָכֶם לְצִיצִת וּרְאִיתֶם אתו וּזְכַרְתֶּם אֶת כָּל מִצְות יְהֹוָה וַעֲשִׂיתֶם אתָם. וְלא תָתוּרוּ אַחֲרֵי לְבַבְכֶם וְאַחֲרֵי עֵינֵיכֶם אֲשֶׁר אַתֶּם זנִים אַחֲרֵיהֶם: לְמַעַן תִּזְכְּרוּ וַעֲשִׂיתֶם אֶת כָּל מִצְותָי. וִהְיִיתֶם קְדשִׁים לֵאלהֵיכֶם: אֲנִי יְהֹוָה אֱלהֵיכֶם אֲשֶׁר הוצֵאתִי אֶתְכֶם מֵאֶרֶץ מִצְרַיִם לִהְיות לָכֶם לֵאלהִים. אֲנִי יְהֹוָה אֱלהֵיכֶם: אֱמֶת:

Hashem habló a Moshé para decir: “Habla a los hijos de Israel y diles que hagan para ellos tzitzit en las esquinas de sus vestimentas, por sus generaciones. Y en el tzitzit de cada esquina pondrán un hilo color tejelet. Éstos serán sus tzitzit, afin de que los vean y recuerden todos los mandamientos de Hashem y los cumplan, y no exploren tras de sus corazones y tras de sus ojos, tras los cuales ustedes se pervierten. A fin de que recuerden y cumplan todos Mis mandamientos y sean santos para su Dios. Yo soy Hashem su Dios, que 




los saqué de la tierra de Egipto para ser su Dios. Yo soy Hashem, su Dios.

Commentaires

Articles les plus consultés