"Yo dejaré desde aquí de ofenderos más hablando, porque mi morir callando os ha de hablar por mí..." Obra_poètica_Garcilaso_de_la_Vega. pdf
"Yo dejaré desde aquí de ofenderos más hablando, porque mi morir callando os ha de hablar por mí..."
COPLA IV Acertó acaso a hacer
lo que, si por conoceros
hiciera, no podía ser:
partirse y , con solo veros,
dejaros siempre de ver.
SONETO VI
Por ásperos caminos he llegado
a parte que de miedo no me muevo ,
y si a mudarme a dar un paso pruebo,
allí por los cabellos soy tornado;
mas tal estoy, que con la muerte al lado
busco de mi vivir consejo nuevo ,
y conozco el mejor y el peor apruebo,
o por costumbr e mala o por mi hado.
Por otra parte, el breve tiempo mío
y el errado proceso de mis años,
en su primer principio y en su medio,
mi inclinación, con quien ya no porfío,
la cierta muerte , fin de tantos daños,
me hacen descuidar de mi remedio.
SONETO XXX
Sospechas que, en mi triste fantasía
puestas, hacéis la guerra a mi sentido,
volviendo y revolviendo el afligido
pecho con dura mano noche y día:
ya se acabó la resistencia mía
y la fuerza del alma; ya rendido
vencer de vos me dejo, arrepentido
de haberos contrastado en tal porfía.
Llevadme a aquel lugar tan espantable,
que , por no ver mi muerte allí esculpida,
cerrados hasta aquí tuve los ojos.
Las armas pongo ya , que concedida
no es tan larga defensa al miserable;
colgad en vuestro carro mis despojos.
SONETO XXXIVGracias al cielo doy que ya del cuello
del todo el grave yugo he desasido,
y que del viento el mar embravecido
veré desde lo alto sin temello;
veré colgada de un sutil cabello
la vida del amante embebecido
en error, en engaño adormecido,
sordo a las voces que le avisan dello.
Alegraráme el mal de los mortales,
y y o en aquesto no tan inhumano
seré contra mi ser cuanto parece;
alegraréme como hace el sano,
no de ver a los otros en los malessino de ver que dellos él carece.
"Yo dejaré desde aquí de ofenderos más hablando, porque mi morir callando os ha de hablar por mí..."
COPLA IV
Acertó acaso a hacer
lo que, si por conoceros
hiciera, no podía ser:
partirse y , con solo veros,
dejaros siempre de ver.
SONETO VI
Por ásperos caminos he llegado
a parte que de miedo no me muevo ,
y si a mudarme a dar un paso pruebo,
allí por los cabellos soy tornado;
mas tal estoy, que con la muerte al lado
busco de mi vivir consejo nuevo ,
y conozco el mejor y el peor apruebo,
o por costumbr e mala o por mi hado.
Por otra parte, el breve tiempo mío
y el errado proceso de mis años,
en su primer principio y en su medio,
mi inclinación, con quien ya no porfío,
la cierta muerte , fin de tantos daños,
me hacen descuidar de mi remedio.
SONETO XXX
Sospechas que, en mi triste fantasía
puestas, hacéis la guerra a mi sentido,
volviendo y revolviendo el afligido
pecho con dura mano noche y día:
ya se acabó la resistencia mía
y la fuerza del alma; ya rendido
vencer de vos me dejo, arrepentido
de haberos contrastado en tal porfía.
Llevadme a aquel lugar tan espantable,
que , por no ver mi muerte allí esculpida,
cerrados hasta aquí tuve los ojos.
Las armas pongo ya , que concedida
no es tan larga defensa al miserable;
colgad en vuestro carro mis despojos.
SONETO XXXIV
Gracias al cielo doy que ya del cuello
del todo el grave yugo he desasido,
y que del viento el mar embravecido
veré desde lo alto sin temello;
veré colgada de un sutil cabello
la vida del amante embebecido
en error, en engaño adormecido,
sordo a las voces que le avisan dello.
Alegraráme el mal de los mortales,
y y o en aquesto no tan inhumano
seré contra mi ser cuanto parece;
alegraréme como hace el sano,
no de ver a los otros en los males
sino de ver que dellos él carece.
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