Al menos 16 religiosos (un obispo, seis monseñores, siete párrocos y dos seminaristas) han sido detenidos en Nicaragua desde la NATIVIDAD.
Al menos 16 religiosos (un obispo, seis monseñores, siete párrocos y dos seminaristas) han sido detenidos en Nicaragua desde la NATIVIDAD.
El Obispo Báez ruega a la Iglesia del mundo: “No nos dejen solos”. Líder religioso nicaragüense exiliado demanda a la comunidad internacional ser “más eficaz en la presión” contra el régimen de Ortega y Murillo
pues el PAPA FRANCISCO seguro que traslada al Obispo Báez a una parroquia bien lejana del mundo, le interesa tener separados y sin comunidad que escucha a los religiosos que piden respeto frente a dictaduras.
El obispo Báez, quien reside en Miami y a quien las autoridades declararon “traidor a la patria” y despojaron de su nacionalidad, también rogó “a la Iglesia del mundo entero que vuelvan los ojos hacia Nicaragua”, que no los dejen solos y ofrezcan su oración por “nuestro pueblo oprimido y alcen su voz profética en favor de esta Iglesia perseguida”.
Desde el 20 de diciembre hasta el 31 de diciembre, la Policía, subordinada a Ortega, ha arrestado a un obispo, 15 sacerdotes y dos seminaristas, según han denunciado defensores de derechos humanos.
Ni el Gobierno ni la Policía ha confirmado o negado la detención de esos religiosos, que se unen al obispo Rolando Álvarez, quien el 10 de febrero pasado fue condenado a 26 años y cuatro meses de prisión, despojado de su nacionalidad, y suspendidos sus derechos ciudadanos de por vida por delitos considerados traición a la patria.
“Permanente odio hacia la Iglesia”
En su mensaje, el obispo Báez dijo que “la decisión arbitraria e ilegal de la dictadura sandinista en Nicaragua de mantener a dos obispos encarcelados y de secuestrar a varios sacerdotes en pocos días, evidencia una vez más su desprecio flagrante hacia los derechos humanos, su falta absoluta de respeto hacia la libertad religiosa y su inquebrantable y permanente odio hacia la Iglesia”.
“Este odio de la dictadura sandinista hacia la Iglesia es un reflejo de su miedo ante la fuerza liberadora del evangelio, la luz de la verdad de Jesús y el poder de la oración”, señaló.
El jerarca consideró que “los tiranos son conscientes de que el pueblo nicaragüense ama a su Iglesia y a sus pastores”, y por eso “les aterra la existencia de un pueblo consciente y movilizado por la fe cristiana, porque es un pueblo crítico, libre y sujeto de su propia historia”.
En otra parte de su mensaje, el obispo Báez dijo que “los malvados”, en alusión a la dictadura, “podrán hacer alarde de fuerza bruta en medio de la noche para secuestrar a nuestro sacerdotes, podrán torturarlos y maltratarlos en sus calabozos, podrán interrogarlo para humillarlos, podrán incluso estar pensando en negociar con ellos, desterrarlos o desnacionalizarnos, como han hecho con muchos de nosotros”.
“Sin embargo, con dignidad y valentía y diciendo la verdad sin temor, ellos ya están dando testimonio de Jesús y lo seguirán haciendo, porque ellos no son delincuentes, sino hombres de Dios, son testigos del bien de la verdad, de la justicia, testigo de Jesús”, agregó.
El obispo pidió al resto de la Iglesia católica de Nicaragua a ser fuertes en el Señor en este momento y “poner su confianza en Él” y los animó a “redoblar su oración por los obispos y sacerdotes presos, ofrecer el Rosario a la Purísima, rezar el Rosario de la Misericordia, practicar el exorcismo de San Miguel y, sobre todo, participar con devoción en la eucaristía siempre que sea posible”.
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