quehaceres
ENTRE TANTOS QUEHACERES⠀ ⠀ Entre tantos quehaceres⠀ muy urgentes he olvidado⠀ que también es necesario morir imprudente⠀ descuidé este deber⠀ o lo cumplía⠀ superficialmente⠀ a partir de mañana⠀ todo cambiará⠀ empezaré a morir cuidadosamente⠀ con sabiduría y optimismo⠀ sin perder el tiempo⠀
Tadeusz Rózewicz⠀ Inquietud
SOBRE LA ASIMETRÍA DEL CONFLICTO ENTRE ISRAEL Y LOS TERRORISTAS PALESTINOS. Es importante comprender que Hamas, la organización terrorista que controla Gaza, no sigue las pautas del derecho internacional en su forma de actuar. Es un instrumento de Qatar e Irán para hacer el trabajo sucio de su guerra contra los judíos, usando métodos terroristas. No se rige por regla alguna y sus patrocinadores iraníes obtienen sus objetivos sin mancharse directamente las manos por las gravísimas violaciones de DDHH que cometen, humillando y vejando a sus víctimas y usando a su propia población civil como escudos humanos. Esta situación diabólica crea una asimetría evidente, pues Israel se rige por reglas de estado garantista mientras sus enemigos no se someten a limite alguno. Israel debe proteger a sus ciudadanos y tiene derecho a defenderse. Hamás, a las órdenes de Irán, desprecia la vida de su propia gente, a la que usa como escudo humano. Pero, seamos claros: una parte muy importante de la población de Gaza, educada en el odio durante generaciones, ha apoyado entusiastamente a Hamás. Si, hay sociedades enfermas que adoptan una cultura de muerte y necrofilia. Los gazaties que apoyan a Hamás, tienen su responsabilidad.
Verdades necesarias para neófitos, despistados, perplejos...y malintencionados Los judíos proceden del territorio donde se extiende el Estado de Israel. Son originarios de allí y allí han mantenido una presencia ininterrumpida durante milenios. Israel es el hogar nacional de los judíos. La asunción definitiva de esa verdad en la era contemporánea llega cuando la comunidad internacional se enfrenta a la realidad del Holocausto, el mal absoluto. Se hace entonces evidente y apremiante que los supervivientes, que todos los judíos del mundo que lo deseen, dispongan de un Estado que los defienda. En el lugar que ocupaba el Mandato Británico, la ONU establece las fronteras del nuevo Estado de Israel. También de otro, Palestina. El mundo árabe no acepta la partición e Israel es atacada por todos sus vecinos a las pocas horas de ser legítimamente declarada su independencia. Desde entonces ha librado una serie de guerras caracterizadas por constituir, cada una de ellas, una amenaza existencial para el hogar nacional de los judíos. La tierra en la que Hamás ha penetrado el 7 de octubre de 2023, asesinando, torturando, violando y secuestrando a la población civil, no es en modo alguno un “territorio ocupado”. Quien use esa expresión está mintiendo: ese territorio es el de un Estado soberano reconocido mundialmente. Pero no solo miente: dada la masacre y los centenares de asesinatos, quien emplee la expresión “territorio ocupado” está en realidad justificando los atroces crímenes de Hamás. Los asesinados no eran “ocupantes” sino ciudadanos de pleno derecho de un Estado democrático y soberano. El único Estado democrático, por cierto, de esa zona del mundo. El único del planeta donde los árabes vienen en absoluta libertad: el 20% de la población israelí es musulmana. El nombre de Palestina es el que dieron los romanos a Judea. Desde entonces, y hasta la independencia de Israel en 1948, no ha existido ningún Estado independiente en ese territorio: ni bajo control bizantino, ni bajo el califato, ni en la era de las cruzadas, ni bajo los mamelucos, ni bajo el Imperio Otomano, ni bajo el Mandato Británico, por seguir el orden cronológico. El nombre de Palestina no alude por tanto a ningún Estado que haya existido; era el nombre, por cierto despectivo, que los romanos dieron a una zona geográfica, y ha sido utilizado históricamente sin connotaciones nacionales. Basta comprobar la simbología de las instituciones judías del área durante el Mandato Británico, utilizando el nombre de Palestina, un topónimo, una referencia geográfica sin connotación nacional alguna. El ataque del 7 de octubre se lanzó aprovechando la coincidencia de varias fiestas religiosas judías. Tomando por sorpresa a Israel, los terroristas de Hamás, que gobiernan la Franja de Gaza, lanzaron 3.000 cohetes en dos horas contra zonas residenciales. Mientras, sus comandos penetraron en Israel para matar, vejar y secuestrar al mayor número posible de judíos. A ningún país del mundo que sufriera un ataque semejante —sin previa provocación, con invasión de territorio y sembrando el terror entre la población civil— se le negaría o se matizaría su derecho a defenderse. Sin embargo, eso es lo que está sucediendo con Israel, sometida siempre a un doble baremo por las instituciones internacionales y por la prensa. Los personajes y organizaciones que, ante una agresión tan clara, culpan a la parte agredida son sencillamente cómplices del terrorismo de Hamás. Un terrorismo financiado y controlado, como en el caso de los terroristas de Hezbollá, por Irán. Hamás no es un interlocutor con el que se pueda negociar ninguna paz estable. Hamás es una organización terrorista cuya carta fundacional llama a borrar a Israel del mapa y a matar a todos los judíos. Hamás, al gobernar Gaza, ha venido utilizando sistemáticamente los fondos que con fines civiles recibe de Occidente para construir infraestructuras de guerra, túneles que le permiten entrar en Israel y escapar, armarse, formarse militarmente, etc. A la vista de los últimos y trágicos acontecimientos, ya nadie lo puede negar. Las instituciones que mantengan su financiación, así como las que adoptan el hipócrita lenguaje victimista de los terroristas, son ya cómplices indubitados. Conviene no engañarse. Es la existencia de Israel lo que no toleran las organizaciones terroristas, ni las ONG supuestamente pacíficas que asumen su discurso, ni los numerosos amigos y colaboradores de Irán en Occidente. Los que invocan la existencia de dos Estados tienen la obligación moral de recordar que esa propuesta, precisamente, la ha hecho Israel en diversas ocasiones, encontrándose siempre con el rechazo. Los que abrazan la “causa palestina” no persiguen la paz sino el exterminio de Israel y de todos los judíos. No hay ninguna presencia isrelí en Gaza desde 2005. Ni un solo judío habita en la Franja. Entre tanto, los numerosos musulmanes de Israel gozan de los derechos de ciudadanía, incluyendo la educación y la sanidad, el derecho al voto y al trabajo. Por otra parte, millares de habitantes de Gaza trabajan en Israel. Por lo que respecta a los habitantes de Judea y Samaria (West Bank) —falsamente denominados por la prensa occidental “territorios ocupados” cuando su estatus oficial es el de territorios en disputa— la inmensa mayoría de ellos viven bajo las normas y el control de la Autoridad Palestina. Si no tienen derecho al voto en Israel es porque no son ciudadanos israelíes. Lo mismo que sucede en cualquier otra democracia del mundo. Entre tanto, los habitantes de Gaza no votan simplemente porque los terroristas de Hamás que les gobiernan no convocan elecciones. Israel no ha dejado de demostrar su voluntad de alcanzar la paz. Hamás desea exactamente lo contrario al tener como objetivo el exterminio de Israel y de todos los judíos. Esta evidencia debería mostrar con claridad a la comunidad internacional quién merece ser objeto de sus presiones. Sin embargo, hasta Amnistía Internacional presiona a la otra parte con la ignominiosa y rotundamente falsa acusación de “apartheid” que, como hemos visto, carece de cualquier relación con la realidad. Desde el Holocausto, no habían sido asesinados tantos judíos en un solo día. No hay país en el mundo que no respondiera a algo semejante, que no ejerciera su derecho de defensa y que no tratara de asegurarse de que algo semejante no volverá a suceder. Hamás ha declarado la guerra a Israel e Israel tiene el derecho y la obligación de defender su integridad nacional y la vida y seguridad de sus ciudadanos.
Hace 10 años ISIS hacia lo mismo, gracias a Dios los desaparecieron del mapa, Hamas va por el mismo camino. Los civiles desde el momento de su captura están muertos en vida
La invasión musulmana extremista esta casi consumada en todos los territorios occidentales a la espera de la llamada a la Yihad, cuando ocurra van a ser todos al mismo tiempo, será horrible y demasiado tarde.
La milice djihadiste sanguinaire des Frères Musulmans, dont le Hamas fait partie, menace aussi les Français.
Signez la pétition pour les repousser hors de France !
Le Hamas mène en Israël une guerre brutale, sanguinaire. C'est un groupe djihadiste directement issu des Frères musulmans, mouvance qui n’est toujours pas interdite en France.
La devise du Hamas ne fait pas référence au nationalisme palestinien comme l’extrême gauche fait semblant de le croire.
Non, la devise du Hamas est la suivante : « Allah est sa cible, le Prophète est son modèle, le Coran sa constitution : le Jihad est son chemin et la mort pour l'amour d'Allah est le plus élevé de ses souhaits ».
Voilà ce qu'est le Hamas. Pas un mouvement de libération nationale, pas une ligue révolutionnaire : un groupe islamique, une milice dji-ha-diste !
Et comme il l'a toujours fait, au Moyen-Orient, en Asie ou en Occident, le djihad s'en prend aux civils et aux innocents. La cruauté de son attaque laisse sans voix.
Quelle est cette culture qui ose prendre en otage une grand-mère qui a déjà connu tant de guerres avec des kalashnikovs ?
Quelle est cette culture qui crache sur le corps d'une jeune femme, nue, souillée et désarticulée, jetée à l'arrière d'un camion ?
Quelle est cette culture, qui, comme au Bataclan, surprend des jeunes gens en pleine fête, pour leur tirer dessus et les abattre comme des chiens ?
Quelle est cette culture, qui comme dans l’école juive de Toulouse tire dans la tête d’un enfant parce qu’il est Juif ?
Et que dire des millions de fans du Hamas qui vivent chez nous, en Europe, en France, dans nos rues, qui se réjouissent en ce moment même au cœur de nos banlieues et parfois même sur les bancs de notre Assemblée nationale ?
Pourquoi ce conflit tragique, qui a lieu si loin de chez nous, doit-il immédiatement impliquer une protection aux abords de nos synagogues et de nos écoles ?
Éric Zemmour le dit depuis des années : la présence massive des adorateurs du Hamas sur notre sol fait peser un risque sur les Français de confession juive comme sur chacun d'entre nous.
Les djihadistes qui frappent Israël aujourd'hui sont les mêmes que ceux qui ont tué dans notre pays ces dernières années. Ils ont la même loi, les mêmes ennemis, les mêmes méthodes. L'internationale djihadiste frappe partout.
Partout, elle peut compter sur les mêmes soutiens. Et la gauche française en fait honteusement partie. Une nouvelle fois, elle a franchi le Rubicon ; elle s'est soumise et s’est déshonorée.
Demandez l’interdiction des Frères musulmans tout de suite en signant cette pétition.
Signez la pétition pour demander :
- L'interdiction des Frères Musulmans dont est issu le Hamas et la dissolution de toutes les associations qui leur sont liées.
- L'expulsion des étrangers fans du Hamas pour apologie du terrorisme, comme de tous les fichés S étrangers ou double nationaux.
SIGNEZ LA PÉTITION MAINTENANT !
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