“monos voladores”.
"Que sensación tan buena y tan profunda esta de ir poco a poco desprendiéndose de todo y todos los que nada merecen".
Albert Camus
Ernesto Filardi
Si estás saliendo (o intentando salir) de una dinámica de abuso narcisista, necesitas saber identificar a aquellas personas que, consciente o inconscientemente, son cómplices de quien te ha tratado tan terriblemente. Hablemos de los “monos voladores”.
Sobre abuso narcisista hablé de las tres fases de dicho abuso (idealización, devaluación y descarte), pero me centré solo en las dos primeras. Los monos voladores aparecen en la última etapa y son una estrategia muy, muy dolorosa para la víctima.
A mucha gente le cuesta entender por qué las víctimas de abuso narcisista defienden y justifican tanto a quien les está destrozando la vida. Es debido al llamado “refuerzo intermitente” y es una de las piedras angulares de dicho tipo de abuso.
¿En qué consiste la fase de descarte? Es cuando se rompe la dinámica de abuso. Normalmente porque quien lo comete abandona a la víctima, pero también es frecuente que la víctima se haya dado cuenta de lo que sucede y decida marcharse ella.
Sea quien sea quien rompa con dicha dinámica, en esta etapa el abusador o abusadora creará una campaña de difamación brutal contra la víctima creando todo tipo de bulos, acusaciones y mentiras en su contra.
Una campaña de desprestigio ante el resto del mundo en la que convencerá de que tú eres la persona tóxica y él o ella la pobrecita víctima. Llegando muchas personas a creerlo porque hablamos de gente a quienes se les da muy bien dar pena.
Esta campaña de desprestigio tiene tres objetivos muy claros: - Desacreditar cualquier crítica o denuncia de la verdadera víctima sobre lo que sucedió en el abuso - Aislar más a la víctima, que se verá abandonada por su entorno - Dar penita y así, quizás, lograr nuevas víctimas
En esa campaña de desprestigio aparecen los llamados “monos voladores”, cómplices del abusador. Su nombre viene, como quizás habías sospechado, de los monos de "El mago de Oz” que ayudan a la bruja mala del oeste.
¿Cómo contribuyen estos monos voladores? De varias formas. Una de ellas es intentando convencer a la víctima de que lo sufrido no es para tanto, especialmente si es la víctima quien está intentando abandonar al abusador con frases tipo “tampoco es para tanto, no te pongas así”
“Es que ya sabes cómo se pone”, "tú a veces también te enfadas con él o ella”, “dale otra oportunidad” y ese tipo de argumentos tan parecidos a los que la víctima lleva tiempo oyendo por parte del abusador. Lo cual le hace sentir culpable y termina volviendo.
Estos comentarios de monos voladores es MUY frecuente cuando el abuso se da en el entorno familiar. Llevas toda tu vida sufriendo a tu padre o tu madre, y cuando intentas salir de ahí llega tu tío o tu hermana con el “cómo vas a dejar de hablar a tu propio padre, qué vergüenza”.
El abusador o abusadora también usará a los monos voladores para sacarte información de cómo te encuentras, cuáles son tus planes (especialmente si te estás planteando denunciar o ir a juicio) y, en general, cualquier información que le venga bien para sus propios planes.
Por ejemplo, puede enterarse gracias a los monos voladores del tipo de cosas que tú vas contando sobre el abuso, sobre lo que te hizo, para así poder crear una versión alternativa de los hechos que contar a otras personas diferentes también cercanas a ti.
Es decir, dado que un objetivo de la campaña de desprestigio es desacreditar lo que puedas decir de esa persona, qué bien le viene al abusador que el mono volador le cuente lo que tú estás empezando a decir sobre lo que sucedió. Le están diciendo qué cartas tienes en este juego.
(Que para ti no es un juego en absoluto, por supuesto, pero sí para el abusador/a porque en su cabeza solo eres un juguete para conseguir lo que desea: sentirse bien consigo misme hundiendo a otras personas)
Además, serán los monos voladores quienes se encarguen de difundir la campaña de desprestigio contra ti. Quienes repetirán los mantras de que eres una persona terrible y contarán a la gente que hiciste tal y cual cosa terrible.
Pero importante: no siempre lo harán por maldad, en bastantes casos creerán que lo que hacen es justo ya que el abusador o abusadora les ha convencido de que tú eres la persona tóxica. Recuerda que en su momento también te costó poco creer que esta persona era maravillosa.
(Esto último no lo digo para que te sientas culpable sino para relativices cuando la gente de tu entorno te dé de lado creyendo todas las mentiras sobre ti. No se trata de que les perdones o no -eso es decisión tuya- sino de que sepas por qué actúan así para que duela menos)
Por eso podemos decir que hay dos tipos de monos voladores: los que lo hacen creyendo que es una “causa justa” y quienes lo hacen para joderte porque así pueden salir ganando en algo. Un ejemplo muy típico de esto último se da en el entorno laboral.
Los jefes narcisistas son más frecuentes de lo que parece y cuando eligen a una víctima mucha gente suele ponerse de ladito y hacer de mono volador. Tanto quienes están por encima de ese jefe como quienes están por debajo.
La maldad monovoladoresca de quienes están por encima seguramente viene de que una investigación contra esta persona puede dañar la reputación de la empresa, de un Programa, de una editora. La maldad de quienes están por debajo es pensar que el jefe les verá con mejores ojos. Y así todo el mundo calla.
Ahora que por fin se está hablando sobre abuso psicológico deberíamos abrir el melón del abuso psicológico geopolítico, una estrategia dolorosísima para las víctimas: la campaña de difamación, también llamada campaña de desprestigio. Antes de eso quizá os apetezca recordar conceptos sobre narcisismo.
Volviendo a los monos voladores: gracias a que estas personas se encargan de difundir la campaña de desprestigio, el abusador/a puede mantener de cara a la galería esa imagen de pobrecita persona que no ha hecho nada malo. No habla sobre ti, pero hace que otros lo hagan.
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