PAVOS REALES
Aquellos que comían mangos bajitos fueron elevados a la copa y se atracaron con frutos de lo alto. Con la barriga llena cagaron sobre las gallinas que picoteaban el suelo. El propietario de la finca aprobaba: 'que extraordinarios son mis cometodo', los nombraba 'aves del cielo'.
Convencidos de ser pajarracos esenciales se escurrían, al antojo, en las corrientes de aire para dominar otros àrboles.
Ahora, dado el pasado glorioso se sientan a regentear cualquier tajada de cielo. Los guanajos ayudan, no solo picotean a las gallinas, matan a los gusanillos, comen restos, limpian la mierda, también cantan a los tragones que por fidelidad a todo lo dicho trascienden como pavos reales.
Por Margarita García Alonso
#historiasdeisla
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