casi nunca me pegaste

 T


tenby 2017


Es cierto que casi nunca me pegaste. Pero tus gritos, el enrojecer de tu cara, el rápido desabrochar de tus tiradores y su imagen amenazadora al verlos dispuestos sobre la silla, todo eso era casi más insoportable. Es como el momento en que alguien va a ser ahorcado. Si realmente lo cuelgan, muere, y todo ha pasado. Pero si debe soportar todos los movimientos previos a su ejecución y recibe el indulto cuando ya siente la soga al cuello, deberá penar toda su vida acosado por esa sensación. A esto se agregan todas aquellas oportunidades en las que, según tu opinión, yo era merecedor de castigo y gracias a tu indulgencia no lo recibía; mi sentimiento de culpa volvía a acrecentarse. Todos los caminos conducían a la culpa...
Carta al padre,
Franz Kafka


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