El padre a la mesa
CALÍGULA: -- Yo sabía que era posible estar desesperado, pero ignoraba el significado de esta palabra. Creía, como todo el mundo, que era una enfermedad del alma. Pero no, el cuerpo es el que sufre. Me duele la piel, el pecho, los miembros, Tengo la cabeza vacía y el estómago revuelto. Y lo más atroz es este gusto en la boca. Ni de sangre, ni de muerte, ni de fiebre, sino todo a la vez. Basta que mueva la lengua para que todo se ponga negro y los seres me repugnan. ¡Qué duro, qué amargo es hacerse hombre!
Albert Camus
🎨Carlo Levi (1902-1975)
El padre a la mesa, 1926
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