Sta Barbara of Nicomedia

 

El Credo de Neil Gaiman
«Yo creo que es difícil matar una idea, porque las ideas son invisibles y contagiosas, y se mueven rápido.
Yo creo que puedes establecer tus propias ideas en contra de aquellas que no te gusten. Que debieras ser libre de argumentar, explicar, clarificar, debatir, ofender, insultar, enrabiar, burlar, cantar, dramatizar y negar.
No creo que quemando, asesinando, explotando a gente, destrozando sus cabezas con piedras (para hacer escapar las malas ideas), ahogándolos o incluso derrotándolos se puedan contener las ideas que no te gusten. Las ideas brotan donde no las esperas, como semillas, y son igual de difíciles de controlar.
Yo creo que reprimir ideas propaga las ideas.
Yo creo que la gente y los libros y los diarios son recipientes para las ideas, pero quemar a la gente sería tan infructuoso como bombardear los archivos del periódico. Ya es demasiado tarde. Las ideas están afuera, escondiéndose, detrás de los ojos de la gente, esperando en sus pensamientos. Pueden ser susurradas. Pueden ser escritas en las paredes en mitad de la noche. Pueden ser dibujadas.
Yo creo que las ideas no tienen que ser correctas para existir.
Yo creo que tú tienes todo el derecho a estar perfectamente seguro de que las imágenes de dios o un profeta o un hombre son sagradas e indefinibles, así como yo tengo el derecho a estar seguro de la divinidad del habla, de la santidad del derecho a burlarse, comentar, discutir y decir.
Yo creo que tengo el derecho a pensar y decir cosas equivocadas. Yo creo que el remedio para eso debiera ser el discutir conmigo o ignorarme, y que yo debiera tener el mismo remedio para las cosas equivocadas que tú piensas.
Yo creo que tienes el derecho absoluto a pensar cosas que yo considero ofensivas, estúpidas, absurdas o peligrosas, y que tienes el derecho de hablar, escribir o distribuir estas cosas, y yo no tengo el derecho a matarte, mutilarte, herirte o requisar tu libertad o propiedad porque considere amenazantes, insultantes, o derechamente repugnantes, tus ideas.
Tú probablemente piensas que mis ideas son bastante viles también.
Yo creo que en la batalla entre armas e ideas, las ideas, eventualmente, ganarán.
Porque las ideas son invisibles, permanecen y, a veces, incluso son ciertas.
Eppur si muove: y sin embargo se mueve».

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