LA VIRGEN DE MONSERRAT#Matanzas


 ERMITAS A LA VIRGEN DE MONSERRAT

La primera ermita se construyó en 1675.


El culto en Cuba a la Virgen de Montserrat tiene como antecedente una ermita inaugurada el 8 de septiembre de 1675, edificada en la calle a la cual dio el nombre de Montserrat, entre las de Obispo y O'Reilly. Fue construida en 1675 por Don Gaspar Arteaga y Doña Magdalena Cervera, quienes fueron autorizados al efecto por el Obispo Fray Bernardo de los Ríos.

Esta ermita fue demolida, mucho tiempo después, por obstruccionar una nueva puerta que se abrió en la muralla extramuros de La Habana, siendo sustituida por la actual iglesia, en la calle Galiano esquina Concordia, la cual inició sus cultos el 26 de diciembre de 1843.

EN LA HABANA
La historia del templo actual en La Habana, como ya les comenté, se remonta al año 1885 cuando el padre Pere Muntadas, junto a directivos del Centro Catalán de la Habana y otras asociaciones, acariciaron la idea de construir una iglesia dedicada a la Virgen de Monserrat. Según documentos de la época, se creó una comisión para buscar un lugar que rememorara la Montaña de Monserrat en la Isla de Cuba. La comisión encargada de estas acciones seleccionó la Loma del Tadino, que comenzó a llamarse desde entonces Loma de Monserrat o Loma de los Catalanes. En el año 1886 se colocó la primera piedra, pero no se acabó hasta el año 1921.

De su demolición, la Sociedad de Beneficencia de Naturales de Cataluña en La Habana solamente pudo recuperar algunos mármoles, el altar, la imagen de la Madre de Dios, los vitrales y las ventanas emplomadas que quedaron incorporadas al nuevo templo.

En los primeros meses del 1951 se inician las obras de la nueva iglesia (a cargo de los arquitectos Vicente J. Sallés y Francisco G. Padilla). Como modelo a seguir se escogió la iglesia de S’Agaró en Cataluña, considerada una genuina representación de la arquitectura mediterránea.

La construcción de la actual ‘Ermita de los Catalanes’ finalizó en el año 1954. El templo consta de 3 naves y mide 28 metros de largo, con una fachada de 22 metros de alto. Todos los años la Fiesta de la Rosa de Abril (27 de abril) hace llegar hasta la Ermita a personas de toda la isla.

Actualmente La Iglesia de Nuestra Señora de Montserrat de La Habana está situada en el km. 8 ½ de la Avenida de Rancho Boyeros. Es más conocida como la ‘Ermita de los Catalanes’

El 10 de noviembre de 2011, esta ermita formó parte de los “7 Tesoros del Patrimonio Cultural de la Cataluña Exterior”, según dio a conocer Mª de los Dolores Rosich Leal, presidenta de la Sociedad de Beneficencia de Naturales de Cataluña de la Federación Internacional de Entidades Catalanas.

EN MATANZAS
La Ermita de Monserrat de Matanzas es anterior a la de La Habana. Comenzó a construirse el 8 de septiembre de 1871, y se terminó en diciembre de 1875. Es una pequeña iglesia y su diseño está basado en el monasterio de Cataluña.
El permiso para la construcción de la Ermita sobre la explanada de una de las colinas del antiguo potrero de María Alfonso de Aramas fue concedido, según consta en el Registro de la Propiedad de Matanzas, el 24 de octubre de 1872 por el Gobernador del Obispado de Matanzas y por el Vice Real Patrón, por conducto del Cura Vicario de Matanzas así como, por el Gobernador de la Atenas de Cuba.

Se dice que fue construida por catalanes, y que las estatuas talladas en piedra que hay frente a ella, por su entrada original, fueron instaladas para la escena de una película que allí se filmó, pero lo cierto es que estas fueron traídas desde España once años después de su apertura, y representan a las cuatro provincias catalanas; Barcelona, Gerona, Lérida y Tarragona. Por su parte, la imagen central colocada en el altar mayor era una reinterpretación de la Virgen de Monserrat.

En tiempos pasados allí se cantaba, se bailaba y las familias llevaban sus canastas llenas de deliciosos platos. Unos en coches y otros a pie, las mujeres luciendo sus trajes catalanes y otras con mantillas y peinetas, todos acudían a la celebración a las verbenas de la Ermita de Montserrat.

Entre los personajes ilustres que la visitaron, en marzo de 1872 allí estuvo el Gran Duque y hijo del Zar de Rusia Alejandro II, Alejo Alexandrovich y en 1930, el poeta español Federico García Lorca.




El 12 de septiembre de 1872, Don José Baró y Sureda presentó una moción, para la construcción de una Ermita en las alturas de Simpson y fue aprobada por unanimidad en la Junta Directiva, compuesta por D. José Baró, D. Francisco Aballí, D. Bartolomé Borell, D. Casimiro Gumá y D. Salvador Condaminas. Borell, ofreció construirla como maestro de obra con arreglo al plano presentado y haciéndose cargo de la dirección

Aballí portaría para este fin a proporcionar maderas, tejas y ladrillos, mientras el resto de la comisión se encargó del otro material. Para esta empresa, los señores Simpson aportaron 3500 metros de terreno y varios catalanes enviaron el material necesario para la construcción del altar.

En 1874 se concluye la obra. La imagen, por su parte, fue llevada a cabo por el escultor D. Juan Roig y Soler, siendo considerada una preciosa obra de arte.

El traslado se desarrolló hasta la iglesia Parroquial el 29 de noviembre de 1875. El historiador matancero Israel Moliner, en sus estudios sobre este sitio declara: “En las alturas de Simpson estaba ya construida la capilla, imitando sillería, de cinco varas de frente por seis de fondo y once de altura, coronada con profusión de juguetones gallardetes.

Por su desahogado pórtico, en cuyo remate estaba el escudo del principado, descollaba a lo lejos la moreneta verja al pie de un grupo de áridas y caprichosas montañas…” Irael Moliner: Antecedentes históricos de la Ermita de Monserrat p. 9).

De la construcción del lugar también nos relata otro investigador matancero, Ernesto Chávez en su estudio etnológico: “La fiesta catalana: presencia hispánica de la cultura cubana.”

Chávez nos la describe así: “Las alturas de Simpson, muy próximas a la ciudad de Matanzas, con su cima estrecha y alargada, cuya ladera norte va al Valle de Yumurí y desde donde se observa un paisaje de una belleza indescriptible, y su ladera sur, que baja suavemente hacia la ciudad, con sus rocas calizas que ofrecen un aspecto riesgoso y lleno de furnias, evocaron a los catalanes su montaña de Monserrat, en la lejana Cataluña.”

Chávez describe que fue construida sobre la explanada de una de las colinas del antiguo potrero, propiedad de Doña María Alfonso de Oramas, lugar que ocupaba una de las laderas del Abra del Yumurí, y hacia el sur y sudeste, al Valle de San Juan y la Ciudad de Matanzas.

Tanto por la semejanza en el paisaje de este sitio o por la añoranza se comienza a nombrar las Alturas de Monserrate. Hacia ellas fueron dirigidas las romerías en celebración de la Santa Patrona. El famoso templo recuerda a la virgen de Monserrate.

Con la inauguración el 8 de diciembre de 1875 se dará inicio a una de las festividades religiosas cuya popularidad, con el transcurso de los años la convertirían en una de las tradiciones culturales de origen español más conocida, no sólo en el lugar donde naciera sino en todo el territorio nacional e incluso fuera de él.

En el éxito y trascendencia de estas fiestas tuvieron incidencia dos hechos muy específicos_.El origen catalán de las mismas y el lugar donde se desarrollara, o sea la ciudad de Matanzas.

Cataluña con una cultura e historia sólidas, posee uno de los folklores más ricos de Europa, caracterizado por fiestas rurales, la mayoría de las cuales están acompañadas de canciones y bailes populares de mucho colorido y atracción.

Los catalanes poseen una idiosincrasia que los distingue de los diferentes pueblos que integran la Península Ibérica.

El censo realizado en Cuba en el año 1893, la población de origen español en Matanzas estaba compuesta por 36,5% de canarios, 14,6% de asturianos, 10,3 % de gallegos y el 8,4 de catalanes.

Antecedentes de las fiestas de Monserrate

Por el mes de septiembre de 1871 ya se organizaban en nuestra ciudad por los NOYS fiestas populares con motivos de la unión de las provincias españolas para contemplar sus costumbres tradicionales.

En aquella etapa el periódico: “La Aurora del Yumurí” aseguraban que dichas fiestas formarán épocas. “Si éste sale bien como ha salido la idea, estaremos contentos…la fiesta tal cual la hemos descrito, para el público será en un todo popular y social…”.

“Se dan las enhorabuena a los socios del Casino Español de Matanzas, por la buena directiva que tienen y sobre todo al muy amable Director Sr. Dr. Don Ambrosio C. Sauto porque nos abre las puertas del Casino, poniéndolo todo a nuestra disposición” (Aquí la prensa hace referencia a uno de los discursos pronunciado por uno de los Noys).

En las calles matanceras de esos días hubo comparsas, carros cubiertos de palmas, flores y banderas. La gente llevaba sobre la cabeza gigantescos panes. Sobre lo que ocurrirá más tarde nos cuenta Irael Moliner:

“Después de los divinos oficios, y multiplicadas ya las tiendas para las carretas engalanadas y toldos que en ellas colocaron, se esparció la concurrencia, ya para proporcionarse un rincón en el que condimentar su almuerzo, o bien para comer la tradicional coca o greix que remojada en avisado o mistela, que con profusión se repartía en todas las tiendas de campaña. De esta forma a las tres de la tarde y reunidos todos en la plaza de Armas inicia la procesión.

La fiesta de la Colla

Con este nombre la Sociedad Catalana de Matanzas creó en el año 1886 una agrupación para el disfrute de este tipo de fiesta en la ciudad. Ya existía una similar en La Habana.

La agrupación contaba con más de cuarenta integrantes de sexo masculino, los que se agrupaban en “un capitán, dos secretarios, un cabo de escuadra, un cocinero mayor, un secretario de cocina, dos ayudantes y un abanderado; además, treinta y cinco hombres de la misma Colla con los correspondientes atributos de cocina de una vara de largo: un cucharón, cuatro cuchillos, cuatro tenedores, cuatro cucharas, cuatro sartenes, cuatro cacerolas, cuatro coladores, dos tenazas y cuatro espumaderas.”

A partir de la constitución de este festejo en las Alturas de Monserrate, “siempre se figuró en primera línea de la procesión que partía de la plaza de armas el segundo día de fiestas, recorriendo todas las calles obteniendo la simpatía de los pobladores.

El 6 de diciembre de 1887 aparece en “La Aurora del Yumurí ”esta nota: “Por descripción del Capitán de la Colla y mediante el siguiente aviso, se recomienda a los señores que forman el grupo que el próximo día 8 del corriente mes a las 5 y media de la mañana acudan puntualmente y uniformados para reunirse con sus respectivas escuadras en el callejón del Medio No. 86, y en un grupo desde dicho punto reunirse con la Directiva de la Sociedad Catalana y Balear y con la restante comitiva, para asistir a la fiesta que en aquel día se ha de celebrar en las Alturas de Simpson.”

También por esta década (el 30 de noviembre de 1889) sale publicado por el propio diario esta reflexión: “Sabido es el entusiasmo y desmedida animación que en todas las clases sociales, despiertan siempre las fiestas que los catalanes dedican anualmente a su excelsa patrona la Virgen de Monserrat, fiestas que han adquirido una justa popularidad por su carácter simpático, llegando a conquistarse el título de fiestas nacionales que es la mejor apología que de ellas podemos hacer.

Este año el embullo es general y sabemos que todas las provincias, lo mismo la noble Santander que la heroica Asturias, lo mismo la honrada Aragón que la leal Vasco_ Navarra, lo mismo la poética Andalucía que la progresista Canarias, lo mismo la entusiasta Galicia que el sufrido pueblo cubano, en fin absolutamente todos los hijos de esas provincias están animados de idénticos sentimientos de consideración y deferencia hacia los descendientes de aquel principado

Podemos asegurar pues, que las alturas en que está situada la preciosa Ermita de Monserrate, presentarán los de la fiesta el encantador afecto que en años anteriores, aquella explanada representará, metafóricamente hablando, un mar de personas de distintos sexos y clases serpenteando, moviéndose, agitándose como una ola inmensa que no tuviera orilla donde estrellarse.”
La Colla llegó a tener en 1890 un total de aproximadamente ciento sesenta hombres.“Con los años, las Alturas… presentaban un cuadro indescriptible: numerosas tiendas de campaña adornadas con banderas y estandartes, con inscripciones alegóricas a las romerías y los escudos de distintas provincias convertían aquellos parajes campestres en una especie de arrabal español.” (Ernesto Chávez: La Fiesta catalana…p 40_42).
En dichas fiestas se bailaba tanto el pasodoble como bailes cubanos, dentro de los que se hallaban la danza y el danzón.

En cuanto a la celebración de las primeras describe Moliner: “Alrededor del templo había infinidad de tiendas y espaciosas tiendas de campañas cubiertas de flores, gallardetes e inscripciones alegóricas a las fiestas sin medir ninguna menos de diez varas de frente por veinte de fondo, y sin dejar de estar todas ellas, provistas de ricas bebidas y sabrosos pasteles como obsequio a los visitantes.” (Irael Moliner: Antecedentes históricos de la Ermita de Monserrat p 9_10).

Otros cronistas refieren que se cocinaba para cinco mil personas: escudilla, ternera estofada, guisado de carne con frijoles, pescado frito, natilla quemada con ensalada de pimientos, cebollas y aceitunas, abundante pan y vino de San Vicente. En el mes de diciembre de 1890 aparece esta nota del gacetillero de la Aurora…
“Anoche se reunió la Directiva de la Sociedad de Beneficiencia Catalana bajo la presidencia del Sr. Don Mariano Artiz, y se acordó llevar a cabo las tradicionales fiestas de Monserrate a todos los incentivos posibles, teniéndose en cuenta que habrá trenes excursionistas de La HabanaCárdenas y Cienfuegos de cuyos lugares vendrá mucha gente a presenciar las citadas fiestas.”…

Más adelante, el 2 de septiembre de 1891, con el lema “Anem Monserrate”, la sección La gacetilla del mismo periódico nos dice; “Muchas familias han determinado pasar el día 8 del presente en el que manifesté ayer, se dará una misa en aquella Ermita. Habrá coro.

La estudiantina se trasladará a aquel lugar. Con tales motivos un industrial amigo mío, persona de exquisito gusto ha determinado establecer allí un restaurante en el que se almorzará y comerá muy bien y por poco dinero.”

De la grata estancia en aquel lugar es esta nota: “Los señores Calle y cuantos se trasladaron ayer a Monserrate con el fin de pasar un día de campo disfrutaron horas de grato placer. Reciban mi más cordial enhorabuena.” (La Aurora del Yumurí de 1892 p 3).

Al día siguiente aparece este nuevo anuncio de las fiestas en Crónicas de la Aurora: “El domingo a las 7 de la mañana y a los acordes de una buena banda de música subió a las lomas de Simpson la entusiasta juventud que compone la Colla de Monserrate.

Tiempos hacía que reunidos no tenían un rato de expansión porque circunstancias especiales lo habían querido. A las cuatro empezaron a preparar las mesas que se hallaban extendidas por el salón de baile, que así lo llamaban casi todos y a las 4 y media el señor Camp, en nombre de los muchachos que componen la divertida Colla de Monserrate dio las gracias por haber pasado un día tan feliz.” (La Aurora del Yumurí: 20 de abril de 1892 p 2.).

La suspensión de las fiestas no impidió que la ermita fuese visitada por cubanos y extranjeros.
En 1938 por primera vez llega la electricidad a Monserrate y el salón de bailes era alquilado para almuerzos por instituciones sociales, religiosas y escolares. Se continuaba organizando romerías pero la entrada al lugar había que pagarla.

La nueva entrada _abierta en 1911_, al suroeste junto al modernizado salón de bailes, quedó como definitiva y se clausuró la antigua. En este período se construyeron servicios sanitarios y parques de recreo.

“Los finales de la décadas del 40 representan el inicio de la decadencia de estas verbenas en las Alturas de Monserrate…las obras de restauración y mantenimiento se hicieron mínimas”.

En la década del cincuenta las romerías dejaron de ser oficiales y para esa etapa se organizaban algunas familiares. Se acudía buscando esparcimiento natural. Ya en 1959 no se llevaban a cabo estas festividades.

A partir del año 1981 como parte de las actividades por la semana de la cultura se hace el recorrido en representación de la antigua Colla.

Tipología de la Ermita

La ermita de Monserrate es un bien inmueble con valor histórico y arquitectónico registrado por tipología religiosa con el número de inventario 04010107002. A la Sociedad catalana le fueron otorgados 32500 metros planos de terreno cedido por Diego Lorenzo y Antonio María Simpson.

Los límites eran; 100 metros de extensión por el este, lindando con la calle Santa Isabel, otros 100 m por el oeste lindando con los terrenos de los otorgantes. 325 por el norte, lindando con el deriscadero del Estero y otros 325 por el sur, lindando con los terrenos de los cedentes.

En los terrenos donde se construyó la Ermita era un terraplén o plaza de 600 metros planos rodeados de un pretil y muros de contención de piedra de sillería.
La fachada principal está ubicada al este, formando su planta un cuadrilongo de 12 metros de frente por 25,50 metros de lado, sus paredes sostienen una sola nave.

Su arquitectura pertenece al orden dórico, su fábrica de sillería y el techo de madera y tejas, la fachada con una puerta central está coronada con un segundo cuerpo en forma de arte cuadrangular sobre la cual se eleva una especie de tímpano rodeado de una baranda de hierro, donde fue colocada una campana y rematado con una cruz y pararrayos.

En el interior, según descripciones de la época, el coro era bastante espacioso, y el abside de forma esférica, remata en una media rotonda formulada de adobe de yeso, desde cuyo centro se destacaba el espíritu santo rodeado de nubes crepusculares que concluían en un fondo azul estrellado de plata, donde se veía en su parte superior una aureola de ángeles brindándole flores a la virgen de Monserrat, hallándose esta en el fondo del altar mayor colocada en un camarín embutido en la pared y adornada de corcho, caprichosamente colocado cual si fuera una gruta.

El altar mayor comenzaría en el centro del ábside, formando una pirámide truncada, de corcho, representando una alegoría de las Montañas de Monserrat en Cataluña…
El púlpito era de madera de pino pintado de rojo oscuro, y el pavimento de loza catalana, de rojo también.

En la fachada anterior a la Ermita se colocó una tarja de mármol con una inscripción en honor a la Patrona de la virgen de Monserrate por la Sociedad de Beneficiencia de Naturales de Cataluña.

Campo legislativo

La Ermita forma parte del Patrimonio Cultural Tangible inmueble, ya que según la definición de este tipo de Patrimonio en ellos aparecen sitios, edificaciones, conjuntos arquitectónicos, etc. Con valores de interés.

El artículo 5 del Decreto 55 de la ley 23 de 1979 contiene el reglamento para la ejecución de monumentos nacionales y locales. Dentro de la ley se contemplan las obras inmuebles o conjuntos hechos por la mano del hombre sin tener en cuenta el uso actual sino su función original. Por lo que el bien que nos ocupa puede formar parte de ellos.

Este propio artículo, refiriéndose al concepto de sitio dice: Comprende todos los espacios o áreas donde se halla desarrollado un significativo hecho o proceso con carácter histórico, científico y etnográfico.

Basándonos en él podemos afirmar que este sitio donde está enclavada la Ermita tiene valor histórico donde se produjeron hechos como las fiestas catalana y la Colla que también responde a una tradición antropológica y dichas actividades forman parte del patrimonio cultural intangible inmueble por reflejar la religiosidad popular, la música y los bailes festivos, la cocina, entre otros que se pronunciaban en estas actividades.

Dentro del Decreto 55 de la ley 23 de 1979 se define que un sitio son formaciones geológicas, geográficas y biológicas, geográficas y biológicas, el Valle posee estas cualidades pero se debe aclarar que posee la dualidad de ser arqueología ya que en el mismo se han detectado vestigios de objetivos cultura aborigen.

La ley 3 protege los objetos que se conservan en los museos y se conoce que parte de los objetos de arte decorativa de la Ermita se preservan en estas instituciones y esperamos que le sean devueltas.

Proyectos de reparación

Muchas han sido las aclamaciones que durante mucho tiempo han tenido tanto el pueblo como las instituciones con la finalidad de recuperar la Ermita como parte de la identidad de los matanceros, ejemplo de ello lo podemos constatar a través de la prensa. Pudiéramos citar un artículo del periódico Girón:

“Para que la Ermita de Monserrate no le falten sus cuatro esculturas” año 1987. Por Ángel Antonio Moreno. El mismo hace referencia a las esculturas colocadas el 9 de noviembre de 1886 representando a las provincias catalanas: Lérida, BarcelonaTarragona y Gerona.
“Las cuatro esculturas hacen falta, ya el tiempo y el destiempo que resulta la indolencia en la que todos tenemos nuestro poquito de culpa las desapareció del entorno físico, pero puede quedarnos algo en la memoria particular y colectiva, y sería mejor quedara en postales; y muchísimo mejor en –de ser posible-a cada una de ella en los que los detalles fueran identificables.”

En el artículo se convoca a quienes posean un testimonio gráfico sobre dichas estatuas entregarlas a CODEMA (Comisión de Esculturas Monumentales y Ambientales) dirigidas por el cro. Agustín Drake.”

“Los escultores esperan; únicamente entonces podrán trabajar en la elaboración de las cuatro obras que ahora le faltan a la Ermita, que es faltarnos a nosotros mismos”
En otro artículo de Girón, más adelante, hace alusión a las propias estatuas, tan necesarias para el filme Cartas del parque. En ese proyecto trabajaron tres escultores que utilizaron fotografías propiciadas por el propio ICAIC.

Hemos sabido recientemente que dichas estatuas fueron desechadas por ser de cemento y se utilizaron solamente para la escenografía.
Con fecha del 15 de agosto de 1997 la periodista Aurora López publica una entrevista a Ramón Cotarelo, especialista de la Empresa de Consultoría y Proyectos No. 8.

Muy esperanzado el arquitecto afirma; “La recuperación de la Ermita es posible, la mayor complejidad se presenta en su techo, pero la edificación se mantiene sólida y es posible rescatarla con la mayor aproximación posible a su concepción original.”.

Ese mismo artículo contiene una entrevista al hijo menor de Pedro Rodríguez, el último Ermitaño.
Antonio refiere: “Hoy la casa es almacén del restaurante, allí permanecimos hasta que mi papá asumió en 1946 el cuidado de la ermita.

Algo después nos mudamos para la propia iglesia; no podría precisar la fecha, pero fue antes de 1948, porque en ese año pasó el ciclón y tuvimos que ir para casa de mi tía hasta que se restauró lo dañado”.

Hace alusión, además, a la fuente que funcionó en algún momento y a un órgano que precisamente fue tocado el día de su boda en 1960.
El entrevistado vivió hasta la década del 80 y refiere haber dejado La Ermita intacta, por lo que le ocasionó desagradable impresión al volver a aquel lugar donde vivió 45 años.
Con el nombre de “Réquiem por la Ermita” publicado por la Licenciada Clara Enma Chávez Alvarez, en el periódico Girón, aparece

Este nuevo artículo donde se realiza un recuento sobre los antecedentes históricos que ya hemos visto a través de varias bibliografías, finaliza diciendo:
“Al revisar documentos y sueños solo se tropieza con abortos y olvidos. En el Siglo XXI, a 128 años de su construcción, desafiando el tiempo y la memoria de los hombres, aún majestuosos y vigilante se yergue los restos de la Ermita de Monserrate, que con su altiva presencia nos sigue diciendo: ¿Qué significo para ustedes? Y ¿por qué me están dejando morir?

Y por fin una noticia más reciente y aleccionadora nos llega el 27 de septiembre último “Reconstruyen la Ermita de Monserrate”
Aquí asegura Luís Hernández Serrano que la misma será rescatada mediante un interesante proyecto del Gobierno matancero que ha de ser financiado por la corporación CIMEX de la provincia. Se desea convertir el lugar en un complejo recreativo, cultural y turístico.




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