Cuba no tiene remedio.TRES manipuladoras y escribemierdas Katherine Bisquet , Mabel Cuesta y Mónica Baró
frases épicas de los Jedis:
"La fuerza estará ya contigo… Siempre.” -Obi Wan Kenobi
“Entrénate a ti mismo para dejar ir todo aquello que temes perder.” – Yoda
“Concéntrate en el momento. Siente, no pienses, usa tu instinto.” -Qui Gon Jinn
Un dîa no tan lejano se enjuiciarà a toda esa prensa (in)dependiente de grants y financiamiento de Soros, que tanto daño hace desde que la inventaron como soluciôn reformista de la dictadura.
Por cierto, si alguien puede poner un trapo, un canuto de caña, una bola de papel sanitario, un cacho del Granma, en las bocas de Katherine Bisquet, Mabel Cuesta y Mónica Baró, se agradecerîa, tres manipuladoras y escribemierdas
Desde el cariño, y no estoy siendo sarcástica, necesito decir esto:
Los presos políticos se están volviendo para una parte de la oposición lo que se ha vuelto “el bloqueo” para el régimen: un instrumento, un chivo expiatorio.
Si para defender tu postura frente al Código de las Familias tú necesitas mencionar los presos políticos constantemente, me temo que te queda mucho que comprender sobre derechos humanos.
Si hay que esperar a tumbar la dictadura para tener toditos los derechos de una: entonces los presos políticos tendrían que esperan en las cárceles a que se cayera la dictadura.
Yo quisiera saber quién se atrevería, en libertad, a decirle a un preso político que esperara en la cárcel hasta que se tumbara la dictadura.
Si tú no has puesto tu vida en pausa por los presos políticos, si tú paseas, te emborrachas, te casas y singas cuando te da la gana, cómo tú vas a pedirle a otras personas que pongan su vida en pausa por los presos políticos.
Y para mucha gente no acceder al matrimonio es seguir poniendo su vida en pausa.
Hay muchas formas de estar preso. Hay muchas formas de estar oprimido. Hay muchas cárceles en Cuba fuera de las cárceles. Y las personas trans, homosexuales o bisexuales las conocen todas.
Mónica Baró Sánchez
Cosas que también vienen de la dictadura y a las que deberían renunciar quienes alegan que no quieren el Código de las Familias porque “viene de una dictadura”: 1. El pasaporte cubano. Lo emite el Ministerio del Interior, gracias a la nueva Ley de Migración de 2013, que autorizó a cubanas y cubanos a viajar fuera de Cuba sin permiso, entre otras cosas. Y no. No votaste por esta ley, pero en un acto de coherencia política podrías oponerte a ella y renunciar a tu derecho a viajar hasta que tumbemos la dictadura y tengamos todos y cada uno de los derechos de una vez. Aquí espero anhelante por sus videos quemando sus pasaportes de la dictadura. 2. La libreta de abastecimiento. Pocas cosas son tan humillantes en Cuba como esta. Es casi como la dictadura dándote la papa en la boca, haciéndote el avioncito y todo, pero dejándote con hambre. 3. El título de propiedad de tu casa. Si puedes o pudiste comprar o vender un vivienda, o inscribirla como tu propiedad, es gracias a Mamá Dictadura, a Papá Raúl. Gracias a la nueva ley de vivienda que se aprobó en 2011. Quiero ver esos títulos de propiedad arder. Y solo espero que la vivienda en la que habitas haya estado en tu familia desde antes de 1959 y no te la haya otorgado la dictadura, ni por trabajar en sus micobrigadas, ni por haber sido vanguardia de nada, ni por haber ido a misión a alguna parte. 4. Los pésimos servicios de salud. Sí, es cierto que son públicos, pero sabemos que la Seguridad del Estado decide quién accede o no a ellos. Si tú accedes no es porque sea tu derecho sino porque la dictadura, como con todo, te lo permite. Así que abajo las pruebas citológicas y los exámenes de próstata. Abajo todo. 5. Tus títulos académicos. Este es el momento de prenderles fuego también, para que la gente vea de verdad lo que es no aceptar nada de la dictadura. 6. Los Habeas Corpus. Usar esto ya sería el colmo de la incoherencia, porque seguro votaste que no a la constitución de 2019, igual que yo, a mucha honra, y el Habeas Corpus es una de las pocas cosas útiles de ese panfleto.7. Los abogados públicos. Les paga la dictadura y trabajan para la dictadura. No entiendo cómo los contratan para defenderse de las arbitrariedades de la dictadura. Deberían renunciar a eso. 8. Las tiendas en MLC y en pesos cubanos. Ambas son un robo a mano armada. Las primeras más. Ir a esas tiendas no solo es aceptar las ofertas de la dictadura, las estafas más bien, sino financiar la dictadura. Este es el momento de dar un golpe maestro y comenzar a cultivar tus propios alimentos, a criar tus pollos y gallinas, tus conejos. Demuestra al mundo que de veras no aceptas nada. 9. Tu conexión a Internet y otros servicios de comunicación. Esto casi que viene directamente de la Seguridad del Estado, del mismo corazón de la dictadura. Nadie duda de ello. Así que lo coherente sería usar palomas mensajeras, que serían totalmente independientes de la dictadura. 10. La electricidad, el gas, el agua. Todo esto también viene de la dictadura. Sería bonito ver a la gente del “yo no acepto nada de la dictadura” empezar a alumbrarse con velas fabricadas en casa, cocinar con leña y bañarse con agua recolectada en las lluvias. 11. Muchos libros que tienen en casa: a quemar libros editados y publicados por la dictadura. 12. Las actas de nacimiento, de matrimonio, de divorcio, de defunción, todos los papeles emitidos por la dictadura.13. Los servicios necrológicos. Creo que ha llegado la hora de luchar por tener un cementerio familiar en el patio de la casa. Y por ahí podría seguir enumerando todas las cosas que vienen de la dictadura, que la dictadura controla, y con las cuales no veo el mismo conflicto que con el Código de las Familias. Es cierto que para muchas cosas no tuviste que pasar por “el mal rato” de ir a votar, de servir a la dictadura en su propaganda, pero de todas formas las estás usando o aceptando. Yo soy de la opinión de que si tengo que pasar un “mal rato” para salvar vidas y defender derechos, y aguantar los alardes de la dictadura, lo hago. Si tengo que atravesar un infierno, lo hago. Por la gente que quiero. Porque es lo justo. Quien crea que la honradez en la política va de puritanismo, poco de política sabe. A veces los derechos hay que sacarlos de la mierda. Y si esos derechos salvan vidas, yo meto las manos no, yo me tiro completa. Foto: Marcha contra la homofobia, 11 de mayo de 2019, en La Habana. La foto la hice yo. Ahí estuve desde antes de que comenzara hasta el último minuto, hasta que el cerco policial que nos pusieron permitió salir. Yo sé dónde están mis lealtades.
Cosas que también vienen de la dictadura y a las que deberían renunciar quienes alegan que no quieren el Código de las Familias porque “viene de una dictadura”:
1. El pasaporte cubano. Lo emite el Ministerio del Interior, gracias a la nueva Ley de Migración de 2013, que autorizó a cubanas y cubanos a viajar fuera de Cuba sin permiso, entre otras cosas. Y no. No votaste por esta ley, pero en un acto de coherencia política podrías oponerte a ella y renunciar a tu derecho a viajar hasta que tumbemos la dictadura y tengamos todos y cada uno de los derechos de una vez. Aquí espero anhelante por sus videos quemando sus pasaportes de la dictadura.
2. La libreta de abastecimiento. Pocas cosas son tan humillantes en Cuba como esta. Es casi como la dictadura dándote la papa en la boca, haciéndote el avioncito y todo, pero dejándote con hambre.
3. El título de propiedad de tu casa. Si puedes o pudiste comprar o vender un vivienda, o inscribirla como tu propiedad, es gracias a Mamá Dictadura, a Papá Raúl. Gracias a la nueva ley de vivienda que se aprobó en 2011. Quiero ver esos títulos de propiedad arder. Y solo espero que la vivienda en la que habitas haya estado en tu familia desde antes de 1959 y no te la haya otorgado la dictadura, ni por trabajar en sus micobrigadas, ni por haber sido vanguardia de nada, ni por haber ido a misión a alguna parte.
4. Los pésimos servicios de salud. Sí, es cierto que son públicos, pero sabemos que la Seguridad del Estado decide quién accede o no a ellos. Si tú accedes no es porque sea tu derecho sino porque la dictadura, como con todo, te lo permite. Así que abajo las pruebas citológicas y los exámenes de próstata. Abajo todo.
5. Tus títulos académicos. Este es el momento de prenderles fuego también, para que la gente vea de verdad lo que es no aceptar nada de la dictadura.
6. Los Habeas Corpus. Usar esto ya sería el colmo de la incoherencia, porque seguro votaste que no a la constitución de 2019, igual que yo, a mucha honra, y el Habeas Corpus es una de las pocas cosas útiles de ese panfleto.
7. Los abogados públicos. Les paga la dictadura y trabajan para la dictadura. No entiendo cómo los contratan para defenderse de las arbitrariedades de la dictadura. Deberían renunciar a eso.
8. Las tiendas en MLC y en pesos cubanos. Ambas son un robo a mano armada. Las primeras más. Ir a esas tiendas no solo es aceptar las ofertas de la dictadura, las estafas más bien, sino financiar la dictadura. Este es el momento de dar un golpe maestro y comenzar a cultivar tus propios alimentos, a criar tus pollos y gallinas, tus conejos. Demuestra al mundo que de veras no aceptas nada.
9. Tu conexión a Internet y otros servicios de comunicación. Esto casi que viene directamente de la Seguridad del Estado, del mismo corazón de la dictadura. Nadie duda de ello. Así que lo coherente sería usar palomas mensajeras, que serían totalmente independientes de la dictadura.
10. La electricidad, el gas, el agua. Todo esto también viene de la dictadura. Sería bonito ver a la gente del “yo no acepto nada de la dictadura” empezar a alumbrarse con velas fabricadas en casa, cocinar con leña y bañarse con agua recolectada en las lluvias.
11. Muchos libros que tienen en casa: a quemar libros editados y publicados por la dictadura.
12. Las actas de nacimiento, de matrimonio, de divorcio, de defunción, todos los papeles emitidos por la dictadura.
13. Los servicios necrológicos. Creo que ha llegado la hora de luchar por tener un cementerio familiar en el patio de la casa.
Y por ahí podría seguir enumerando todas las cosas que vienen de la dictadura, que la dictadura controla, y con las cuales no veo el mismo conflicto que con el Código de las Familias. Es cierto que para muchas cosas no tuviste que pasar por “el mal rato” de ir a votar, de servir a la dictadura en su propaganda, pero de todas formas las estás usando o aceptando.
Yo soy de la opinión de que si tengo que pasar un “mal rato” para salvar vidas y defender derechos, y aguantar los alardes de la dictadura, lo hago. Si tengo que atravesar un infierno, lo hago. Por la gente que quiero. Porque es lo justo.
Quien crea que la honradez en la política va de puritanismo, poco de política sabe. A veces los derechos hay que sacarlos de la mierda. Y si esos derechos salvan vidas, yo meto las manos no, yo me tiro completa.
Foto: Marcha contra la homofobia, 11 de mayo de 2019, en La Habana. La foto la hice yo. Ahí estuve desde antes de que comenzara hasta el último minuto, hasta que el cerco policial que nos pusieron permitió salir. Yo sé dónde están mis lealtades.
OTRO CANUTO HASTA LAS TRIPAS
Katherine Bisquet Rodríguez
Algunos pocos, han preferido la cárcel ante el exilio. Algunos pocos han decidido decir basta de manera radical y defenderse ellos mismos con sus cuerpos y con su esperanza. Otros, los más vulnerable no tienen ni chance para ese canje. Otros, como yo, hemos decidido ceder a esa instrumentalización. Cedí a un chantaje y no me arrepiento. Porque creo en otra libertad. Y no dejo de pensar que mi condición de "mujer blanca" me salvó hoy de no estar presa. No dejo de pensar que muchos están bien con que Luis y Maykel estén presos porque ellos sí son unos grandes mambises. No, ellos están presos porque la Dictadura sabe que a la mayoría no les importa, porque son otros dos, otros dos negros, como muchos otros que también han estado ahí, por años, presos.
El régimen juega con nuestros desafectos. Juega con nuestra desesperanza. Juega con nuestros huecos. Juega con nuestra falta de fuerza. Con nuestra falta de empatía. La comunidad lbgtiq nos necesita ahora como mismo nos necesitan nuestros presos políticos. No llamo a esa falsa unidad. Llamo a la comprensión, a la empatía.
Decirle a la comunidad lgbtiq que aguante y que no se deje instrumentalizar, es como decirle a Luis y todos los presos políticos, aguanten, asuman su presidio político. Decirle a un pueblo, aguanta, paralízate, ciérrate por capacidad, porque tú mismo estás sosteniendo esa Dictadura con el simple hecho de estar vivo, es no tener conciencia y empatía por el sufrimiento ajeno. Entonces cómo pueden hablar del sufrimiento de los presos políticos en detrimento de estos otros pesares?
El totalitarismo es eso, se conecta a tus venas de manera que para poder caminar tienes que usar sus propias calles.
Esto no es una cuestión ahora de racionalidad política. Porque saben qué, todo lo que se ha logrado en Cuba desde la resistencia no ha sido desde esa racionalidad política. Ha sido, inevitablemente, desde el impulso, desde las ganas de defenderse uno con las uñas. Hay que hacer cosas, hay que virar la tortilla, hay que sacudir la mata. Yo al menos, lo he intentado.
Mi consejo para la comunidad lgbtiq es que agarren lo que tienen ahora con las uñas. Crean en su lucha, en ustedes mismos. No busquen la comprensión, ni se queden en el papel de la víctima donde a muchos es más cómodo verles. Actívense. Rodilla en tierra. Inspiren. Griten por sus derechos.
OTRO TRAPO PARA
Texto de Mabel Cuesta sobre la “intransigencia revolucionaria”, que de tanto que nos hablaron de ella, acabamos aprendiéndola cabalmente:
Como habrán notado hace algunos meses he bajado bastante mi perfil de comentarios sobre la situación política de Cuba y su diáspora. Y no, no es porque me haya sanado de esa herida abierta que es mi pobre país; sino que he elegido el silencio frente a ciertos zarpazos y apoyos a esos zarpazos de los cuales no me recuperé aún.
Envejecer (¿madurar?) te da eso: cierto encuentro de ti con tus propios límites. Los golpes (en mi caso repetidamente inesperados porque padezco la enfermedad atroz de creer que nobleza siempre obliga) te dan eso: una meridiana certeza de que solo el tiempo es buen juez y de que lo pone todo en su lugar.
Y no, no hago este preámbulo de filosofía barata y zapatos de goma para ponerme a disertar sobre política cubana en la isla y sus diásporas… no, no voy a romper mi promesa de no intentar salvar a un país sino mejor concentrarme en apoyar a un grupo de ancianos solos y sin subvenciones para que coman.
Sin embargo, sí haré (me haré) unas preguntas:
1. ¿para conseguir derrocar o hacer transicionar un gobierno hacia prácticas democráticas hay que desproteger, desconocer o básicamente frenar los derechos de varios grupos de personas? ¿Vamos hacia el Progreso con ejercicios antiprogresistas?
2. ¿Esa transición o derrocamiento del actual establishment deberá ir de la mano del reaccionario proceder de religiosos fundamentalistas, homofóbicos, transfóbicos y machistas que no solo querrán controlar las arcas sino también los cuerpos?
3. ¿De quién es la frase “al imperialismo ni un tantico así”? Correcto: es del Che Guevara. ¿Tanto detestarle y gritarle asesino (que lo fue) para tomarlo como modelo de instransigencia y cero negociación?
En fin, nadie desconoce cuánta cortina de humo ha creado el código de familia de cara a otros códigos despiadados que están siendo modificados sin referendo. Pero baby, mi falta de derechos no garantiza los tuyos. Si así fuera te los regalaba con todo gusto.
Y no, baby, en política no se consiguen macrobjetivos sin pasar por negociaciones, tensiones, concesiones o dolorosas esperas.
De toda la vida de Dios siempre ha habido que dar “un tantico así”.
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