confieso que escucho a Bad Bunny
confieso que escucho a Bad Bunny y me recreo en sus historias, alivian y paso el tiempo en su tracatraca mamita sin utilizar una neurona en intentar comprender a gente que se las da de muy seria, en varias ramas de la literatura , cuando solo ofrece revoltillo archiconocido o durofrio raspado con cáscara de coco, ese es su poder, distraer, sacarte de la mediocridad oficialista y que respires vacuidad ligera mientras te arreglas las uñas, y cuando te cansas, apagas, y pasas a esa pesada cosa de quienes -y aquí me incluyo, por modestia, poetas y dale patada a la lata, en esta no historia.
Y no soporto a ROSALIA, joder, te pasas la canciôn tratando de traducir, de entender una palabra.
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