Quelque part en Normandie 🐄🍎


 
A propósito de la literatura actual, se ha producido un fenómeno de envejecimiento que puede llegar a inquietar. Normalmente, un escritor, a los setenta y cinco, a los ochenta años, no está forzosamente olvidado por el público, pero en cualquier caso produce menos, pierde el contacto con la vida de su época, se aleja, y se sitúa en una sección poco ventilada de la literatura que se está haciendo en ese momento. Su tiempo pasó. La plenitud de la producción literaria que está representada por los escritores que tienen entre treinta y sesenta años, le rechazan automáticamente hacia un semiolvido respetuoso. Creo que los escritores de mi generación, septuagenarios u octogenarios, no sienten como deberían, o sienten mucho menos esta impresión de haber sido arrinconados, bajo la presión de la generación siguiente. Un signo, aparentemente, de que esta generación no ha cumplido su contrato. Proporciona a sus antepasados una vejez feliz, pero eso no es muy tranquilizador.
- Julien Gracq en Calle del Orco...


Senneville, Aux alentours de Fécamp

❤️

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