Quelque part en Normandie 🐄🍎 NOSOTROS, LOS SOBREVIVIENTES
Poema para Wichy
NOSOTROS, LOS SOBREVIVIENTES
Roberto Fernández Retamar
(1930-2019, Cuba)
Que antes fue el título de una buena novela tuya,
Y antes aún un verso mío que tú generosamente
[ propagaste,
Ahora es de nuevo una lacerante perplejidad
Ante tu última broma, tu desaparición
Que nos priva del elfo de pelo rojo de nuestras letras,
Del Cabeza de Zanahoria real, no el de Jules Renard
(¡Cómo te gustaban las citas verdaderas, y todavía
más las apócrifas,
Quizá anticipando sin saberlo este momento
En que no estamos seguros de si tu muerte es
[ verdadera
o apócrifa!)
Se te veía caminar ligero, ocultando una cerbatana
Traviesa
Cuyos dardos no nos dejaban dormir ni despertar
[ en paz.
Y nos habías matado varias veces,
Y cada uno de nosotros conserva, con risa
[ o perdonada
molestia,
El epitafio que nos tenías destinado
El mío siempre me dio alegría, y no resisto
[ la tentación
de evocarlo:
“Caminante: aquí yace Roberto
(Por supuesto, Fernández Retamar).
Caminante: ¿por qué temes pasar?
(Te juro por mi madre que está muerto)”.
Esperaba que ese epitafio, escrito en el fondo de una
caja de tabacos, lo echaran
En la bahía de La Habana, con mis cenizas dentro.
Pero el caso es que tú no asistirás a esa grotesca
[ ceremonia,
La cual seguramente te hubiera provocado alguna
nueva cuchufleta.
Te dije, cuando tu muerte parecía inconcebible,
aunque estabas enfermo,
Que un día comprendí, pensando en tus primeros
y ya felices poemas
(Algunos de los cuales tuve la dicha de publicar en Casa),
En escuelas militares y cortes de caña compartidos,
en publicaciones y abrazos y viajes y
discusiones y cartas y llamadas,
Cómo formabas parte de mi vida, gnomo, flautista.
Y ahora resulta que en pleno florecimiento
(los griegos lo llaman acmé: buena cita,
¿eh?), te vas,
Y nos sorprendes, y nos estropeas la partida, y nos llenas de lágrimas
Después de habernos llenado de carcajadas
[ y esperanzas
y cumplimientos.
¿Verdad que vas a regresar? ¿No deben servir para
eso las quince mil vidas del caminante?
Sólo te pedimos una más, y que la uses hasta el final.
Y pueda volver a decir: “Nogueras, Luis Rogelio”,
y en el fondo del aula
Se oiga otra vez una delicada sonrisa, y luego un
silencio punzó, y luego: “Presente”.
De Hacia la nueva, Ediciones Unión, 1989, pp. 39-40.
Este poema lo escribió Retamar, después de la muerte de Wichy.
hoy hace 37 años que se marchó a "vivir" en otra parte.
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