la cuna

 

Anoche soñé que estaba en casa de mi madre, en el Km 101, con mi hija Laura, acurrucada en la cama y temblorosa. Tenía aprehenciones de que entrara alguien o regresara el hombre que había abandonado en el exterior. Primero la sensación agradable de su contacto, luego el deber de protegerla, y me levanté a cerrar las ventanas, todas rotas, cuando no faltaba un pestillo, la madera caîa en pedazos y en el segundo cuarto, donde dormí por un tiempo, sentî en todos los sentidos la indigencia, la miseria, el pánico de aquella época.

No era pesadilla, fue viaje a mi adolescencia, y traté de arreglar la suciedad, hasta el piso de tierra me recordaba el peligro, caîan las maderas por el comején, se derrumbaba mi interior y desperté con la sensación de haber estado en la cuna de mis miedos.

Lo peor es que tampoco dejo herencia a mi hija y el tiempo me es contado.

ORACION A SAN JOSE

Oh san José, cuya protección es tan grande, tan fuerte y tan inmediata ante el trono de Dios, a ti confío todas mis intenciones y deseos.

Ayúdame, san José, con tu poderosa intercesión, a obtener todas las bendiciones espirituales por intercesión de tu Hijo adoptivo, Jesucristo Nuestro Señor, de modo que, al confiarme, aquí en la tierra, a tu poder celestial, Te tribute mi agradecimiento y homenaje.

Oh san José, yo nunca me canso de contemplarte con Jesús adormecido en tus brazos. No me atrevo a acercarme cuando Él descansa junto a tu corazón. Abrázale en mi nombre, besa por mí su delicado rostro y pídele que me devuelva ese beso cuando yo exhale mi último suspiro.

¡San José, patrono de las almas que parten, ruega por mi! Amén.

Recuerda: Dios siempre atiende nuestras oraciones. Pero nosotros no siempre esperamos las respuestas que recibimos.