Cuanta razón tenia Cortazar, basta que conozcas personalmente a un poeta que admiras por sus versos, para que le admires un poco menos.

 


En 1967 cuando iba a viajar a Estocolmo, Suecia, para la entrega del premio Nobel a Miguel Angel Asturias y entrevistar al poeta y filósofo Artur Lundkvst, influyente miembro de la Academia que otorga los Premios Nobel, le pregunté a Borges si quería transmitirle algún mensaje a Lundvist, que lo visitó en Buenos Aires. Aún hoy me arrepiento de haber repetido lo que me dijo Borges acerca del libro "Kondor och Colibrí" en el cual Lundkvist se refería a Pablo Neruda y él.

Me honro en tener a Borges como patrón de mi página en el Facebook. En la foto que la preside, obtenida por el colega Mario Paganetti en Punta del Este, Uruguay, Borges está flanqueado por María Kodama y por mi (foto).
Del Libro de Mis Memorias (en preparación).- Dos días antes de la entrega del Premio Nobel a Miguel Angel Asturias, el embajador argentino en Suecia, Dr. Eduardo “Teddy” Pardo llegó con su amigo Artur Lundkvist al restaurante “Anglais” donde los había invitado a comer.
Lundkvist, era el poeta, traductor y escritor que había introducido a Suecia, y por ende, a la Academia Sueca a Jorge Amado, Miguel Angel Asturias, Alejo Carpentier, Pablo Neruda, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, José Donoso, Carlos Fuentes, Fernando del Paso, José Lezama Lima, Guillermo Cabrera Infante, José María Arguedas, Mario Vargas Llosa, Joao Guimaraes Rosa, Gabriel García Márquez, Eduardo Mallea y Ernesto Sábato.
Advertí que tenía delante mio un hombre sencillo, grande, macizo, con el saludable aspecto de un granjero. Sus manos lucían grandes y fuertes. Hablaba un castellano lento y tímido, usando un tono menor. Durante la comida solo bebió agua. Por cierto, se interesó por los problemas latinoamericanos, tan particular para él como el idioma que utilizamos. Confesó que largos párrafos de la obra de Miguel Angel Asturias le habían dado mucho trabajo traducirlos al sueco, debido a la abundancia de los términos folklóricos.
Le comenté que Borges me había dicho que estaba muy enojado con él "porque publicó -dijo- un libro con poemas de Neruda y míos con el titulo de “Kondor och Kolibri”. ¡Yo no soy ningún colibrí! “.
Lundkvist, sin inmutarse, sonriendo, con picardía, comentó: “Es muy difícil reunir a ustedes los sudamericanos, por que son muy personales e individualistas. Estaba en París con Neruda y quise que lo conociera a Cortázar. Él tiene fama de no asistir a ninguna cita. Le hablé de mi proyecto y aceptó la invitación. Le insistí que no faltara. Cinco minutos antes de la hora convenida, me llamó por teléfono al café donde lo esperábamos, para decirme: “Lundkvist, por favor, dígale a Neruda que ya lo conozco a través de sus poemas y que quiero seguir admirándolo”. No hubo forma de reunir a estos dos amigos míos”.
Lundkvist, sin hesitaciones, afirmó que la humanidad marcha hacia su autodestrucción irremediablemente. No veía otra perspectiva que la desaparición del hombre del planeta, para dar lugar a otra especie que logre las soluciones que nosotros no logramos.
Sus palabras me dejaron atónito, paralizado mentalmente. Lo acompañamos hasta la puerta del restaurante y luego tomamos un café con el embajador Pardo. Le agradecí su mediación para conocer a uno de los más grandes intelectuales de Suecia, pero no pude obviar que me habían deprimido sus reflexiones. Nunca olvidaré el comentario del embajador Pardo: “Puede dolernos su pensamiento, pero el hombre no hace nada para contradecir a quienes piensan que marchamos hacia nuestra autodestrucción”.
No he dejado de pensar en la visión apocalíptica de Lundkvist del futuro del hombre ni en por que no propuso a Borges para el Premio Nobel.
Del muro de Marcelo Mendieta


Cuanta razón tenia Cortazar, basta que conozcas personalmente a un poeta que admiras por sus versos, para que le admires un poco menos.-comenta SONIA DIAZ CORRALES

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