san michel


(…) Dentro de un rato, otras cosas: los hombres y las sepulturas que compran. Pero dejadme ahora recortar este minuto del tejido del tiempo. Hay quien deja una flor entre unas páginas, y encierra así un paseo o un amor que les pasó rozando. Yo también me paseo, pero quien me acaricia es un dios. La vida es corta y es un pecado perder el tiempo que tenemos en la medida en que nos perdemos a nosotros. Hoy es día de un alto, y mi corazón acude al encuentro de sí mismo. Si hay una angustia que aún me oprima, es la de notar cómo este instante impalpable se me escurre entre los dedos como las perlas del mercurio. Dejad, pues, en paz a esos que quieren darle la espalda al mundo. No me quejo, puesto que me estoy mirando nacer. En la hora presente, todo mi reino es de este mundo. Este sol y estas sombras, este calor y este frío que viene de la trasera del aire: ¿voy acaso a preguntarme si algo muere y si los hombres sufren puesto que todo está escrito en esta ventana en la que el cielo vierte su plenitud que acude al encuentro de mi piedad? Puedo decir, y lo diré dentro de un rato, que lo que cuenta es ser humano y sencillo. No, lo que cuenta es ser auténtico, y entonces ahí entra todo, la humanidad y la sencillez. ¿Y cuándo soy más auténtico que cuando soy el mundo? Me veo colmado antes de desear. Ahí está la eternidad y yo tenía puesta la esperanza en su llegada. No es ya ser dichoso lo que deseo ahora, sino sólo ser consciente. (…)⠀

Albert Camus⠀
El revés y el derecho





 

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