la sangre y la mierda adquieren el mismo color con el tiempo


 "Todas las banderas, incluso las más nobles y puras, están sucias de sangre y de mierda. Cuando miras los estandartes gloriosos, expuestos en los museos y en las iglesias, venerados como reliquias ante las que hay que arrodillarse en nombre de los ideales, NO TE HAGAS ILUSIONES: esas manchas parduscas no son trazas de herrumbre, sino residuos de sangre, residuos de mierda y más a menudo de mierda que de sangre. La mierda de los vencidos, la mierda de los vencedores, la mierda de los buenos, la mierda de los malos, la mierda de los héroes, la mierda del hombre que está hecho de sangre y mierda. Donde está la una, está la otra por desgracia; la una tiene necesidad de la otra. Naturalmente, depende mucho de la cantidad de sangre vertida, de la mierda salpicada: si la primera supera a la segunda, se cantan himnos y se erigen monumentos; si la segunda supera a la primera, se clama escándalo y se celebran ritos propiciatorios. Pero establecer la proporción resulta imposible, dado que la sangre y la mierda adquieren el mismo color con el tiempo”.
Un hombre
Oriana Fallaci



Veteranos de la Royal Navy en el Hospital de Greenwich en 1854.


Entre ellos se encuentra Richard Baker, uno de los veteranos británicos de raza negra que sirvieron bajo el mando de Horatio Nelson en la batalla de Trafalgar.

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