la mierda que pisotean.

 


HOY BUSCABA A LOS POETAS cubanos que a lo largo de seis décadas han contado esto, aquello, da igual, han mencionado ese dolor de lejos/ cerca como Hölderlin:

 » ¿Qué soy para ti, qué soy yo, patria mía?/ Un débil, un enfermo a quien su madre,/ con una tonada triste, desesperada, /acuna entre sus pacientes brazos. »,

y sentî frîo, todo el cuerpo con los poetas muertos en exilio, con los poetas borrados por el Sistema. 

Y sentî rabia contra todos los que en el mismo exilio montan timbiriches para que otros no existan, mientran pavonean aves que picotean sobre cabezas. 

Una mediocre Sociedad secreta literaria, ramas espesas cargadas de espinas. Y sentî la herida que algunos llevan en silencio, la que otros suavizan con ‘NO importa’, la que algunos esperan remediar aplaudiendo a canallas de vista corta… hasta que llegué a R. L. Stevenson quien escribió sobre el arte de omitir: «Un hombre que supiera omitir podría transformar un periódico en una Ilíada»

Homeros y Homeros de la literatura cubana, especialistas de chapapote, salfumàn, esponjita y laca, tan sagrados como la mierda tras varias semanas de congestiôn anal.

 Dios mîo, somos las sombras de esa oscura leyenda,  la mierda que pisotean.

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