una lluvia de rosas sobre la isla


Las lecciones se aprenden, a veces no sirven para nada en la vida, pero si las recibes con respeto hacia el viejo maestro que las impartió, si tienes claro lo justo e injusto en quienes precedieron y por cuatro minutos del día abres ese manual de decencia que es la obra de Martí, se instalarán algunos conceptos relacionados con el "decoro", la vergüenza, el buen hacer para la tierra donde nacimos.

Las "escaladas y el te doy primero", esas ínfulas heroicas de los patios de recreación, muestran que es una isla en culeros, con ciudadanos cagalitrosos que no tienen la menor idea del respeto hacia ellos, hacia los otros, hablan y escriben en plural y se pajean de los puestos que han logrado pisoteando, al igual que arrastran y pisotean los del poder que critican.

Así el barquito parte cada amanecer hacia cualquier cola, incluida la descabellada "cola de la libertad", realmente, PATÉTICO, se supone que son misivas escritas por la élite de esa sociedad, en estos casos, élites que priorizan razones grupales, no nacionales, el resto, a lo mejor, como santa Teresita, una vez muerta, me toque (nos toque, digo a Sonia DIAZ CORRALES) bendecir la isla con una lluvia de rosas...

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