lo que fue a parar a cada órgano... y Transilvania #marga
Un senegalés sonó a la puerta este mediodía para que le calentara coditos pues la brigada pinta el apartamento de al lado y no tiene electricidad. En ese momento intentaba, infructuosamente, de colocar un espejo en la sala del baño. Hice el favor y ofrecí limonada. Una hora después vuelven a sonar, esta vez un rumano, viene a colocar el espejo. Estuvimos un buen rato pues la pared se resistía, le brindé café agradecida. Hace media hora regresa, bien acicalado, abro y se arrodilla en la entrada, me extiende un papel con su teléfono y dice: "Para conocernos, quiero casarme con usted, soy de Transilvania..." Imaginen la cara de susto que he puesto, y esto no es literatura, me acaba de pasar...
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