como una extraña estrella polar en medio de la noche.

Por 

Güicho Crónico


Mi padre ha fallecido de pulmonía en la sala de covid de un hospital habanero.
Con 75 años se había batido en su día con éxito contra el cáncer, pero ya tenía 86 y a esa edad no se puede contra el kung fu pulmonar. Sólo aguantó unas horas.
Nunca quiso quedarse afuera. Aunque salió varias veces, volvía siempre a su putrefacta ciudad. Eso no lo entendí nunca, porque él no era comunista, ni siquiera fue bueno como oportunista. El socialismo lo sorprendió manejando dos negocios: un estudio de pornografía y una organización nacional de scouts. Le cerraron las dos cosas. Entonces, en lugar de irse de la isla, se pasó al raro sector de la falsificación de documentos. Precisamente, alguna gente consiguió largarse del país con ayuda de sus papeles. Otros sólo cobraron un retiro, obtuvieron una beca, o se libraron del servicio militar. Hasta que lo chivatearon. Le echaron 8 años. A mí me engendró en un pase dominical por buena conducta. Gracias, pipo, por portarte bien; y gracias, mima, por portarte mal.
Después de que lo soltaron antes de tiempo, se hizo inspector de comercio. Todos los meses viajaba al interior. Tuvo mujer en cada provincia, pero nunca más de 8 a la vez. Sí, no había celular y muy poca movilidad, pero igual, piénsenlo... 8. Quien ha tenido 3 a la vez sabe lo dura que puede ser la vida. A lo largo de los años el viejo me llevó a todas las provincias, menos a Cienfuegos. Y en todas partes conocí amigas suyas. Por cierto, qué cariñosas eran las cubanas de aquella generación.
Como el matrimonio con mamá no duró mucho, nuestra relación padre-hijo era menos regular y más episódica. Y si tengo que quedarme con un episodio paterno, me quedo con uno musical. Mi padre, que tocaba el saxofón y podía decirte qué pieza de rock 'n' roll o de música clásica estaba sonando, era un enfermo a la rumba. Un día en Santiago de Cuba pasa una conga y a mi padre, que estaba a mi lado, de repente lo veo en medio de los tambores dándole a un cencerro con un palo. Y así se alejó dentro de aquel mar de negros, él, que era muy blanco, como una extraña estrella polar en medio de la noche.

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