en verdad yo le quedaba debiendo

Happiness, 1980Marc Chagall

Una vez me acosté con un pintor italiano porque no pude decirle: “Amo a esta persona”. En cambio, respondí a sus pedidos con una vaga serie de imágenes recargadas y ambiguas y es así como terminamos en la cama sólo porque no pude decir la frase que pensaba. Terminé también llorando en sus brazos, acariciándolo como si lo hubiera ofendido mortalmente, y pensando, mientras lo acariciaba, que en verdad no lo compensaba mucho, que en verdad yo le quedaba debiendo.
Alejandra Pizarnik
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