De las gavetas de Omar



“Un amigo suyo decía una frase que siempre le hacía mucha gracia: la vida era la venganza de los torpes, y esta idea tan seductora –la de que fueran los ratones de biblioteca de los que todo el mundo se burlaba quienes finalmente se hacían con el poder– cobraba ciertos matices cuando se aplicaba a los escritores, que en general seguían sin resolver la cuestión del poder. Un escritor únicamente alcanzaba poder cuando alguien leía sus libros: quizá por eso había tantos escritores obsesionados con que se hicieran películas de sus novelas, para eximir a la gente de la parte ardua de la transacción." Rachel Cusk, Prestigio.

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