la gasolina de la semana.

Por PALMA OSMEL

No hay cubano más cubano que el cubano que emigra, a todos en Cuba nos gustaba la bandera americana, aunque no la pudiéramos ondear, también nos gustaba la de Brasil, Haití o cualquier otra que llegara a nuestras manos, todas menos la cubana pues esto nos sonaba a marchas, CDR o jededera de “estas gentes” pero nada más que ponemos un pie afuera y zaz más cubanos que Martí. 

En estos días en los que o estás de acuerdo con Otaola o eres comunista,en los que dar tu opinión en las redes puede ser causa de linchamiento cibernético me pregunto:  el cubano de Cuba quiere resolver la situación? 

Sabemos que están enfrascados en la guerra de los megas, en compartir cadenas y en saber cuándo es la próxima recarga pues es una gangaaa 20+40 se les olvida que a ellos le dan más pero a mi me sigue costando lo mismo, algo así como la gasolina de la semana.

 Cuando los políticos de Miami hablan del pueblo de Cuba, como el pueblo que anda luchando oprimido, sin voz, esperando por el Cristo que los saque del Castrismo, yo veo mas un pueblo en huelga de brazos cruzados ahorrando sus megas para revisar Facebook, jóvenes perdiendo la identidad hablando, creen ellos, como Puertorriqueños (los durakos) sin saber que fuera de Cuba cada pueblo defiende su autonomía y se hace oír diferenciándose de todos tratando de no parecerse a nadie.

Cuba no va a cambiar, La Habana es una vieja puta con maquillaje barato, todo está perdido, cubanos de Miami, luchemos por los tolls, por el precio de la gasolina, por el impuesto sobre las rentas, sobre los políticos locales, por comunidades seguras, áreas verdes, alimentos saludables, planes para nuestros adultos mayores, control sobre las armas. 

La mala noticia es que Cuba va a otra velocidad ni les importa y si les importa están muy ocupados en que comer para estar en la estupidez como nosotros de ver qué cantante es comunista o quién se tiro una foto con el Cangrejo.

PD: han probado la Stella con tomate?

imagen:

Seni Awa Camara 

(1945, Senegal)

Untitled, 2006

Terracotta

136,5 x 31,3 x 37 cm. 

Courtesy CAAC – The Pigozzi Collection

© Seni Awa Camara

Photo credits © Maurice Aeschimann