El revisionismo sepulta la Historia, por Carmen Karin Aldrey
Por Carmen Karin Aldrey
Hay que estar muy claros cuando el revisionismo sepulta la Historia, como es en el caso de las decenas de Cartas Abiertas existentes en la Cuba de los castros, que han sido redactadas por el Gobierno castrista y obligadas a ser firmadas bajo coacción, sutiles amenazas (a veces violentas) y chantajes. Tengo la seguridad que en la relacionada con los tres jóvenes asesinados, varios de los firmantes (y posiblemente la mayoría de ellos), nunca hubieran estado de acuerdo con ese crimen, pero no tuvieron más remedio que firmarla, y sabe Dios lo que se inventaron los genízaros de la Guardia Imperial pordiosera para allanar el camino y hacerles firmar. En Cuba todo es pura manipulación represiva de los HP que se adueñaron de nuestro país y no pararon hasta destruirlo con saña. Conocí personalmente a Fina García Marruz y la tengo en alta estima, una señora muy religiosa, de gran sensibilidad, inteligente, compasiva, culta, excelente persona, abierta a todo el mundo con una sencillez suprema, y me revienta que a ella como a otros, los hayan empujado al lodazal de la infamia. Me KGO en todos los malhechores que convirtieron a mi ex-país en un inmundo pantanal lleno de alimañas venenosas y criminales.
Nunca se me olvida que en los interrogatorios nos decían que algún que otro amigo nos había "echado pa'lante" ("Divide y vencerás", eso lo saben muy bien los monstruos totalitarios) y era mentira, era KK de cloaca para embarrarnos, humillarnos, desprestigiarnos, o para delatar a los demás, algunos amigos se suicidaron, otros murieron en circunstancias extrañas, otros enloquecieron, yo personalmente estuve un año en prisión domiciliaria y tratamiento psiquiátrico obligatorio en Higiene Mental, quien no pasó por todo esto no tiene ni P idea de lo que significa, del terror que vivimos, del maltrato, incluso a veces físico. Se los juro por los restos de mis amigos y familias fallecidos, que he hecho lo posible todos estos años por no odiar, por compadecer y no sentir rencor, pero a veces pasan estas cosas, y uno se siente atrapado en la vorágine de recuerdos demasiado hirientes, y uno se siente agredido por esas memorias que ya no le importan a nadie y fueron cubiertas de excremento por la politiquería de pacotilla que desgraciadamente cruza los mares, y que para colmo se le hace eco en todas las orillas. Y ahora me voy a meditar a Júpiter, por lo menos desde allí no se divisa la Tierra. Amén
(Ahora soy "un árbol que cae haciendo ruido")
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