y ESTA, de quién es?

En mi pueblo, Matanzas, cuando llegabas a un lugar, sobre todo si te habías ausentado durante un tiempo, siempre alguien preguntaba "y ESTA, de quién es?"Le respondían: "Es la de Clara" o yo misma decía: "Soy la de Heriberto" (mis padres) , y nadie se molestaba por "su derecho a la propiedad". 
AHOra griten, millennials.


algunos comentarios:

José M. Fernández Pequeño/  Al contrario, era un orgullo. Al ser el nieto de cuatro gallegos, yo era (todavía soy para unos pocos que quedan) El Galleguito, el de Nena. Era otra sociedad y había otra unión al interior de las familias. A veces le echo de menos.


Octavio Guerra Desgraciadamente, todos los que me conocían como el hijo de Nena o de Tavo o el nieto de Eugenia o Luis están en el exilio o bajo tierra. Lo mismo sucede con mis amigos íntimos. Todo lo que me queda y amo está en esta orilla. Antes de partir, fui a verificar el estado de las urnas de los míos en el osario del cementerio de Colón, las cuales había pagado religiosamente. Las cuatro urnas habían desaparecido, reemplazadas por otras donde debían estar los restos de los míos. Aquel osario era un caos, con montones de urnas por los pasillos y tremenda suciedad y descuido. Una amplia depresión junto al osario se había convertido en un gran vertedero de urnas rotas junto a un reguero de huesos. Dicen que los paleros iban ahí a robar huesos, no lo dudo, pero, en realidad, todo es el resultado del absoluto desprecio a todo lo humano de los burócratas y sicarios que rigen en la Isla del Diablo. Esta es una de las innumerables razones por las que me niego a mirar hacia atrás y mucho menos regresar.

Jorge Luis Rodriguez ...yo no tuve nombre propio mientras vivía en casa de mis padres, y años después todavía muchos no me reconocían hasta que alguién decía las palabras mágicas: "Es el hijo de Aureliano".
Cuando mi padre cumpliió la mayor'ia de edad y se graduó del colegio De la Luz y Caballero su destino y su matrimonio ya estaban arreglados, pero mi padre tenía otros planes, y, se despidió de la mansión familiar en la playa y armó su vida como quería, sin herencias ni concesiones hasta que hizo su propia familia a partir de mi maravillosa madre (ella siempre sentada frente al piano, el caballete de pintura, o la máquina de escribir),
Cuando ya 'éramos mis dos hermanas y yo, un dia Aureliano regresó a casa del tío, y sentados en la solemne sala frente a la gran pared donde se levantaba aquel precioso altar traído del Vaticano cuando el Papa había recibido a mis ascendentes, mi tío no pudo dejar de poner el dedo en la llaga y preguntarle a mi padre que cuáles negocios familiares prefería atender. Estaban los garajes Rodríguez, las distribuidoras de Coca'Cola, Cerveza Cristal, Regalías El Cuño, galletas Chichí...
Se hizo el silencio en la sala, y mi padre expresó sus deseos, quería una rastra nueva para recorrer la nación llevando mercancías por doquier a dónde él quisiera.
La rastra estuvo y la mercancía también. Por años mi padre manejó aquella rastra. Un día mi padre trazó una ruta por el centro de la isla cruzando terrenos y caminos vecinales y llegó a donde nadie había llegado antes, se convirtió en una leyenda de aquellos pueblos donde aparecería siempre un día de fiesta y regalando cerveza Cristal.
Todos decían que Aureliano se había vuelto loco regalando cerveza por aquella ruta fantasma. Hasta que comenzó la construcción de la Carretera Central a lo largo del país siguiendo la misma ruta.
Mi padre abrió la puerta a millones de dólares en nuevos mercados, donde la competencia de la cerveza Tropical nunca pudo doblegar aquellas gentes que juraban con toda su familia, que sólo tomarían ¨su cerveza con Aureliano".
Puedo escribir un libro interminable con las anécdotas que viví en las carreteras de mi padre.
Confieso que he vivido, 
Margarita de Matanzas...


imagen:Pulp sci-fi illustration by Italian artist, Aldo Di Gennaro (b. 1938).

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