A Madelén (una ilusión de infancia), Tino Diaz
A Madelén (una ilusión de infancia)
Puesto que la abulia roe el hígado me pongo a hugar en aquellas pasiones meñiques las cuales no pasaron de notas de cuadernos: el jardín frente a los edificios del ministerio y el parque de diversiones, los campanazos de la iglesia cual orden teológica, no conocía entonces "El cantar de los cantares", aunque no era cuestión de discurso el trillo de guisasos; las cosas sin voluntad están destinadas al fracaso. Los portales de la calle Sol, mendrugamente destelarañados por trigueños cabellos de una historia sin capítulos, de rosas innombradas por Blake, o los ricos instantes de Turguénev. Hemos dejado la estancia de lo inocuo, la apoteosis está en Corintios. Una vez más querida, vemos caer la tarde.
Tino Díaz
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