SECO ROPA

Gracias por los likes y el querer en el escrito de Manuel sobre mi poesía .🌺 Ayer, Manuel Vazquez Portal metió mi ropa a lavar, hoy la pongo a secar.

Margarita García Alonso, un concierto sin coda (por Manuel Vázquez Portal)



... para columbrar con algunos aciertos la poesía de Margarita García Alonso, hay que conocer ciertas claves que solo las circunstancias en que creció la poetisa, propician. La búsqueda de una individualidad legítima, de una voz propia, de un arsenal metafórico distante del metalenguaje eufemístico y paradojal que le insuflaron desde los pañales, son algunos, y por eso los apunto, para que se sepa por qué su rispidez sintáctica, su casi jadeo rítmico, su adolorido tono, sus historias enigmáticas.

Manuel Vázquez Portal


Los tres poemas que SELECCIONO/

Confesiones de una vagabunda
(Del libro Breviario de Margaritas)


¿Cuál amistad tendrá con nada
el que en todo es contrario de sí mismo?
Francisco de Quevedo

Antes de perder la cabeza
pondré sobre la mesa
la herida.

Quiero esconderme
en la plaza pública,
siempre he estado
al alcance,
a la mano
sin perturbar
o llamar la atención.

Quiero tener paz
al nombrar cada esencia
que me ha matado.

De nada os sirvo,
podéis cerrar el cuaderno,
quemarlo,
escupirlo
depositarlo en el bolsillo
del suicida.

De todas formas
soy culpable:
he bebido poco
he fornicado menos
pero embriago
-borracha,
no admito finuras
en carne descompuesta

ebria de sentir
como olisqueas en un verso
buscáis consuelo donde no hay,
buscáis compañía
cuando huyo.

Escasea el tiempo,
me voy a traicionar,
voy a vender
como postalita
mi circunstancia.

Decorticaré cada ciudad,
cada perro,
seré breve como un rayo:
no me ha acompañado
la suerte.

Desde que partí de mi tierra
no he recomenzado,
solo cuadernillos,
mendicidad y este breviario
de vagabunda estacada.

Me dijeron calla,
pero no he obedecido.

Aprende: no soy perla
de altar, ni manto
que busque espalda.

Quizás hasta posea
lo que necesitas,
pero puedo mancharte,
estoy sucia como una
frase de usurpación
a la deriva del Danubio.

He fallado:
quise retenerme adolescente,
quise que mi hija fuese siempre niña,
pero usé el santo que no conviene,
jugué el número que no tocaba,
usé la bárbara costumbre nórdica
de la sal

sal gruesa en la acera,
sal en la puerta
para espantar la nieve,
el mal ojo, la escasez,
la fatalidad.

Pero llueve
y sobre el nueve la lluvia,
rastrojos de mudanza,
ropa usada,
fotos en el cajón de cocina
junto a utensilios oxidados
como tú y yo,
extranjeros de especie.

Una mujer común,
con una camisola de hospicio
rasgada, amarillenta,
sin identificación.
que te confiesa
llamarse Margarita.


(Del libro Cuaderno de la negra vieja)

nadie ve en la noche
dónde me emplazo.

nadie ve dónde tengo
la cabeza, el pie

aunque apesto

todo en mí
apesta a perra
de rastrillo

que regla sangre
y muerde rabiosa
para alimentarse



Zupia (Canto primero)
(Del libro Zupia)


Ha pasado la hora
Fatal del atardecer

escribo, escribo
y no ensarto la aguja

desbocada
en el abismo del ojo

des-boca-da
me parto los dientes.

Las palabras afloran,
poco importa
ser caballo o mendigo
si piso una tierra
que no me pertenece

la tierra miedo,
la tierra de nadie.

Soy la que elije
sacrificios

frente a la puerta
se acumula la nieve
en noche intensa.

si inclino la cabeza,
si te enseño a trenzar
desencadeno temblores
en la pelvis de Cristo

y vas a lengüetear
la piedra calcinada
de mi rodilla.

Una tras otra la angustia
suda mares en mi cabeza,

si la avellana cae
me dispersa
en mínimas cuentas,
en salitre.

Todo fue hermoso,
Todo es hermoso
Desde el agua

el aire corta la superficie
se ajusta a concéntricos
deslizamientos de moluscos
y en el fondo yace la piedra,
el corazón cercado por
el río profundo de la memoria.

Huele a niño y
no hay forma que despegue
su camisa de mis ojos,

llegué muerta adónde iba a morir,

estaba sola tan
sola que podía confesarlo

y tomé su mano
en infinitas vibraciones,

se me han agotado los dedos
de acariciar su pelo
en todos los vientos.

La letra vale sangre
en correos antiguos
pero alnombrar
te-ti-contigo
asciende el reflujo gástrico,
se desmantela el coxis,
mi hígado se ensancha
de materias insanas.

Cada espiral repite
incansablemente
dónde quedamos

cada espiral repite:
alma de perra, ojos de perra,
uñas de perra

arrastrada en
callejuelas
olisqueé
un sinfín de coincidencias
con las que acostaríamos
a desconocidos.

Todo es hermoso,
Un pájaro picotea su frente,
el tatuaje se agranda,
queda el hueco
a merced de las moscas.

Cada verano caluroso
La entrepierna
Forma aspavientos
de"riachuelo,

el hueso desprendido,
la fractura nos reúne y

somos pasto de incienso
frente a devotas
de rarísima pureza
que depositan azucenas,
galanes de noche,
sobre un hombre lacerado

si respiramos
si nos miramos
el polvillo cae sobre el haz
de luz de la matanza

en mi pecho
el banderín de la masacre
tiñe de rojo las nubes.
Es hermoso cómo descienden
Las aves carroñeras,
Cómo desciende
la mano del mago
a la capa poblada de bolsillos.

Hermosa
la muerte me sopla
este desaliento
con más fuego que todos los fuegos
de la creación del mundo

te veo caer
y no te sostengo,

caes, caes, caes
como
baba
en mi bocaza de perra,

pero no temo,
me acostumbré
al lenguaje que choca
en mi diente partido,

cada vez que escapa un tren
de cualquier estación

una brizna de paja
en mi boca

tu semen en mi boca
me convierte en simiente
de cualquier tribu nocturna,

en la frívola ciudad
escupo la noche
junto al camión de la basura.

Cada amanecer,
pegado al moho
me conviertes
en anticoncepto.

Bordo iniciales
El profundo ardor
que imita la plenitud
iniciales que envío a Venecia,
de una isla a otra perdidas.

En el filo del vaso
la sangre colapsa
cuando aseguro
que es perfecta
la tranquilidad de las nubes
que sostienen la tormenta.

Circunciso la lengua
si niego o sobrevivo
la catástrofe.

Me enfrento a descabellados
Planes amatorios
de pulgas en bibliotecas,

pero vale más la droga o la mirra
que\ la sentencia

mi amor es la sombra,
el ritmo desenfrenado
que lleva al trance

lejos de la melisa que adormece
la hora fatal once

-nadie repita once
o caerá del tercer cielo
la tinta que grabó
el brazo de mis antepasados.

Dos lanzas atraviesan
mis costillas,
el pretérito cíclico
tasajea al planeta
con hilos de acero

las familias se arrastran
en el fango de las fronteras,

los niños avientan
caballos de miedo
mientras ululan las sirenas
que detectan humano
en el bosque, abedules
de corteza blanca
reflejan la dimensión
donde serán otros.

Todo es hermoso y queda atrás,
Hasta mi vida.


oLEO DEMarta Orlowska

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