Coucher de soleil



Coucher de soleil, près du Croisic (n.d.). Ferdinand du Puigaudeau 1864-1930. Oil on canvas

Maneras de irse
Las amigas de mi madre se han ido muriendo.
Primero fue Yolanda, de carne firme y silencio.
Luego vinieron la abuela Arreaza, quien le vio
el culo a todo El Cafetal de tantos años poniendo
inyecciones; Elvira, su alegría y su cigarrillo perpetuo;
Beatriz, a quien no le tocaba realmente pero decidió
irse, y al final Elena, impuntual.

Todas se han ido muriendo. Quién les habrá dicho
que podían morirse así, como pidiendo permiso.

Hay maneras de irse y cada una ha respetado el pacto
que las une.
Hay un orden de las cosas y mi madre
lo ha entendido en su silencio.

Se le ve en el rostro, cada vez que aparece Elvira
durmiendo o fumando en la casa, o el ascensor
decide detenerse en el segundo piso, el de la abuela.

Tanto apuro y nadie quiere irse de verdad, dice.
Tanto apuro y no pueden vivir sin contarme sus
asuntos en los sueños, comenta.

Me dejaron sola, cuidándoles la calle y a su gente.
Yo cuento ahora los chismes, yo doy las clases,
yo pongo las inyecciones ahora.

Aún no puedo irme, me cuenta. Ni que quisiera.
Cada día me encomiendan cosas nuevas
las pendejas esas.

Ricardo Ramírez Requena

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