EL PRECIO. Poema de Juan Carlos Recio

Alexander Vladim Makovsky (1869-1924, Easter Table

EL PRECIO.
Sí lo confieso.
Tuve un altar 
el incienso 
el oro de los talismanes 
la ausencia y la agonía 
de estar siempre alegre.
Estuve en el cofre como halaja 
fui la llave la cerradura
la tapa que cerraba 
con la rudeza de una pintura del dolor de Frida Kalo.
Fui un escozor en la manta de un persa 
me hundió el nilo de una fragancia
y fracturó mis huesos
una cal cruda que me untaron unas manos bárbaras 
bajo un cielo que alumbraba sin estrellas.
Tuve un diamante, un diablo que trabajó en los abismos,

fui un negro que golpearon en una calle vacía 
y tuve los amores más inconclusos que no pudieras contarlos.
Pero nací en ti y en ti soy la muerte.
Y por mucho que entre el camello por el ojal de tu boca
hay un hilo de sangre que corre hasta su tristeza.
Nací inconforme nací amado, nací quebranto 
lúcido y de coronas
pero no existe más que la altura de un cuerpo 

que se eleva hacia tu noche y luego cae 
cae cae y desaparece.
Es cierto sí que he visitado los cráteres de una luna 
que tu lápiz de labio colocó en mi pecho como un espejo.
Más no hay en mí maldad alguna 

y toda la riqueza que poseo es infranqueable.
Juan Carlos Recio.


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