LOS GRANDES DESTIERROS. poema de Juan Carlos Recio.






Speculum humanae salvationis. Hermann von Wesel, Köln ~ 15th century. Biblioteca Apostolica Vaticana •

 GRANDES DESTIERROS.
Continuará....
A los grandes poetas siempre dicen le debemos estilo. 
A los poetas menores 
penas de las breves lecturas 
que se confunden con los reconocimientos
Si van al inventario del exilio
los grandes que mencionan están vivos 
a los muertos los toman para premios 
y los menores leen y comen carne
crudo sentimiento de lo que es
ser una escalera que baja de las letras.
Pero si ponen la llaga en su estertor 
y si van a mencionar a los grandes destierros
nunca tengan olvido de la memoria 
Margarita Garcia Alonso
ya dijo Desde hace tiempo
" he perdido
el gusto por lo innecesario,
mi suerte está en la flecha
que mata por casualidad al ciervo".
Y no creó un susto de muchacha 
hace mucho ella es su propio destino consumado.
A Manuel Sosa en cambio 
lo hizo grande su vida de izado 
"Han de saber que una silueta 
no suplanta al cuerpo
y que todo resplandor 
nace de una llama tan pobre.
Y pudiera ser lo más justo."
Manuel tiene la agudeza 
de una voz fuera del siglo
es como el eco de Dios cuando uno respira.

Pero ya no dirán tanto 
por qué no 
mencionar los umbrales de algún poeta 
que le puso nombre a los constantes viajes 
entre un lado de la ergastula 
y otro donde sus hijos se fueron 
de enjambres de Oriente a Occidente
como la aguja en el pajar ajeno:
Sonia Diaz Corrales
lo expresa desde la claridad
de todos los fantasmas que siempre
han sido 
como los pétalos de los girasoles. 
"Somos luz y sombra en el pétalo del tiempo". 
Y como si mirara a través de un caleidoscopio nos asegura
"pero nadie puede retener un agua así
llena de abismos".
Entonces nada es mejor que la realidad existente 
cada atrio cada púlpito es un castigo
Ramón Fernández Larrea se devuelve de pasado del cielo
es un tipo rudo que no envejece
"lo que no sea piedra 
que se desangre y palidezca
que diga mi nombre lo que no sea piedra 
y quede
regada en los rincones
con sus ojos enormes de piedra o de ceniza,"
Y pareciera que en una estación de un pueblo 
a las afueras de toda conquista
Juan Carlos Valls nos dijera 
"a menudo será bueno recordar por qué escogíamos
una u otra cosa en la juventud
cómo envidiábamos el final de ciertas películas
en las que sin querer éramos el personaje oscuro
o una muralla entre las dos maneras de comprender la
vida"
Y Juan Carlos Valls les aseguro no sabe
que todo lo que marca su disparo
no es un círculo de pólvora 
es esa abertura eficaz por donde pasa
"y tú tienes que repetir el juego
para que no te excluyan
para que te coloquen en un lugar apenas relevante
para siempre al alcance de las adulaciones
con que sobrellevar la mísera nostalgia."
Camilo Venegas 
aparece como un emisario del más allá 
una curvatura donde uno creerá 
ver siempre un tren que se evapora:

"Ya no voy a ser todas las cosas que quise de niño.
No se me ocurrirán palabras
ni sueños
ni nada
que otros no hayan dicho antes
con mayor elegancia, con increíble soltura.
Pocas nociones cambiarán a mí alrededor.
No zanjaré ni siquiera aquellos malentendidos
que me figuraba simples,
casi resueltos.
Cuando creí ver un río crecido, era una nube
que alguien describió como un narval
hundido en el océano del horizonte.
Ese error de cálculo es la suma de muchos otros.
Por eso creo que sería demasiado dichoso
si consigo llegar a la vejez
lúcido y solvente,
con lo indispensable para no ser una carga"
Felix Luis Viera 
viene de las conversaciones profundas 
de las sentencias que sobreviven
a todos los cuchillos a todas las llamas 
y pone su agudeza y su obsidiana 
clarificación del porvenir en nosotros 
en una declarada y pública confesión:

"No siempre puro porque alguna vez me estremeció
la falsa luz
No siempre valiente porque alguna vez temblé
cuando el aire huía de la bala
No siempre justo porque alguna vez puse más
hacia el lugar que más amaba
No siempre honesto porque alguna vez no pude
matar la envidia al primer vuelo
No siempre fiel porque alguna vez quise olvidar
que en cierta esquina me esperaban
No siempre cívico porque alguna vez callé
lo que debía decir y dije lo que no
No siempre generoso porque alguna vez pude
entregar más
No siempre dejé de confundir las armas
No siempre hollé en la tierra que debía
No siempre pensando en el amor
No siempre los demás antes que yo
No siempre mis ganancias a la vida
No siempre regresé cuando debía
No siempre me fui en buena hora
No siempre amasé mi sangre en las que vienen
No siempre el camino verdadero
No siempre
pero aquí estoy en este mundo,
con ustedes.

Nosotros los que ya nos fuimos 
y de lo único que estoy seguro
es de que continuará.....
Cada nombre que de ahora se excluya
de los grandes tomos de la existencia 
los iré a sacar
como hacen los poetas menores
con la honradez de su alevosa envidia.

Juan Carlos Recio Martínez


NOTA

Juan Carlos Recio: Es una ironía antes quienes nos ven fuera de las listas que a cada rato se hacen muchos que luego toman a fulano o mengano de bandera, lo colocan bajo un visor de estrellato y lo exponen como el gran descubrimiento. Y peor cuando dicen es un gran poeta es gran poeta. En fin las interminables listas de los interminables grupos. Entonces este texto quiere a través de todos los que he leído y tienen peso fuera, dentro de estas lecturas y con su poesía como peso en oro, demostrar, que ninguno está desaparecido en la escena real, todos ellos sí los lees, aportan a la literatura cubana sin fanfarria, feria, o lo que sea, aportan desde lo que escriben. Alguna vez todas esas separaciones físicas forzosas de sus orígenes no tienen por qué seguir siendo caldo para más olvido, esto último si es una imposición forzada. Modestamente es lo que pienso.Margarita Garcia Alonso ud no discuta nada que su arte y su literatura hace mucho están como el Pan de Matanzas cuando Heredia le hizo su oda. Por eso arranca el texto contigo. Un abrazo.

Pero si ponen la llaga en su estertor 
y si van a mencionar a los grandes destierros
y a los grandes fuera de los tomos

de esos filtros ciegos 
que se niegan a lo justo,
nunca tengan olvido de la memoria 
Margarita Garcia Alonso
ya dijo Desde hace tiempo
" he perdido
el gusto por lo innecesario,
mi suerte está en la flecha
que mata por casualidad al ciervo".
Y no creó un susto de muchacha 
hace mucho ella es
su propio destino consumado.


Como pintora, como persona del arte, como esa flecha que mata al ciervo, así de certero arranca el texto en sus propias palabras. Bromas aparte es una gran verdad que hay que atreverse a llamar a las cosas por su nombre. Porque nadie lo hará. El sentido de lo justo y lo perenne hace mucho dejó de ser una pradera que nos convida!!!

Commentaires

Articles les plus consultés