Nunca me defendía.
Por qué la gente (los hombres) no me amaban
Porque no amaba a la gente.
Porque no amaba a los hombres.
Porque en vez de a los hombres, amaba las almas.
En vez de a la gente, alrededor, arriba, abajo.
Porque daba en demasía.
Porque exigía demasiado poco.
No exigía nada
.Esperaba demasiado (todo) – y no para mí.
Esperaba demasiado pacientemente (cuando no venían).
Nunca me defendía.
Siempre perdonaba.
—Marina Tsvietáieva, Confesiones. Ed.Galaxia Gutenberg
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