#poema



No hay nada tan estúpido, tan duro, tan lleno de ira
que la música no pudiera cambiar.
El hombre que no tiene música dentro de sí mismo
ni se conmueve con la armonía de sus dulces sonidos
es apto para traiciones, estratagemas y maldades.
Los movimientos de su espíritu son sordos como la noche
y sus sentimientos tenebrosos como Erebo
Que nadie confíe en un hombre así.
¡Escuchemos la música!
(Shakespeare, El mercader de Venecia)

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