LEYENDA




Y tu no te quedes donde el fuego brilla
llenando el corazón con un sueño mortal
pues los pechos palpitan y los ojos fulgen;
sal al crepusculo oscuro, sal, ven aquí.

W. B. Yeats


LEYENDA


Suponía que el fuego
traspasaba los ojos de la noche,
que ahuyentaba los rayos
de un primitivo amanecer. Ahora
descubro que no quiere
convertir mi mirada 
en un puñal flamígero, pues sabe
que la noche está ciega, que su incendio
de sombras no derrumba
mi claridad. Ahora
comprendo que la llama soy yo misma.



MARÍA SANZ ( Contemplaciones )


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