la flor de John

John La Farge - Magnolia



Miriam

luis MARIMON

En los páramos donde alguna vez florecieron Babilonia
Nínive y Nippur,
los arqueólogos han desenterrado tablillas de barro 
cocidas por el sol de aquel tiempo. 
Inscripciones que los eruditos han traducido 
resultando en muchos casos ser 
juramentos 
y cartas de amor...

Yo quería decirte, Miriam,
que el nombre de esta ciudad es sangriento,
que ninguna ha tenido un nombre más perverso.

Es posible, cuando hayan pasado cien
o hasta un número incontable de años,
de esto que hoy ves
no quede otra cosa que algunas estatuas,
escombros,
ratas que se adaptarán a la destrucción
y comerán arena.
Pero esta noche es bella y pasan muchas gentes.
Déjalos continuar su camino.
Esos rostros nunca se volverán
a este animal extraño que corre y llama por sus nombres
a los desconocidos.
Tú también partirás
y no veré ya más
tus ojos de asustada bestezuela.

Quien piensa en el futuro 
no está muerto.

Cuando hayan transcurrido mil o un millón de años,
es posible que vuelvas
y es posible también
sólo encuentres esa niebla misteriosa y azul
que sube todas las madrugadas desde el mar
y cubre las casas y los toros.
Busca bien y no olvides
que tú fuiste mi río,
mi río amado
al que me lanzaba desnudo
sin importarme la vida
ni la muerte.
Busca
bajo los antiguos ladrillos,
en las hojas de hierba,
entre las escamas de los reptiles,
que en algún lugar yo habré dejado para ti,
para ti sola,
una carta
de amor...

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